30. Caminos sellados

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Entro a casa mordiendo mi mejilla interna, tratando de regular mis latidos y tratando de preparar mis expresiones faciales ante cualquier escena futura que deba presenciar.

Por suerte para mí, ni Dean ni mamá están en la sala, aunque mi corazón se retuerce un poco al suponer que están arriba en la habitación de ella. 

Trato de hacer el menor ruido posible y subo las escaleras con suaves pasos que apenas hacen crujir la madera. Cuando al fin llego arriba, camino hasta mi puerta y entro a mi habitación con el mismo sigilo de antes. Por la voces que rápido llegan a mis oídos, sé que mamá está hablando con Dean dentro de su habitación con la puerta cerrada.

Suelto un largo suspiro tratando de evadir los nuevos sentimientos furiosos de mi lado más oscuro. Cuando ya he entrado a mi lugar seguro, tiro mi bolso sobre mi cama y me siento en el colchón mientras mis dedos se aferran fuerte al cubrecamas. Odio esta sensación de ardor en el pecho.

Cierro los ojos con la misma fuerza que mis dedos se aferran a mi ropa de cama y trato de calmar mi mente.

Hoy ha sido un día más que loco. Una montaña rusa de emociones que me tienen las hormonas y la cabeza vuelta loca desde anoche. A pesar de todo lo malo y de los celos absurdos que siento ahora, la sonrisa estúpida de Dean mientras me miraba esta tarde, no puede desaparecer por mucho de mi memoria. 

Besé a Dean, sentí su boca junto a la mía, su lengua, sus manos recorriendo parte de mi cuerpo al menos sobre mi ropa, y claro, supe que yo también le gusto tanto como él a mí. Y si... quizás es duro compartir su amor con más ni menos que mi mamá, pero por algún motivo, no me siento tan deprimida como antes. 

¿Soy mala? ¿Eso me hace ser una idiota, vil y patética tipa que ni siquiera se valora a sí misma? 

Nunca pensé que me metería en una relación, es decir... odio el engaño y odio a las personas que por cobardes deciden tener una doble vida. ¿Ironías de la vida?

Seguramente.

Pero tampoco nunca antes había estado en esta posición. Nunca antes había querido estar junto a alguien como lo quiero ahora. Y sí, quizás es un capricho que me tiene necesitada como a una niña queriendo un caramelo que no puede tener, pero... amar a alguien así, en tan poco tiempo y tan intenso... ¿Puede ser un estúpido capricho?

Abro los ojos cuando mis nervios están un poco más calmados.

Ya casi son las ocho y debo arreglarme para salir con Jack.

Sé que suena tonto y hasta contraproducente cuando solo quiero estar cerca de Dean, pero su tiempo ahora es de mamá, y no quiero ser aún más patética quedándome encerrada aquí mientras ellos hacen Dios sabe qué en la habitación de al lado.

Así que me levanto otra vez y me deshago de toda mi ropa mientras me meto a mi baño. Una buena ducha quizás quite el olor del perfume de Dean de mi cuerpo, aunque secretamente deseo que siga impregnado en mi ropa, para recordar que todo lo que pasó esta tarde fue real.

***

Bajo las escaleras mientras reviso mi celular y le hablo a Jack, pero me detengo en seco cuando veo que Dean y mamá ahora están en la sala, sentados en los sillones con cara de nada mientras la televisión suena despacio de fondo. Ambos parecen sorprendidos de verme aquí, y Dean se tensa un poco sin que Mel lo note.

-Maddi -dice mamá y debe carraspear un poco para arreglar su tono de voz que salió casi como un hilo de voz. -No sabía que habías llegado -intenta sonreír, pero la conozco tan bien que sé que esa sonrisa es falsa.

-Amm... si, llegué hace una hora o algo así -digo despreocupada y termino de bajar los últimos escalones mientras otro mensaje de Jack llega a mi teléfono. Él ya está por llegar.

DADDY [Dean Winchester]Where stories live. Discover now