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Abrió con pesadez sus ojos, cubriéndolos de inmediato con una de sus manos por la fuerte luz, ¿Acaso ya era de día? ¿Ya había acabado la tormenta en esas tierras? Al poder acostumbrar sus ojos, logro observar bien en donde se encontraba, quedándose como piedra.


¿Dónde demonios estaba?


Todo olía bien, hasta él mismo. Tenía unas ropas que por lo suave que eran, parecían acariciar su piel. Toco su cabello, y también lo notaba más suave de lo normal, no como solía estar, tieso por no poder ducharse con frecuencia con esos bálsamos de hierbas raras pero agradables.


Se fijó que por un espacio se podía ver que era de noche y llovía, pero no podía escucharlo bien, ¿Acaso se hirió los oídos? Con cautela miro el lugar tan iluminado, ordenado, cálido y extraño en el que se encontraba. No había velas ni fogatas, así que no comprendía que estuviera tan iluminado el lugar. Se puso de pie, casi perdiendo el equilibrio al no tener puesta su armadura después de tanto tiempo. Escucho claramente que tras una puerta muy bonita de la que se escuchaba agua caer, ahora había silencio. ¿Eso llevaría al exterior? Algo alarmado busco algo con lo que defenderse en caso de emergencia, notando como cada objeto era más raro y desconocido que el anterior.


Sus ojos se iluminaron al ver algo con lo que si estaba familiarizado y había visto a algunos hombres usar como arma: una silla. La agarro con cuidado y sostuvo listo para golpear a alguien. Preparado, camino con cautela hacia la puerta, retrocediendo un paso y sujetando con más fuerza la silla al salir una persona por esta.


Dudo al ver a un joven hombre, muy hermoso, con la piel de un tono claro, ojos oscuros y cabello castaño corto que estaba aún un poco húmedo, luciendo unas coloridas vestimentas que lucían suaves al tacto. ¿Sería un hada? ¿Un mago que con pócimas mantenía su juventud intacta?


- Hey, baja la silla, ¿Cómo te atreves a amenazar a quien te salvo la vida? Y usando mi propia silla – Bufo molesto el hombre, cruzándose de brazos. ¿Ese hombre de apariencia delicada le había salvado? También hablaba el lenguaje de sus padres. Dejo la silla a un lado para apoyar una rodilla en el suelo, teniendo la cabeza baja.


- Lamento mi osadía, buen hombre, ruego su perdón y que acepte mi gratitud por sus actos – Dijo con seriedad y sinceridad. No escucho respuestas y nervioso levanto la cabeza, encontrándose con que el hombre tenía una expresión de extrañeza.


- Entiendo... - Dijo al fin, pasándose una mano por la cara – Ponte de pie, me incomodas – De inmediato obedeció, no queriendo arruinar el humor de quien le salvo – Te encontré en la calle desmayado, ¿Estas bien? ¿Te duele algo? – Negó, pues la verdad se sentía bastante bien.


- Lamento las molestias y mi falta de educación. Me presento, soy Joshua de las tierras de oriente, caballero del rey... - Se calló al ver que el hombre acortaba las distancias para sujetarlo de la cabeza, frunciendo las cejas con preocupación - ¿Sucede algo? – Cuestiono algo nervioso por la cercanía.


- Parece que te golpeaste muy fuerte en la cabeza – Murmuro con fastidio, siguiendo revisando su cabeza con cuidado. Joshua tomo sus manos y las alejo con cuidado de no faltarle el respeto.

Knight or Gentleman (JIHAN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora