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La alarma lo obligo a despertarse. Se sentó con dificultad y se restregó la cara con cansancio, esperando que, al ir al salón, no estuviera el tal Joshua y todo se tratara de un sueño. No es que no le agradara, pero le haría perderse las reacciones emocionadas de sus bebés de la guardería.

Como pudo se levantó y llego al salón, arrugando su expresión al ver a ese hombre estar haciendo flexiones de brazos con toda la calma del mundo, luego ponerse de pie y hacer sentadillas. Se iba a acomodar para hacer abdominales, pero vio a Jeonghan a mitad del pasillo observándolo de nuevo como un bicho raro. Se puso de pie e hizo una reverencia como muestra de respeto.

- Buenos días, maestro Yoon, deseo que este sea un magnifico día para usted – Jeonghan asintió sin energía, dirigiéndose a la cocina para preparar algo. Nunca se encontraba de muy buen humor en las mañanas, así que en el camino a la guardería solía animarse al escuchar música que le gustaba. Pero ahora, tenía un humor de mierda.

- ¿Prefieres té o café para beber? – Pregunto al joven que se le quedo mirando algo preocupado, quizás por verlo sin energías.

- ¿Café? ¿Eso se come? – Pregunto extrañado y curioso. Jeonghan se le quedo mirando de forma inexpresiva unos segundos, hasta que su rostro se fue deformando en uno de indignación, sorpresa y finalmente tristeza. Pobre alma, ¿Acaso tan fuerte se golpeó en la cabeza que olvido la maravilla del café?

- Realmente necesito llevarte a un médico. Te serviré té, pero te daré un poco de mi café para que pruebes – Volvió a mirar raro a Joshua para luego negar con la cabeza, tratando de ignorar aquella tragedia. El pelinegro solo asintió y se acercó a mirar curioso a la cocina.

Jeonghan mientras hacia el desayuno para dos, no paraba de responder a miles de preguntas que le hizo Joshua sobre las cosas que desconocía y le causaban curiosidad, osea, todo. ¡Era peor que un niño! Le fascinaba todo, desde lo ordenada que estaba la cajonera, los colores, que el agua no hervía estando sobre fuego, hasta que la nevera estuviera fría. Era muy fastidioso responder a varias de sus preguntas, así que se las ahorraba diciendo "es magia", pues aquello parecía convencer al ingenuo hombre.

Ya sentados, iba a empezar a comer, pero se detuvo al ver a Joshua rezar con pasión, agradeciendo por los alimentos y permitirle estar un día más vivo y blablá. Cuando noto que Jeonghan no rezo, le regalo una tímida sonrisa.

Cuando ya empezaron a comer, se sentía orgulloso con su habilidad de cocina al oírlo alabar su comida a cada bocado. Su aprecio hacia el hombre aumento cuando lo vio dar un sorbo del café, en donde primero arrugo su expresión por lo amargo, pero igual dio otro sorbo, tomándole el gusto.

Al final el idiota raro ese término pronto de comer y ahora se encontraba "entrenando", aunque el solo veía a un niño blandiendo la escoba como una espada.

En cierto momento se detuvo a pensar más calmado al respecto. La actitud de Joshua, su armadura extrañamente realista, lo sucio que se encontraba a pesar de estar en medio de la ciudad, su sorpresa y curiosidad hacia todo, creer en la magia... Mierda.

Era imposible que ese cuento fuera de verdad. Tomo una manzana y algo indeciso se posiciono en un lugar donde podía ver la espalda de Joshua. Bueno, si lo golpeaba, tendría que considerar el llevarlo al psicólogo, pero si no, pues realmente no sabría cómo lidiar ante la extraña situación. Sin posponerlo más, le lanzo la manzana a su cabeza. Abrió los ojos como platos cuando lo vio girarse con gracia, defendiéndose perfectamente de la manzana que cayó de golpe al suelo, media partida. El pelinegro tenía unos ojos que le aterraron por lo agresivo que se veían.

- Maestro Yoon, ¿Por qué hizo eso? Me asusto. Si hubiera sido una espada de verdad, pude haberlo dañado – Dijo apenado y preocupado.

- Lo siento, quería ver si... eras apto de protegerme – Mintió aun algo sorprendido. También recordó todas esas cicatrices que tenía el caballero por su cuerpo.

Knight or Gentleman (JIHAN)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora