Capítulo XVII: Regem.

802 75 22
                                    

—A ver si entendí, Bruno —empieza a hablar mi pelirroja amiga enfrente de mí, tomando de su licuado, mientras esperamos a la parejita de Lev y Natalia a que lleguen al lugar—

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—A ver si entendí, Bruno —empieza a hablar mi pelirroja amiga enfrente de mí, tomando de su licuado, mientras esperamos a la parejita de Lev y Natalia a que lleguen al lugar—. ¿Sebastián Ríos no ha hablado contigo desde que follaron? ¿Nada de nada?

—Nada de nada. Es como si nunca nos hubiéramos conocido. —Asiento firmemente, no mostrándome muy molesto con ello.

— ¿Ni siquiera un mensaje? ¿Una llamada de despedida?

—Le di su espacio, y él simplemente se esfumó. —Me encojo de hombros, pensativo—. Ahora resulta que estuvo en dos para-escolares empezando el semestre.

— ¡¿Eh?! ¿Acaso está demente? —Exclama ella, con los ojos desorbitados—. Wow, debió ser estresante.

—Es estresante, pero como sea, no es como si me importara —bufo, empezando a enojarme con Sebastián Ríos. Es como si me estuviera retando a que lo alcanzara, y me mostrara que él será mejor que yo siempre. Todo es competencia, y en serio es cansado, que ahora he decidido ignorarlo.

— ¿Y el plan? ¿Cómo carajos seguiremos el plan, Bruno?

Hago una mueca, estando de acuerdo con ella en eso.

—Es imposible si de nuevo me está ignorando. Todo estaba yendo bien, pero esto fue repentino —tomo el popote de metal, poniéndolo entre mis labios pero aún sin tomarle a la bebida. Miro a Esmi, que está perdida en sus pensamientos con sus ojos en la mesa—. Esmi, descuida, veremos cómo hacerle.

—No es eso. Me resulta sospechoso... —ella levanta la mirada.

— ¿El qué? —Frunzo el ceño, confundido.

—Que Lev esté tardando demasiado, usualmente nos llama cuando está cerca, pero sólo ha mandado un mensaje. Algo está tramando —se extraña ella, mordiendo su labio inferior.

—Lo estás pensando de más. Seguramente está peleando con Natalia, y por ello no llegan —le quito importancia, sonriéndole falsamente.

Le doy un sorbo a mi bebida, mirando por la ventana, sin ganas de seguir platicando. Desde hace días la gente ha estado ignorándome, en su propio mundo, hasta las chicas en la escuela hacen como si no existiera, y la verdad es que no entiendo nada. Sebastián me ignora, ni siquiera cruza miradas conmigo, los de futbol ya ni siquiera me lanzan una mirada ni un insulto por los pasillos como anteriormente, y las que usualmente terminaba en un revolcón de vez en cuando en una fiesta ya no se me cuelgan del brazo. Es como si todos me hubieran hecho un borrón, dejándome irreconocible para los demás. Me siento invisible.

Pero no me intimida la nueva forma de acosarme, aunque ni siquiera sé si se le puede llamar así.

Lev se ha dado cuenta del trato frío entre todos los alumnos de Vigotski, tanto que me ha preguntado directamente sobre ello, completamente preocupado de mi salud mental. Puf, no me afecta, es totalmente estúpido de su parte hacer algo tan infantil si desde el principio ni siquiera recuerdo sus rostros de mi salón, menos sus nombres.

Destruyendo a Bruno (Desamores #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora