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Lunes, 14 de octubre de 1985

Eran felices. Luego de un mes de su primer beso, las cosas habían cambiado para bien y, aunque su relación no tenía un título, eso bastaba. Al menos por entonces.

No habían hablado sobre su vínculo pero ambos estaban conformes: tenían muy en claro que eran mucho más que amigos.

Alex no había vuelto a decir nada sobre Graham, pero tampoco intentó acercársele.

En todo ese mes, habían encontrado "huecos" en sus ocupadas rutinas para verse. A Graham le avergonzaba tener que trabajar en aquella feria los fines de semana, pero eventualmente tuvo que decirle a Damon la razón por la cual no podía verlo en esos días, y entonces Damon comenzó a ir con él, y Graham lo esperaba (cuando podía) en el horario de salida de universidad, e iban a casa del rubio. Aprovechaban todo el tiempo que podían para estar juntos.

Damon presentó a Graham a su familia como un "nuevo e íntimo amigo", y a Graham le había dado lo mismo, al menos las primeras veces... pero luego empezó a molestarlo un poco. Debían esconderse para todo, y Damon ni siquiera quería mostrarse un poco afectivo en público. Y sí, lo entendía perfectamente. Sabía que podía costarle la reputación, pero Graham había pasado toda su vida escondiéndose y odiándose, y ya estaba cansado. No le molestaba que no sean novios formales, sino el hecho de que a Damon le aterraba ser visto de la mano con él.

Pero a pesar de eso, eran muy felices, y las risas, el cariño y todo tipo de cosas cursis no faltaban en su relación. Es más, a Damon le daba la impresión de que sobraban. Por eso quiso intentar algo distinto esta vez.

Los ejercicios de ese día habían sido agotadores, pero eso no es lo que molestaba a Graham, sino que Damon había hecho cosas... un tanto vulgares durante el partido de fútbol que le puso fin a la clase. Al ser de distintos equipos, jugaban en contra el uno del otro, y por eso, en una de las pocas ocasiones en las que Graham tenía que pasar el balón, Damon se le acercó y en un intento por quitárselo, rozó intencionalmente la entrepierna de Graham con su rodilla.

A pesar de eso, Graham no se dio cuenta de las intenciones del chico hasta que en un momento, cuando se acercó a marcar a Damon y se puso delante de este para evitar que el balón llegara a sus pies, el rubio se aproximó un poco demasiado, pegando con rudeza su pelvis a la baja espalda de Graham. Aunque fueron sólo unos pocos segundos, se percató de que Damon estaba intentado provocarlo.

Hasta el momento, no habían mantenido relaciones sexuales. Ambos querían, sin duda, pero Graham se ponía tieso las pocas veces que Damon había intentado tocarlo de esa manera, y este no quería insistir. Pero ninguno de los dos podían aguantar por más tiempo. Ganas no le faltaban de demostrarse cuánto se querían el uno al otro.

Cuando el profesor hizo sonar el silbato todos fueron a tomar agua y buscar sus cosas para retirarse. Algunos se dirigieron a las duchas directamente, como Damon, que antes de hacerlo le guiñó un ojo a Graham, que estaba sentado en el sueño bebiendo agua. Al ver esto Graham lo siguió, y lo vio decirle algo a Alex.

Cuando el pelinegro llegó a los vestuarios, Damon ya estaba duchándose al parecer, y entonces se sentó en uno de los bancos a esperarlo. Ese día había estado nublado y no hacía tanto calor, por lo que la mayoría de las duchas estaban desocupadas.

Cuando ya no había casi nadie en esa parte del vestuario, Damon salió de una de las duchas, con una toalla atada en la cintura. Graham le sonrió un poco nervioso y Damon hizo lo mismo, para luego comenzar a vestirse.

Al darse cuenta de que Graham ni siquiera estaba mirándolo, Damon se vistió sólo con sus boxers y, sin decirle nada y asegurándose de que no había nadie cerca, tomó de la mano al chico haciendo que se levantara, para acto seguido acorralarlo contra los casilleros, y comenzar a besarlo un poco desesperado. Puso su rodilla entre las piernas del chico de forma violenta para que no se escapara.

monday; gramonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora