Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Ania había besado a Harry Potter tantas veces y de tantas maneras distintas que le parecía imposible olvidar la sensación de sus labios contra los suyos, sabía que no podía estar enamorada del chico, porque simplemente era imposible.
Y mientras cumplía su castigo para la profesora McGonagall se preguntó a dónde iba todo eso, se sentía ligeramente culpable cuando pensaba que pronto lo traicionaría, el armario había empezado a componerse un poco y su segundo plan ya estaba en marcha, pero entre más se relacionaba con el chico más se repetía que matar al viejo era la mejor decisión, porque si no era él sería ella.
¿Cuánto la odiaría cuando descubriese que está trabajando para el hombre que quiere matarlo y que mató a su familia?, ¿Cuánto la odiaría cuando descubriese que está planeando matar a su amado director?, en ocasiones le llegaba la loca idea de si debía decirle al chico de sus planes, pero era simplemente idiota, el chico no tardaría en ir a decirle al director y Draco y ella terminarían muertos.
Pero es que entre más lo besaba, entre más adoraba la sensación de sus manos recorriendo su piel, entre más horas pasaba con él, menos podía convencerse de que no sentía nada por él y eso la asustaba mucho más que el Señor Tenebroso, porque sabía que aquello la llevaría a la muerte, sabía que ese chico solo le traería cosas malas, tenía miedo, mucho miedo.
Cuando lo vio entrar esa mañana se sorprendió de que ni siquiera volteó a verla, se sintió como a inicios del año en donde ella simplemente trataba de averiguar cómo sabía su verdad. Vio cómo Harry intentaba sentarse junto a su amiga pero que en cuanto lo hizo ella había salido del comedor casi llorando, y se preguntó qué había pasado ahí, se suponía que la chica debía estar enojada con Ania no con él.
Harry se veía mal y aquello le intrigaba más a Ania, así que se paró y salió del comedor dispuesta a esperarlo fuera para hablar con él y apenas así logró captar su atención, la siguió un rato con la mirada y después salió detrás de ella, Ania lo esperó fuera del comedor.
Al verlo un poco más de cerca Ania se dio cuenta de que no había dormido mucho.
—Te ves más horrible que de costumbre, Potter —Ania dio un paso más y lo tomó del cuello de la túnica para acercarlo y besarlo pero a último momento el chico la apartó y ella frunció totalmente el ceño.
—Hermione me ha dicho ayer que está enamorada de mí —si la expresión de Ania ya era de enojo, la que adquirió ya denotaba furia.
—¿Ah sí?, entonces corre detrás de la sangre sucia y dile que la amas también —dijo Ania claramente molesta.
—Yo no dije que también la amo, tal vez como amigos.
—Entonces, ¿Qué le has dicho? —Ania se cruzó de brazos y lo miró con ambas cejas levantadas.