Tenebris [ Harry J. Potter ]

018

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Las cosas para Ania y Draco habían comenzado a decaer como una bicicleta en picada, esa misma tarde Draco accidentalmente había arruinado un poco más el armario, jamás creyó en la diferencia que hacía una letra en un hechizo hasta ese momento.

Presa de su enojo Ania había comenzado a gritarle a Draco lo inútil que era mientras que él había comenzado a reprocharle su pérdida de tiempo con Potter, logrando que la chica se enfureciera.

En esos momentos Ania se encontraba casi segura de que fracasarían en la misión, no quedaban muchos días en el curso y estaban muy lejos de lograrlo. La pelinegra caminaba nerviosamente por los pasillos, sentía un nudo en la garganta, producto de su intenso miedo al fracaso.

Su caminar fue interrumpido por unos gritos ahogados en el pasillo, no tardó en darse cuenta de que estos provenían del baño que se encontraba cerca de ahí, apresuró el paso para llegar cuanto antes al lugar y mientras más se acercaba los gritos eran más entendibles.

—¡¡Asesinato!! ¡¡Asesinato en los lavabos!! —gritaba una voz desde dentro del baño.

—¿Qué hiciste, Malfoy? —Ania murmuró para sí misma antes de abrir la puerta del lavabo con un fuerte estrepito y quedándose estupefacta con la escena que se encontró ahí dentro. Había agua por todas partes mientras Myrtle la llorona chillaba y gritaba sobre un asesinato, a sus pies estaba Malfoy tumbado en el suelo empapado de sangre y agua, pero lo que más la sorprendió fue ver a Potter parado viendo a Malfoy, que al escuchar la puerta abrirse dirigió su mirada hacia ella.

Ania se apresuró y se arrodilló junto a Malfoy que estaba completamente inmóvil y no dejaba de sangrar a borbotones, conocía el hechizo, los mortífagos los usaban de vez en cuando, pero no sabía cómo arreglar eso, así que lo único que Ania atinaba a hacer era a presionar las heridas del chico esperando que así contuviera las hemorragias, pero no resultó, aquello era magia oscura.

La puerta volvió a abrirse de nuevo, mostrando a Snape blanco como la cera, quien entró y no dudó en arrodillarse junto a Ania, pero este sí sabía qué hacer, pronto el Malfoy dejó de sangrar y la chica comenzó a limpiar los restos de sangre que habían quedado por el cuerpo del chico. No sabía por qué se encontraba tan nerviosa o asustada, tal vez era el hecho de que si Malfoy caía ahí, probablemente ella también lo haría.

La tercera vez que Snape pronunció el hechizo logró que el chico se incorporara, se veía totalmente pálido, mucho más que en días anteriores, Ania también lo estaba, no tanto como Malfoy mientras que Snape se encontraba colérico y la chica por fin dirigió su mirada a Potter que se mostraba aterrorizado por lo que había hecho.

—Tengo que llevarte a la enfermería, posiblemente te queden cicatrices pero si te ponen a tiempo esencia de díctamo tal vez también te libres de eso.