Capítulo 3: Dragón

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Ya no escuchaba la descontrolada tormenta a las afueras, los rayos que alumbraban la rocosa estancia fue remplazada por la plateada luz de la luna. Observo con cuidado la altura que necesitaba superar para poder salir de la fosa  mientras que el sonido del viento contra las rocas le hacía erizar la piel.

Estaba decidido a salir de ahí, tener su libertar. Poso su mano sobre su nuca y la deslizo por la larga trenza estropeada y sucia que descansaba sobre su espalda. Recordó a su madre cuando lo peinaba y alababa su suave cabello, sin embargo la longitud de este no le gustaba. Por lo menos ahora serviría para algo.

Busco por los rincones alguna piedra con filo, se sentó sobre sus rodillas y sin pensarlo, comenzó a cortar las largas hebras verdosas. Su cabeza se sentía más ligera y su cuello con la briza se estremecía, tarareando una canción tomo sus mechones que estaban extendidos en el polvoriento suelo y empezó a crear una especie de cuerda.

- Hey –dijeron a sus espaldas- ¿Qué crees que haces? –preguntaron en un tono nada agradable.

- Nada que te importe –respondió Izuku sin despegarse de su labor.

- Para que lo sepas, no soy un maldito cobarde –gruñó – También odio al dragón, pero no tengo la fuerza para luchar contra el –susurró.

- Si sigues pensando eso, nunca lo superaras –comentó el pecoso mirando la longitud de su improvisada soga.

Busco entre las piedras que había utilizado y escogió una más o menos rectangular, la poso en el extremo y la amarro con fuerza. Miro hacia su espalda y se levanto suspirando, caminó hacia el lugar que había sido su conexión con el rubio cenizo, en donde saco la roca que no permitía apreciar los ojos rubí.

- Hagamos las paces –comentó con una pequeña sonrisa levantando su mano.

- ¿Para que querría hacer las paces con un Deku como tú? –dijo con una sonrisa torcida.

- ¿Deku? –pregunto curioso- ¿Qué significa eso? –interrogó acercándose para observar mejor las facciones ajenas.

- Inútil o idiota –dijo restándole importancia.

- ¡Eso es grosero! –habló con sus mejillas levemente sonrojadas- T-Tú eres... -intentaba buscar un insulto pero no encontraba ninguno y al verlo en esa situación la cara de Katsuki hacia una mueca de diversión- ¡Kacchan! –nombro dejándolo con los ojos rubí bien abiertos.

- Eso suena denigrante –gruño a pocos centímetros de la pared.

- Es un apodo lindo –comentó con una sonrisa- No como el tuyo que es un insulto –pronunció con enojo suspirando a los pocos segundos. Levanto su mano, la acerco al contrario y cuando vio la duda en la mirada ajena, habló- Las paces, Kacchan –dijo con tono de burla.

Con una mueca, Katsuki levanto su mano y la aproximó a la contraria estrechándola, aquella diminuta y suave mano, era lo opuesto a las suyas, las cuales eran ásperas y callosas. Por su parte, el peliverde se sorprendió con la calidez de la extremidad ajena, aun con el abrumante frialdad a su alrededor podía sentir como el calor pasaba a su piel.

Iba a decir unas palabras pero fue agarrado con fuerza por Katsuki, quien lo tiro hasta que choco contra la pared, para luego escuchar el gruñido del dragón haciendo eco en la estancia.

- ¡Es el dragón! –pronunció el rubio cenizo con dificultad- No salgas del foso –le advirtió al momento de soltarlo.

Izuku se cayó hacia atrás y miro con un profundo miedo por donde provenían aquellos alaridos. Las piedras comenzaron a moverse por los temblores que causaba la gran bestia, se escuchaba cerca y cuando alzo sus ojos hacia la salida de la fosa, el dragón apareció.

I'm a dragon [KatsuDeku][COMPLETA]Where stories live. Discover now