Capítulo 8: Luces en el cielo

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La lluvia repentina caía sobre sus cabezas, las gotas humedecían el cabello de Katsuki para luego deslizarse por su rostro hasta su barbilla y caer al suelo. Este absorto de su alrededor solo tenía en su cabeza aquellos peculiares ojos esmeraldas que con los últimos rayos del atardecer se tornaban más brillantes y con pequeños rastros de ámbar. Por su parte, para Izuku el tiempo se había detenido, el eco de la lluvia lo escuchaba a la lejanía y lo único que captaba su entera atención eran esos ojos rubí que lo miraban como si nada mas en el mundo existiera. Al repasar eso por su cabeza, sus mejillas se tornaron casi del mismo color de la capa rojiza que lo cubría del aguacero.

Avergonzados por esos pensamientos cubrió sus mejillas con sus manos en un vago intento de calmarse, ocultó parcialmente su rostro y bajo la cabeza.

Para el rubio cenizo eso le causo intriga, quería saber el por qué de esas acciones y de las suyas. Su cabeza era un lío e intentaba poner en orden sus pensamientos pero no lo estaba logrando, cada vez que miraba esos ojos, algo en su interior se sentía tranquilo y en paz. No percibía al dragón que quería ser liberado, solo un grato sentimientos expandiéndose por su pecho.

El príncipe levanto la mirada, la esmeralda y el rubí se conectaron una vez más para luego cortarse cuando el más bajo salió corriendo hacia su improvisado hogar, dejando a Katsuki con una ceja levantada y observando la retirada a tropezones.

Al llegar con su respiración agitada se recargo en la blanca pared, sus piernas tiritaban y cuando estas no pudieron sostenerlo se deslizo hacia el suelo. Quedo ahí tendido en silencio con su corazón agitado. ¿Qué había sido eso? Se preguntaba mientras una pequeña sonrisa se formaba en su rostro, había sentido algo entre ellos cuando sus ojos se encontraron, una conexión que no necesitaba palabras.

Agito su cabeza para sacar esos pensamientos. Se iba a casar con el príncipe Todoroki no podía estar sintiendo nada por ninguna otra persona. Solo debía amar a su futuro marido para que viniera pronto por él.

Una duda cruzo su mente ¿Quería irse de la isla?

Pasaron los minutos y no encontró respuesta, se irguió recargándose en la pared y guió sus pasos a la chimenea en donde se agacho frente al fuego. Sin darse cuenta olfateo el aroma que desprendía la capa que aun estaba en su cuerpo, se arropó aun más con ella y quedo observando las llamas.

La noche llego junto a una fría briza, se arropo entre las mantas pero sus pensamientos no estaban en quedarse dormido sino en una sola persona que capaz que estuviera durmiendo a las afueras.

Cuando los rayos del sol lo despertaron sus cansados ojos, por dormir pocas horas, se abrieron, bostezo y salió de la estancia para ir por algo de comer. Había pasado directo hacia donde siempre estaba la comida por lo que no se percato hasta unos segundos después, que el rubio cenizo yacía dormido plácidamente sobre la alfombra con su mascota en su pecho. Sonrió y una pequeña risa salió de sus labios, la cual cubrió enseguida para no despertarlo, no quería tenerlo frente a frente tan temprano, todavía tenía estragos en su interior por lo que mejor sería pasar la mañana lo mas lejos de él.

Luego de comer y asegurarse que Katsuki seguía dormido, fue a buscar la prenda que había dejado secar la noche anterior, la doblo y la dejo al lado del cuerpo ajeno.

Camino con tranquilidad por los arboles que se extendían en el interior de la isla, ya los caminos se le hacían conocidos y rogó por no perderse, las diversas flores captaban su atención por lo que a unos cuentos pasos se detenía para contemplarlas y pasar sus dedos por los suaves pétalos, eso sí, tenia cuidado de no acercarse a las que eran venenosas, todavía recordaba los improperios que el oji-rubí le había gritado cuando su mano casi palpo una que era peculiarmente hermosa y atrayente, pero muy peligrosa.

I'm a dragon [KatsuDeku][COMPLETA]Where stories live. Discover now