"Todo por culpa de ese reto"

Cap 15

¿Por qué no me extraña ahora?

H: nunca podría faltar algo así en un momento de la vida...

*los dos muchachos suspiraron levemente, no hacía tanto frío como esperaban ya que habían frutas que no necesitaban de extremos frío para conservarse pero quedarse tampoco era la idea, así que nada más hicieron que caminar alrededor del ampliado lugar.*

H: para ser una tienda pequeña si tienen congeladores enormes.

Ya lo creo, podría ser una pista de patinaje privada para practicar.

H: ¿mantener el equilibrio?

Y dar unas cuantas vueltas evitando caer.

"O para que los pequeños aprendan a usar los patines."

*los dos dijeron al mismo tiempo este último riendo levemente por imaginarlo, no había mucho que hacer más que ver las cosas congeladas y en buen estado, una pequeña ventana era lo único que daba oxígeno natural a la habitación, ambos muchachos miraron la puerta, parecía que el cerrojo no era difícil de abrir.*

H: no hay caso perdido, podemos hacerlo.

¿Desde cuándo aprendiste de esto?

H: ¿tú cómo crees que pude salir de la habitación cuando Hitomiko-sama nos castigó?

*volvieron a reír por el recuerdo, el albino se quedó a la altura del pelirrojo que a pesar de que éste estaba tratando con un bolígrafo sin la punta de grafito podía verse el aliento frío que emanaba de su boca a lo que el albino dejo el dedo índice en su mejilla haciendo extrañar a éste.*

No me dijiste que tenías frío...

H: ¿ah? Es que... No es para tanto, estoy bien.

*sin embargo el albino sabía perfectamente que mientras más alta suba la temperatura más probabilidades de que le suceda algo llegan, él puede aguantar pues ciertamente venía de una ciudad donde el invierno es casi todos los días pero el pelirrojo viene de un clima tibio o caliente así que viendo que su piel comenzaba a enfriarse más le dio un abrazo haciendo que se sorprendiera bastante.*

H: eeehh... ¿Sh-shiro?

Estas demasiado frío, tranquilo es solo que no quiero que te de un resfriado después jeje.

H: e-ehh... B-bueno... Eemm... G-gracias jejej

*por primera vez en la historia en lo que va de estos días sus mejillas se habían colorado de un rojo casi rosa que rogaba que el albino no viera, pero resulto lo contrario pero no se dijo algo como resultado y se dejó continuar hasta que lograron abrir la puerta, despacio se separaron y rápidamente salieron de ahí.*

H: al fin.

Felicidades.

H: n-no es para tanto.

Te apuesto a que si~

*los dos cerraron la puerta para que nada se enfriara de más y salir pagando las cosas que compraron, de camino por las calles con un poco de silencio roto por los ruidos de las sirenas que pasaban de un lado a otro.*

H: etto... Shiro...?

*decidió finalmente romper ese silencio, el mencionado volteo la mirada encontrándose de nueva cuenta con un sonrojo ligero en los polos de sus mejillas.*

¿Mande?

H: eeehh... s-solo quería agradecerte por ayudar...

¿Ah? ¿En qué?

*el pelirrojo paso saliva un poco antes de desviar la mirada.*

H: sobre el abrazo... No... Era necesario...

Aaaah! Por supuesto que sí lo era, de lo contrario te ibas a congelar antes de que podamos salir.

H: ¿pero tú no sentías frío?

¿Acaso crees que ir a una montaña pasando 7 días con solo una camisa sin suéter era nada más por diversión? Desde que tengo memoria el frío no me ha dado efectos graves además de un resfriado.

H: vaya, mira que no sabía que te gustaba el peligro, eso explica mucho.

No soy imán para eso, solo quise ir.

H: lo dice el que pelea con osos~

*ambos volvieron a reír antes de que la tarde llegara rápidamente, recibió una llamada de su familia diciendo que le esperarán en casa para cenar a lo que suspiro.*

H: bueno, supongo que ya debo irme, ten cuidado cuando llegues ¿de acuerdo?

Está bien, igual ten mucho cuidado no vayas a culparme después.

*volvieron a reír. El pelirrojo asintió y despacio se fue alejando de el caminando por una dirección distinta, el albino regresando a la casa dejo su parte en la cocina y fue a arreglar algunas cosas, recibió un mensaje del pelicrema avisando que en un rato irá a verle, pero no decía en donde por lo que el albino aprovecho el rato "libre" para descansar y tomar agua mientras miraba un dorama.*

Vaya día, me pregunto ¿para qué quería Goenji-kun verme esta noche?

*pasaba el rato recuperando las energías que decidió bajarse a cambiarse por una pijama pero recordó que le quería ver, entonces bajo las escaleras a ver si faltaba algo por acomodar pero al no ver nada que arreglar se quedó sobre el sofá cerrando los ojos un par de minutos para evitar que el sueño le gane durante el resto de la tarde hasta escuchar la puerta tocar, despacio se fue levantando para despertarse y al abrir la puerta estaba el.*

Buenas tardes-noches.

*sonriendo con amabilidad que fue correspondida por la del moreno.*

G: disculpa que venga a esta hora, ¿estás cansado?

No, hace rato que me dormí y no creo que me de sueño hasta en unas horas.

G: ¿seguro? Porque si quieres podríamos dejarlo para mañana

Seguro Goenji-kun, no pasa nada.

G: si insistes.

*se alejó de la puerta dejándolo pasar.*

¿Sucedió algo?

G: no mucho, mi padre quiere tener tiempo para una remodelación cerca de mi habitación y tenemos que quedarnos temporalmente fuera de casa hasta que terminen.

Que mal, espero que todo vaya bien.

G: y a propósito de eso ¿Cómo estás? ¿Fue un día largo?

Bastante jejej, no sé qué poder esperar mañana.

G: "espera lo inesperado"

*dijo imitándola voz de cierto peliverde que hizo sacar carcajadas al peliplata.*

Igual a Mido-san.

G: se nos contagia sus refranes jeje

Ya lo creo, bueno ¿tienes hambre, sed, o algo?

G: vine preparado, no te preocupes por ello, además, quisiera preguntarte algo...

¿Sí? Dime.

G: quieres... ¿ir mañana conmigo a salir?

¿Salir? ¿A dónde?

G: es sorpresa.

*el peliplata lo pensó un poco pero la sonrisa era bastante clara.*

Por supuesto.

G: gracias, ¿quieres ver una película?

*dijo mientras acomodaba su bolso sobre sus manos.*

Sí que piensas en todo, está bien.

*y así preparando todo pusieron una película de detectives, el pelicrema se había adelantado a todo lo que necesitaban que el albino solo podía sorprenderse.*