―Capítulo III

1.4K 126 34
                                    

La motocicleta de Jesse se detuvo frente a él, y Heba sintió alivio de que el mayor estuviera sólo en ese instante porque no sabría cómo reaccionaría si también iba a buscarlo con Haou

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

La motocicleta de Jesse se detuvo frente a él, y Heba sintió alivio de que el mayor estuviera sólo en ese instante porque no sabría cómo reaccionaría si también iba a buscarlo con Haou.

El alfa frente a él se quitó el casco, su cabello desordenado cayendo sobre sus ojos, y Heba sintió deseos de pasar sus dedos por entremedio de su pelo.

Por supuesto, se contuvo.

―¿Necesitas un aventón para tu casa? ―preguntó Jesse sonriendo, ofreciéndole el casco.

Heba lo tomó, poniéndoselo, y subió detrás de Jesse, abrazándolo por la cintura sintiendo el masculino olor alfa envolviéndolo.

Heba no sabía a qué olía él, no podía adivinar su aroma, pero esperaba que no fuera algo tan fuerte como el olor de Jesse porque él inmediatamente quedó un poco aturdido cuando el aroma de cuero y pino lo llenaron.

―¿Puedo pasar la noche en tu casa, por favor? ―preguntó en voz baja.

Jesse pareció tensarse unos segundos, sin embargo, luego relajó sus hombros y encendió la moto.

―Tus deseos son órdenes, Heb.

Cerró sus ojos cuando el apodo envió una ola de calor por su espina dorsal, y se aferró al cuerpo de Jesse apenas partió, apretando contra su cuerpo la cajita con las cartas.

Minutos después Jesse se estacionó fuera de un conjunto departamental por lo que Heba se bajó, esperando al alfa para que lo guiara a su hogar.

―Vivo solo ―comentó Jesse en el ascensor―, bueno, con Haou ―se removió, nervioso―. Sobre lo del otro día, me disculpo por él...

Heba le miró, asintiendo.

―No importa ―contestó restándole importancia.

Jesse rascó su mejilla, sin decir otra cosa, y cuando las puertas del ascensor se abrieron salió hacia la derecha, deteniéndose delante de una puerta. Heba le siguió avergonzado pero sin saber exactamente el porqué.

El más alto abrió, quedándose quieto.

Heba sintió que se ahogaba cuando un olor suave, como loción de bebé, llegó a su nariz.

―¿Jesse? ―se oyó una voz viniendo del interior―. Estoy aburrido, Jess-Jess, ¿por qué no vienes y me follas?

Sentía de pronto sus mejillas coloradas, en especial cuando los ojos de Jesse se dilataron.

―Mierda, Haou, ve a ponerte algo de ropa ―ordenó Jesse entrando.

―¿Por qué? ¿Sigues enojado conmigo? Anda, prometo... ―Haou se enderezó cuando Heba apareció también, sin mirarlo a los ojos―. Oh ―el omega bajó un poco la camisa blanca y larga que llevaba, ocultando su ropa interior―, bueno, si quieres un trío...

𝐘𝐮𝐚𝐧𝐟𝐞𝐧 ❘ 𝐁𝐥𝐢𝐧𝐝𝐬𝐡𝐢𝐩𝐩𝐢𝐧𝐠 ❘Where stories live. Discover now