𝐘𝐮𝐚𝐧𝐟𝐞𝐧 ❘ 𝐁𝐥𝐢𝐧𝐝𝐬𝐡𝐢𝐩𝐩𝐢𝐧𝐠 ❘

―Extra: Qué Hubiera Sido Si...

—Advertencias importantes a leer antes de continuar con esta lectura

Este será el único extra que subiré dentro de Yuanfen, basado en un AU alternativo que se preguntarian una vez: ¿cómo habría sido la historia si Atem hubiera matado a Heba?

Debido a ello, como advertencias, pongo en mayúsculas las siguientes para que las personas que quieran dejar la lectura, lo hagan:

—RELACIÓN ENFERMIZA Y DEPENDIENTE.

—SEXO FORZADO, VIOLACIÓN Y VIOLENCIA INTRAFAMILIAR.

—MUERTE DE PERSONAJE.

—La historia es en sí frágil, no tiene nada que ver con el canon de Kilig/Yuanfen, por lo tanto, veremos a un Atem demasiado violento y a un Yūgi frágil y débil.

—Por favor, de verdad que es demasiado duro. Hubo un momento en el que yo me puse a llorar por lo triste y deprimente que es. Si no te gusta la temática, NO LO LEAS. Si veo comentarios criticando el contenido, serán eliminados.

—NO QUIERO QUEJAS AL FINAL.

Yūgi sintió el sabor a sangre en su boca mientras permanecía en el suelo, quieto, sin moverse, callado, sólo respirando en tanto su alfa estaba de pie frente a él, con la mano todavía levantada.

El fuego crepitaba en la chimenea y Yūgi lo observaba como si fuera algo ajeno.

―¿Tienes otras fotos? ―preguntó Atem con voz helada.

Limpió sus ojos, sorbiendo por su nariz, tratando de controlar el llanto. Si hubiera sido por cualquier otro error, Yūgi no habría llorado: cinco años viviendo con Atem lo habían preparado lo suficiente para controlar sus lágrimas y a su omega, para no romperse porque sabía que el alfa detestaba que llorara.

Pero bajo esa situación resultaba imposible que pudiera hacerlo.

―No ―dijo con voz temblando.

Escuchó el gruñido del moreno pero siguió sin moverse aunque sus ojos observaron la arrugada fotografía que el alfa sostenía.

Quiso pedirle que se la devolviera, sin embargo, sabía que eso sólo empeoraría las cosas.

Aunque no pudo evitar llorar más cuando vio a Atem rompiendo la vieja fotografía donde su Heba estaba jugando en su sillita móvil, riéndose, sus ojitos arrugados, mirando directamente a la cámara, para después tirar los restos al fuego.

Atem lo agarró del cabello, tirando de él, obligándolo a sentarse.

―¿Tienes más fotografías? ―preguntó con tono alfa, helado, amenazante.