Cap 4:

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" Veo como se acerca hasta mi débil cuerpo, que se encuentra tendido en el piso, el sonido de la hebilla del cinturon es desprendida, como en sus ojos veo la maldad, no le interesa que esté en el piso, lastimada y con marcas que el maldito cinturon provocó. Cierra mis ojos y deja escapar las lágrimas, antes de sentir como el cinturon chocar con fuerza sobre mi piel, no tengo escapatoria para eso, tengo que aceptar que no siempre se gana, que no puedo escapar de esta maldita vida que me tocó, con sólo diez años llego a la conclusión de que no le importa que el cinturon golpe mi piel, más me duele saber y ver como esa persona me golpea, como si no ubiera un mañana."

Lali se despierta alterada, sudando, con lágrimas en sus ojos y sus mejillas empapadas, otro maldito sueño, aunque eso pasó hace 8 años atrás, siente cada cosa que le paso, se le heriza la piel de solo pensar en eso, sabe que no va a poder reconciliar el sueño, necesita un abrazo.
Con los pies descalzos sobre las losas frías de la habitación se levanta, para girar el pomo de la puerta y salir de su habitación, para entrar a la de sus padres.

Majo: mi niña que paso- pregunta refregando sus ojos y mirando a lali, para llamarla y que venga a los brazos de la misma.

Lali: ¿puedo dormir con ustedes? - consulta.

Majo: claro que si, cuantame ¿que pasa? - consulta mientras abraza a Lali y deja que se coloque en su pecho, mientras acaricia su cabeza.

Lali: volví a tener otra pesadilla- cuenta mientras se derrumba en un mar de lágrimas.

Carlos: tranquila mi amor, no te va a pasar nada, no va a volver, estas a salvo ahora- pero esas palabras no ayudan en mucho.

Lali: hay días en los que tengo miedo, de que esto sea un sueño y me tenga que despertar- llora mientras la abrazan.

Majo: mi niña, no es un sueño, estas con nosotros, en nuestra casa, no te va a pasar nada.- pero en momentos así las palabras no sirven de nada.

Lali: no quiero ser una carga para ustedes- los dos la miran y no pueden evitar soltar un par de lágrimas.

Majo: mi amor, escuchame, vos no sos una carga para nosotros, desde que apareciste, mi amor, no sos una carga- le dice mientras acaricia su cabeza.

Carlos: jamás fuiste, sos y serás una carga para nosotros, nos alegraste la vida desde que llegaste, el día que te conocimos, nos enteramos de que no podíamos tener hijos, no sabíamos que hacer, desde la salida de la clínica, Majo no hablo en todo el camino eso me preocupo, pero de la nada te vimos, a Majo se le dibujo una sonrisa y desde ese día supimos y queríamos a toda costa que estuvieras con nosotros.

Majo: jamás te vamos a dejar, mi chiquita vení- todos en algún momento tenemos recaídas, no somos fuertes, no nacemos sabiendo como es la vida, la aprendemos a vivirla día tras día, siempre van a ver esos días grises, pero también hay más colores, esos alegres colores son los que hacen opacar a el gris y lo convierten en algo mas alegre, no tengas miedo de demostrar tus sentimientos, llora cuando quieras, no te hace más débil llorar, tampoco es malo, al contrario es una de las mejores maneras de desahogarte...


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