A través de la ventana.

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Yugyeom se sienta en el sofá gris, deja el libro que no terminó la sesión pasada en la mesita de madera y a un lado de allí posa su termo donde almacena su café.

Mira, como es costumbre por la ventana, allí donde la cafetería brilla del otro lado de la calle.

Sus pecho vibra al verlo llegar y Yugyeom no evita ver su reloj, pensando lo mismo que todos los días,  siempre tan puntual, ya que todos los días sin falta aquel muchacho de cabello sedoso y labios rosados entra al establecimiento cargando su guitarra en su espalda.

Sin prestar total atención al ambiente de la biblioteca sus ojos siguen al joven de abrigo negro, que saludando al personal del local se detiene en el pequeño escenario que es iluminado por luces de colores que siguen el ritmo de lo que vaya a cantar, o al menos eso supone, ya que nunca le ha oído escuchar porque las ventanas de la biblioteca son gruesas, diseñadas especialmente para evitar que ruidos exteriores se infiltraran y molestaran a las personas que decidieran pasar su tiempo allí.

Satisfecho, Yugyeom toma el libro de portada gruesa y comienza a leer donde la vez pasada se ha quedado.

Sus ojos recorren las letras y siente que lo que dice allí es una orden o una señal divina para aventurarse y dejar de verlo por la ventana.

El momento en el que pienses que algo es para tí, no lo dudes y arriesgate, porque después de que el temor se haya consumido, la recompensa sabe más dulce.

Yugyeom entiende al fin, después de tres meses siente la necesidad de ir allí y hablar con él, averiguar si el tono de su voz es el mismo al cantar, saber si su voz transmite el mismo sentimiento que cuando lo ve por el cristal. Saber si realmente su corazón late desenfrenado cuando éste cerca de él.

Los días pasan y lentamente, cada uno le ve marcharse caminando al mismo lugar donde él parte a su departamento.

Con miedo sin saber realmente la razón un día temeroso se levanta, metiendo rápidamente el libro en su maletín y agarrando el termo con los dientes sale corriendo de allí al verle salir del lugar.

Apresurado lo busca con la mirada y comienza a seguirlo debajo de la lluvia, Yugyeom saca el paraguas de su bolsa y lo abre apresurando el paso al verlo correr intentando ocultarse de la lluvia.

El castaño maldice en voz baja al ver que las nubes obscurecen y saber que llegará seguramente empapado a su departamento.
Sin embargo un sonido bastante conocido lo arropa y levanta la mirada.

Sus ojos se encuentran con unos brillantes color cafés, y una suave sonrisa.

Las gotas chocan con el plástico que les cubre y Jungkook no sabe que hacer.

La temblorosa voz del mas alto rompen sus pensamientos y pronuncia un suave— No debes mojarte.

El mas bajo boquea un par de veces sin saber que decir, porque no tiene experiencia y no sabe si aquel muchacho le está coqueteando o simplemente está siendo amable.

— Sí.— logra articular, un sonido suave bajo el mismo de la lluvia pero a Yugyeom parece bastarle para hacerle compañía.

— ¿Te acompaño?

Jungkook asiente de nuevo.

Y ambos saben casi sin decirse nada que es el destino talvez o simplemente su futuro que les depara frente a sus ojos.

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One Shots YugkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora