ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ 4

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—¡Sorpresa! —gritaron todos los chicos apenas abrió la puerta.

Sorprendida a más no poder, Seyeon les dió pase a su piso. Era un sábado por la noche, creía que podría dormir. Lo que menos se esperaba era una visita así de repentina.

—¿Q-qué hacen aquí? —cerró la puerta al entrar el último y les siguió hacia su pequeña sala.

Prácticamente se paseaban alrededor como si también vivieran allí.

—Es sábado —Soobin contestó, y prosiguió a sentirse a lo largo del sofá más extenso—. Toca reunión de patas.

—Y lo mejor de todo, ¡hay pizza! —Yeri alzó la caja tamaño familiar con una sonrisa de oreja a oreja.

Seyeon suspiró, diciéndole adiós a su sueño de ocho horas.

—Está bien —cedió tomando asiento en la alfombra—, pero lamento que este lugar sea tan pequeño —sonrió apenada.

—Estamos bien y calentitos —Haechan se sentó junto a la de cabellos cortos, dándole una de sus resplandecientes sonrisas—, eso es lo que importa.

Seyeon le agradeció con ojos de alivio.

—¿Alguien se ofrece a pagar la gaseosa? —Soojin preguntó y se recostó al lado de Soobin.

Este último sonrió y la apretujó contra su pecho. La mayor, en respuesta, pasó su brazo por la cintura contraria y acurrucó su rostro en el pecho de su novio.

—Yo invito —Jennie se ofreció sacando su billetera.

—Ay, sorry —Chanyeol finalmente habló en burla—, olvidé que somos amigos de la chica millonaria.

—¡Ya! —la chica en cuestión se defendió lanzándole una almohada.

Los presentes vieron a esta caer en la cara de Soojin, quien permaneció con un rostro neutro, para segundos después ponerse en pie lentamente con dicho objeto en sus manos. Un aura aterradora la envolvía.

—Ok —tembló Soobin—. Esto se va a descontrolar.

Soojin lanzó la almohada contra Haechan y este la esquivó, por lo que terminó impactando en la mano de Jennie a la vez que salía volando su billetera.

—Woah, llueve dinero —Yeri atrapó unos billetes.

—¡Hey, que son míos! —Jennie trató de quitárselos.

—No tienen tu nombre —contestó la rubia frunciendo el ceño de manera muy tierna.

Yeol aprovechó el pánico y susurró algo a Donghyuck en el oído, quien rió travieso ante ello. ¿Qué se traman? Seyeon achicó la vista, mirándolos de forma sospechosa. Al parecer se percataron de ello, pues la observaron cómplices. El mayor señaló la almohada a su costado y alzó la suya propia. Prácticamente estaba incitando a Seyeon a lanzarle el objeto a Soobin, que se hacía cariñitos con Soojin en el sofá ignorando el caos a su alrededor.

Para qué negarme, sería divertido. Tomó el objeto, poniéndose en posición.

—Y... ¡ya! —exclamó la de cabellos cortos claros, a la par que sus otros dos amigos las lanzaban también.

Tenía que admitirlo, fue chistoso. La almohada cayó justo en el rostro del rubio cuando su pareja y él se hacían naricitas. Soojin levantó el rostro tipo Samara y casi les salta encima. Soobin la sujetó de la cintura riéndose y diciéndole tiernamente que se calmara. Le dio un besito en el cuello y ella se sonrojó al instante, sentándose de nuevo en un segundo con los ojos muy abiertos.

ᴾˡᵉᵃˢᵉ, ᶜᵘʳᵉ ᵐᵉ - ᶜʰᵒⁱ ʸᵉᵒⁿʲᵘⁿWhere stories live. Discover now