ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ 7

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Seyeon tomó una profunda respiración mirando a través de la ventana. No había hablado con el par de enamorados desde aquel día...

—¿Te encuentras bien, querida? —preguntó la taxista.

Seyeon forzó una sonrisa. De pura coincidencia ese día había vuelto a toparse con la señora. Al parecer era evidente la preocupación en ella, pues mantuvo silencio todo el camino a su lugar de trabajo.

—Lo estoy, no se preocupe.

—Bueno... digo, no estás habladora como la otra vez. Además que hace 5 minutos que miras por la ventana y no has bajado.

La de cabellos cortos se sintió sonrojar avergonzada y abrió la puerta.

—Lo siento mucho.

—No te preocupes, me recuerdas tanto a mi juventud —suspiró—. Niña, no sé lo que te atormente tanto, pero no pienses mucho las cosas, solo hazlas. Es el único consejo que puedo darte. Si piensas mucho las cosas, te confundirás. Equivócate y aprende, de eso se trata la vida, ¿no crees?

Seyeon asintió no muy convencida. Ojalá hacerlo fuese más fácil que decirlo.

—Gracias seño, ya me voy.

—Adiós, niña.

Una vez bajó volvió a mirar nerviosa el letrero de "abierto". Sabía que a este paso debería estar llegando tarde. El carro se fue detrás de ella y se dijo a sí misma que era cierto, solo entraría sin pensarlo más.

—Buenas tardes...

—¡Seyeon!

Sintió un par de brazos envolverla casi asfixiándola. Correspondió al gesto confundida, y segundos después, Soojin se separó.

—Nos tenías tan preocupados —puchereó.

Alzó la mirada notando al chico de su corazón frente a ella. El ceño fruncido evidenciando su enojo.

—Yo...

No pudo hablar cuando nuevamente fue envuelta por unos brazos ahora más fuertes. Sintió sus mejillas arder y su corazón latir deprisa. Tuvo tanto miedo de que Soobin lo notara que se apresuró en alejarse con cuidado.

—¿Estás bien? —preguntó él al instante—. ¿Qué ocurrió ese día? ¿Por qué te fuiste de repente?

—Soobin basta —Soojin interrumpió—. La estás abrumando.

Miró a su alrededor. El lugar estaba casi vacío a excepción de 4 personas que los miraban con curiosidad.

—No es el lugar para hablar. Que termine el turno de hoy y hablaremos mejor de ello —se volteó a Seyeon y le sonrió—. Me alegro de verte, Yeonnie.

La menor devolvió el gesto y Soobin suspiró antes de también sonreír. Los tres se dirigieron a sus puestos; Seyeon se colocó su delantal y saludó a Haechan, Yeri, Jennie y Chanyeol.

—Date prisa, ya están llegando más personas —pidió Haechan mientras él se apresuraba en llevar los pedidos a las mesas respectivas.

—Tienes la mejor memoria aquí, y si no estás es un desastre —rió Soojin sin dejar su puesto en la caja.

Seyeon le sonrió.

Hizo su trabajo naturalmente, y aunque esperaba que durara más para no tener que dar respuestas, rápidamente el tiempo pasó y el último cliente se fue satisfecho.

—¡Finalmente! —Yeri y Haechan chocaron los cinco—. Vayamos de parranda, ¿qué dicen?

El moreno calló en cuanto vio a Jennie señalando discretamente al alto que miraba preocupadamente a Seyeon. Donghyuck y Yeri abrieron su boca en una O y asintieron.

ᴾˡᵉᵃˢᵉ, ᶜᵘʳᵉ ᵐᵉ - ᶜʰᵒⁱ ʸᵉᵒⁿʲᵘⁿWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu