ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ 9

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—Ha mejorado su tiempo, Choi —felicitó el profesor. Pensó unos momentos antes de dirigir su mirada a Seyeon y sonreír—. Muy bien, nuevamente tengo curiosidad. Jang y Choi, a la línea.

Yuqi codeó a su amiga. La otra, en cambio, se quejó. Eso era culpa de Yuqi, y esperaba que al maestro no se le hiciera costumbre hacerlos competir.

Sacudió sus pantalones y se puso en pie. Mientras caminaba a la línea, Seyeon podía escuchar los cuchicheos ya comunes.

"La parejita va a competir. Seguro y deciden empatar al final".

Lo que no sabían era que ninguno de ellos estaba dispuesto a ser considerado con el otro, una competencia era una competencia.

—Hagamos esto, Sese —dijo Yeonjun asegurando sus pasadores.

—¿Sese?

—Suena lindo y divertido. Más que nada divertido, así que creo que quedaría contigo. ¿Te parece?

Seyeon ladeó la cabeza, aunque al final terminó por asentir.

—Bien —el chico estiró sus brazos y se puso en posición—. Veamos quién gana esta vez.

Cuando el profesor tocó el silbato, ambos jóvenes salieron disparados. Nuevamente sus tiempos eran similares; Seyeon dudaba de si la táctica de saltar le sería últil esta vez...

Miró de reojo a Yeonjun, notando la forma en la que él respiraba para mantener un ritmo constante. Sus ojos se dirigieron a sus labios. De por sí Yeonjun tenía unos belfos esponjosos, y eran muy suaves cuando los sentías. Incluso estaban más cuidados que sus propios labios.

Y ella lo sabía porque él ya la había besado.

Sintió su rostro colorearse y sin darse cuenta, enredó sus pies uno con el otro sin poder evitar caerse rodando y raspando su rodilla.

—Tremenda —Yuqi palmeó su propio rostro.

—Señorita Jang —se acercó el profesor.

Al momento en el que Yeonjun escuchó el sonido de la caída dejó de correr y se acercó a su novia.

—Te raspaste la rodilla —dijo él señalando con su mentón la herida abierta que sangraba.

—No es nada —se encogió de hombros. Sin embargo, sus palabras no concordaban con sus acciones, pues tuvo dificultades al pararse y su rostro se contrajo en una expresión de dolor. Yeonjun la sostuvo del hombro.

—No digas tonterías —regañó a la chica antes de dirigir su mirada al maestro—. ¿Puedo llevarla a enfermería?

El maestro asintió y Yeonjun comenzó a caminar suavemente llevando consigo a Seyeon, quien caminaba en un solo pie. Flexionar y estirar la otra pierna le dolía por lo abierta que estaba su herida. La de cabellos cortos se sintió sonrojar nuevamente al oír los murmullos y notar la mirada juguetona que le dio su mejor amiga.

Siguieron caminando.

Algo que caracterizaba a Seyeon era su gusto por los diferentes aromas. Teniendo a Yeonjun así de cerca y analizándolo mejor, podía notar un leve olor a jabón y chocolate.

¿Por qué chocolate?; se preguntó a sí misma.

—Bien, esto no está funcionando —dijo Yeonjun de repente sacándola así de su ensoñación. Seyeon iba a preguntar cuando entonces él se apartó suavemente de ella y dándole una mirada, terminó por arrodillarse dándole la espalda—. Sube, será más fácil así subir las escaleras.

Asintió suavemente antes de hacer lo que él chico dijo, teniendo cuidado de no chocar su rodilla con el cuerpo del contrario. Una vez se sostuvo, Yeonjun se puso en pie y comenzó a caminar.

ᴾˡᵉᵃˢᵉ, ᶜᵘʳᵉ ᵐᵉ - ᶜʰᵒⁱ ʸᵉᵒⁿʲᵘⁿWhere stories live. Discover now