ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ 16

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Yuqi andaba preocupada de un lado al otro. Los demás estudiantes se preocuparon al verla tirar de sus propios cabellos hacia abajo; era una manía que tenía cuando algo le angustiaba.

—¿Cuál es el salón de Choi Yeonjun? —preguntó a Jiwoo.

—Oh, en el del final del pasillo —respondió la apodada Chuu, tratando de ayudar—. ¿Ocurre algo malo?

—Espero que no... —respondió en un murmullo avanzando al lugar mencionado.

Todos voltearon de golpe al sentir el estruendo que hizo Yuqi al abrir la puerta. Le importó poco apartar de mala manera a las chicas y algunos chicos que rodeaban al de cabellos chocolates. Una vez lo tuvo en frente, se apoyó contra su escritorio y dijo con notoria preocupación:

—Seyeon no vino.

Yeonjun frunció el ceño y se paró, caminando fuera del salón siendo seguido por la de rulos.

—¿No estará enferma?

—Ella no se permite faltar más de una o máximo dos veces al año, no importa qué tan enferma esté, solo si es algo muy urgente. Ya faltó dos veces seguidas la otra vez. La llamé pero no contesta...

Yuqi suspiró.

—Iría a buscarla a la salida, pero nunca me a querido decir dónde vive  y sinceramente no le tomé mucha importancia, pues cuando tiene tiempo libre nos reunimos en cualquier otra parte. Tú eres... ¿o eras?, su novio. Sabes dónde vive, ¿verdad?

Yeonjun asintió y rascó su nuca antes de responder.

—Iré, no te preocupes.

—Gracias... sé que no están en los mejores términos, pero yo sí creo que la quieres —palmeó su hombro—. Ya me voy más tranquila. Le dices a la niña de mi parte que la próxima avise si está mal.

Yeonjun le sonrió a Yuqi y dio media vuelta para volver a su salón. Una vez allí dentro ignoró las cuestionantes que daban sus compañeras de salón, y en cambio, apoyó su rostro en su mano mientras miraba la ventana; pensando...

Los últimos días no habían sido alegres para él; tenía mucho en lo que razonar. Sin duda había exagerado, pero tenía sus motivos.

Le había traído feos recuerdos.

Sacudió su cabeza apartando los malos pensamientos. Iría a buscarla a penas el horario escolar terminase.

Avanzó a pasos veloces hacia la puerta de enfrente, arriba de las escaleras, y dando un corto suspiro, tocó con sus nudillos sobre la superficie de madera

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Avanzó a pasos veloces hacia la puerta de enfrente, arriba de las escaleras, y dando un corto suspiro, tocó con sus nudillos sobre la superficie de madera. Esperó pacientemente, pero al no recibir respuesta comenzó a preocuparse. Iba a volver a tocar cuando en ese momento, la puerta fue abierta en su cara.

El rostro de la chica estaba demacrado y sus ojos llorosos, y en cuanto se percató de que era Yeonjun, quiso cerrar la puerta.

Él logró impedirlo.

—No estás bien —señaló lo evidente.

—¿Q-qué haces aquí? —preguntó Seyeon presionando más la manta que la envolvía—. Creí que seguías enojado...

Yeonjun la observó tiritar; era evidente que tenía fiebre. Sus mejillas y ojos rojizos le confirmaban que también había estado llorando; dudaba que todo se debiese a él, sin duda había algo que la preocupaba y atormentaba.

No pudiendo soportarlo más, se acercó cerrando la puerta detrás de él y la envolvió en sus brazos. La sintió sorprenderse y tratar de alejarse pero lo impidió. Apoyó su mentón sobre la cabeza ajena y respiró con tranquilidad.

—No tienes porqué sufrir sola. Mientras yo esté aquí, no importa que no estemos bien, siempre puedes contar conmigo.

La sintió estarse quieta por unos instantes, hasta que finalmente pasó sus dedos tras su espalda y se sostuvo arrugando la prenda entre sus dedos.

Y entonces dejó salir todo el llanto.

Ambos se deslizaron hacia abajo y Yeonjun en ningún momento la soltó; no la forzó a hablar y limpió sus lágrimas hasta que se quedó dormida.

Sus piernas dolían por la posición, pero agarrando fuerzas, se levantó con la chica en brazos y avanzó abriendo la primera puerta a la derecha, dando con la habitación de la chica. Suavemente la recostó tapándola con la sábana más delgada, y una vez estuvo acomodada, depositó un beso en su frente dispuesto a irse.

Eso hasta que se encontró con esos ojos al momento en que quiso separarse.

—Lo siento.

Yeonjun ladeó la cabeza y suspirando, le dio una pequeña sonrisa.

—Está bien, ya pasó —acarició sus cabellos—. Creo que exageré. Soobin y tú son amigos, y eso está bien.

Aunque yo no esté seguro de sus intenciones.

Seyeon le sonrió con sus mejillas aún sonrosadas. Yeonjun acarició sus cabellos una última vez antes de alejarse.

—Descansa, cualquier cosa me avisas...

—Quédate a dormir —soltó de repente con nervios—. Por favor... ¿puedes?

Yeonjun no lo pensó mucho, después de todo, su hermana estaba en casa de Jiheon en una pijamada.

—¿Me haces un espacio?

Seyeon se arrimó lo más que pudo hacia su pared y Yeonjun se acomodó a su costado, pasando su brazo por debajo de su cabeza y acariciando sus cabellos.

—Ahora duerme, aquí me quedo —le sonrió.

Seyeon le devolvió el gesto antes de cerrar sus ojos. Se sentía más cómoda y tranquila.

Recordó lo que Yeonjun había dicho. El trato que era enamorarla y después romperle el corazón... sentía que todo había dado un giro.

Pero Yeonjun de igual manera pudo haber cambiado de opinión. De repente no veía posible un futuro juntos. Después de todo, sentía que fácilmente podría traerle problemas.

Se abrazó con más fuerza al cuerpo contrario.

Creo que me gustas. Y ahora no sé si quiero perderte.

Corto, pero weno, un cap es un cap 💖

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Corto, pero weno, un cap es un cap 💖

— d e s i r e —

P.D.: 1/3, cada 30 minutos pondré las siguientes partes 💖

ᴾˡᵉᵃˢᵉ, ᶜᵘʳᵉ ᵐᵉ - ᶜʰᵒⁱ ʸᵉᵒⁿʲᵘⁿTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang