La Más Odiada

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Le dí vueltas al asunto de Debrah un millón de veces, trataba de encontrar una solución para hacer que ella se vaya del Instituto y no regrese más. Sin embargo, por más que lo pensaba, más me daba cuenta que haga lo que haga, Debrah tenía razón: Nadie iba a creerme. Me encontraba absorta en mis pensamientos, dando vueltas en la cama, cuando mi prima entró a mi habitación, llevaba unos shorts rosados y una camiseta negra con la lengua de los Rollings Stone.

-¿Prima?-Asagi se veía preocupada, no había bajado a cenar y no tenía la misma actitud de siempre desde que ella había llegado a terminar los estudios aquí; por lo general luego de las clases ns pintábamos las uñas, conversábamos o jugábamos con sus muchas pelucas-¿Estás bien?

-No, prima, la verdad es que no-le respondí, ella se acercó y se sentó al lado mío, me acarició con suavidad el cabello.

-Dime que te pasa-suplicó con voz dulce, al menos a ella podía decirle la verdad.

-Es Debrah-le confesé.

-¿La chica de la que hablan todos?-preguntó-¿Te trató mal?

-No, peor que eso-dije y le conté toda la verdad, Asagi tuvo mis mismas reacciones ante las revelaciones de quién había sido esa muchacha. Al finalizar mi relato ella se quedó callada-Me crees, ¿no es así?

-Por supuesto que sí-aseguró-Pero esa perra se la montó bien montada para que nadie dude de ella.

-¿Qué podemos hacer?

-Seamos honestas, si tu vas por ahí diciendo lo que me contaste, nadie te creerá. Debemos seguirle el juego y hacer que Debrah se quiebre o finalmente se vaya.

-Eso no será sencillo-reconocí.

-No, pero se podrá.



Al día siguiente, mi prima y yo llegamos al colegio tomadas del brazo, ella me sostenía a mí ya que estaba temblando por el plan que estábamos a punto de emprender: Tenía que seguir a Debrah hasta cansarla y que, saturada, confiese la verdad, era una buena estrategia de agotarla física y mentalmente, y al mismo tiempo, no agredir.

-Suerte-susurró, Asagi cuando vimos a la ex de Castiel, quien se acercó con una sonrisa maliciosa.

-Hola, Annie-saludó con fingida dulzura, al ver a Asagi también la saludó-Oh, tu debes ser la prima de Annie, me han hablado muy bien de ti.

-Bonjour-dijo Asagi, no estaba dispuesta a ceder con el idioma, cuanto menos la entendiera Debrah, mejor para nosotras.

-¿Es francesa? No hablas español, al parecer-observó Debrah, estaba cayendo en el juego.

-Elle mord à l'hameçon-rió Asagi con una sonrisa, había dicho que había mordido el anzuelo.

-¿Asagi? Habla español pero se le atraviesa con el francés muy seguido-dijo Iris que había llegado a saludarnos.

-Es muy tímida-susurró Violeta, con una sonrisa, Debrah las miró de reojo y continuó hablando conmigo.

-Nos divertimos mucho ayer, Annie. Ojalá lo repitamos-su sonrisa fingida sólo pudo ser apreciada por mi prima y por mi. Asagi me pellizcó suavemente.

-¡Es cierto! ¡Me encantó pasar tiempo contigo!-exclamé con una super sonrisa-Estoy de acuerdo.

Debrah parpadeó, mi primer ataque la había desconcertado.

-Jajaja, que graciosa eres, Annie-rió con una mirada mortífera.

El timbre del inicio de las clases del primer periodo había sonado y nos retiramos hacia nuestros salones, pero mientras los profes hablaban apenas me podía concentrar, estaba pendiente de los movimientos de Debra por medio de Asagi que me mantenía al tanto por Whatsapp.

Castiel ese día tampoco había venido, cosa que me parecía muy rara pero mejor así, tenía un problema menos en la cabeza. Al sonar el timbre del recreo, salí disparada para los pasillos mientras me llegaba un mensaje de Asagi.

SE DIRIGE A LOS BAÑOS.

Decidí seguirla y efectivamente ahí estaba Debrah, ella entro y yo también, habían un par de chicas de otros cursos que no conocía, al entrar ella me miró y yo le sonreí; sin prestarle atención dejé mi mochila en la encimera y saqué mi brillo labial para retocarme un poco el maquillaje mientras ella se acomodaba el busto, cuando terminó salió del baño y yo la seguí mientras le tecleaba a toda velocidad la situación a Asagi, recibiendo expresas instrucciones que la siga.

De vez en cuando ella se daba vuelta para mirarme pero yo hacía de cuenta que no la seguía, finalmente me encaró.

-¿Qué es lo que pretendes, mocosa?-preguntó.

-No se de hablas, Deb-le dije con una sonrisa.

-¿Te crees que soy tonta?-preguntó-Se lo que planean tu y esa francesita, pero no voy a caer en esa trampa.

Corazón de Melón (libro #1)Onde histórias criam vida. Descubra agora