Sir Castiel

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Los días en el Palacio de Scone transcurrían lentamente, lo que en un principio había sido una ventisca con algunos copos de nieve se había transformado en una tormenta, durante la noche se había desatado y una mañana que me levanté ya habían varios centímetros de nieve. Nos encontrábamos varados en el Palacio pero eso no impedía divertirnos, si no estábamos montando a caballo o jugando entre nosotros nos colábamos a las cocinas para aprender secretos culinarios, en más de una ocasión el Chef Sinclaire nos echó pensando que íbamos a robar sus recetas hasta que Asagi dio orden de permitirnos ir a donde quisiéramos. Muy pronto me hice amigas de las mucamas y de los lacayos, me mostraron todos y cada uno de los pasadizos que usaban para cumplir con sus labores sin ser vistos ni escuchados y me enseñaron valiosos conocimientos de etiqueta y protocolo.

Esa mañana me desperté muy temprano, quizás mas que nadie; al correr las cortinas de la ventana pude apreciar que aún estaba oscuro afuera, el palacio estaba en silencio y solo se escuchaba el tictac del reloj a cuerda que estaba en el pasillo. Tomé mi reloj de pulsera y me fije en la hora, eran las seis de la mañana. Seguramente hasta los mismos criados estaban durmiendo. Me vestí y realicé mi rutina matutina de aseo, abrí la puerta de mi habitación con cuidado aunque esta chirrió un poco, en el pasillo se escuchaba alguno que otro ronquido de los muchachos pero el resto era silencio absoluto.

Bajé con cuidado las escaleras y me dirigí a la biblioteca, quizás podría leer un libro hasta que el servicio y los chicos despierten. Al llegar me sorprendió escuchar el crepitar de la chimenea y las luces danzarinas que el mismo fuego emitía, ¿mi tío estaba despierto? Al asomarme por el arco de la biblioteca descubrí quién era el madrugador, y no era el padre de Asagi, era Nathaniel que estaba leyendo un libro y al darse cuenta que estaba allí detuvo su lectura.

-Perdón, Nath-le dije, aún recordaba lo ocurrido en Victoria's Secret.

-No, Annie, adelante-dijo mientras dejaba su libro en la mesita auxiliar que tenía a su lado-¿No puedes dormir? A mi me cuesta adaptarme por el jet lag.

-Algo parecido-reconocí mientras le sonreía, el fuego crepitaba en la chimenea y la nieve había dejado de caer-No puedo tomar pastillas para dormir toda el mes.

-Claro que no, aunque podrías probar con hacer algo de ejercicio antes de la hora de dormir, de esa manera tu cuerpo estará más agotado y podrás conciliar el sueño con mayor facilidad.

-¿Eso haces para poder dormir?

-Por lo general, sí. Aunque anoche sólo quería dormir una linda siesta y ahora estoy pagando las consecuencias-el rubio dejó salir una clara risa y luego se quedó en silencio. Sólo se escuchaba el crepitar de la chimenea y los dedos de Nathaniel al golpear en el apoya brazos de su sillón.

-El otro día no sé porqué se me vino a la cabeza Debrah-comenté rompiendo el silencio entre nosotros dos.

-Un mal recuerdo, ¿por qué te acordaste de ella?

-No lo sé, supongo que mi cumpleaños y verlos a todos ustedes tan unidos me hizo... sentir bien... querida...-reconocí-Creo que era cierto que las adversidades unen aún más a las personas cuando se presenta un enemigo común.

-Es verdad-rió Nathaniel mientras se rascaba un ojo-Jamás en la vida se me hubiese imaginado poder salvar distancias con Castiel, menos aún después de lo ocurrido con Debrah.

-Bueno, al menos ahora lo pensará dos veces antes de tratarte mal cuando recuerde lo que ella dijo a viva voz por los alto parlantes-reconocí.

-Sí, recuerdo ese día-susurró con una sonrisa-No solo le dimos una lección, sino que además pude besarte.

En cuestión de milésimas de segundos mi cara se enrojeció; no había olvidado ese beso, tan fugaz y tierno, como diciendo "cuídate, por favor". Nuevamente se hizo presente el silencio, no sabía cómo continuar el tema ni cómo terminarlo, así que decidí dejarle la voz cantante al fuego de la chimenea que seguía crepitando, pero Nathaniel se acercó un poco más a mí y me tomó de la mejilla.

Corazón de Melón (libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora