Fin

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El último mensaje que le envió a Jeonghan fue un "Lo siento. Te amo". Era tan miserable, pero no encontraba otras palabras que resumieran mejor su sentir, pues si se extendía, el imbécil no leería su mensaje.


Lo envió hace ya trece días. Trece grises días en donde lo más escaso en ese tiempo era la alegría. Odiaba el haberse vuelto tan dependiente de Jeonghan, o si no, ahora no sufriría tanto. No se sentiría tan angustiado y destruido.


También odiaba preguntarse cosas como ¿Qué hubiera pasado si...? No servía de nada preguntarse eso, más que para hundirse en su miseria. Las cosas ya sucedieron, por lo que no podía cambiar nada más que su forma de actuar en el presente.


A veces sus ojos se iluminaban al tener esperanzas, débiles pensamientos de que Jeonghan valoraría más sus sentimientos que la mentira que los separo.


No quería presionarlo o hacerlo sentir culpable. Quizás si le daba tiempo para pensar, reconsideraría si valía la pena tirar lo que tenían a la mierda por el haber sido un alumno suyo.


Esa era la idea, mantener las distancias y respetar su espacio.


Pero había un gran problema.


- ¿Josh? ¿Qué haces aquí? –


Amaba demasiado a Yoon Jeonghan.


- Oye, no me ignores. ¿A dónde vas con esas cosas? –


Es alguien necesario en su vida, sin él, algo dentro suyo moriría.


- ¿S-Shua? Amigo, no hagas como que no estoy y, ¿Por qué pareces que vas a...? – Joshua se giró y cubrió la boca del menor con su mano libre. Este casi pego un grito por la sorpresa, pero se quedó congelado por la actitud de su amigo.


- Jun, estoy ocupado en algo muy importante y no puedo concentrarme con tu voz. Te quiero, amigo, pero por favor, no me molestes ahora. No interfieras ni dejes que el resto lo haga – Hablo con una tranquila seriedad, dándole al final unas amistosas palmadas en el hombro. El nacido en china asintió, retrocediendo unos buenos metros para seguir observando, pero sin que su amigo volviera a darle esa mirada tan extraña.


En fin. Lo más instintivo y salvaje de su ser lo empujaba a sobrevivir, a luchar por mantener esta fuente de vida.


Solo por educación toco la puerta un par de veces, pero no espero y solo entro, dando largas zancadas hasta estar frente a ese escritorio que presencio algunas cosas muy íntimas.


- ¿Se puede saber quién me interrumpe de forma tan irrespet...? – Jeonghan se quedó con las palabras en la boca, tensando su expresión y reprimiendo un jadeo.


- ¡Sorpresa! No es un alumno tuyo – Decía con ironía, inclinándose para dejar un ramo de rosas tintadas de morado sobre el escritorio – Yoon Jeonghan, te amo demasiado, nunca había necesitado tanto a alguien en mi vida, alguien que agitara tanto mi corazón y me volviera estúpido – Confeso con la mano en el corazón, estremeciendo al de castaño cabello.

Why not? (JIHAN)Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz