IV

3.3K 125 3
                                    

Aquel día no hable con nadie, María no llego hasta la hora de comer, supuse que se quedaron a dormir. Estaba haciendo la comida cuando entró por la puerta, llevaba una encima que no se la creía ni ella.

-eyyy, estas bien alba?

-si, supongo que si

-ven aquí anda- abrió los brazos y la abrace fuertemente, buscando apoyo, buscando un sitio donde sentirme  bien.

No pude evitar llorar de rabia, María me escuchó cuando le conté todo, y no dio crédito.

-o sea que habéis follado y ahora dice que sois amigas? A ver alba... es que a lo mejor tiene que decidirse, la conozco hace años y tiene una vida muy dura alba, no te puedo decir más, pero no cargues contra ella, por favor.

-estás dandole la razón? En serio? Que os jodan

Salí corriendo de casa y me fui al parque del retiro, me senté y empecé a llorar, si, estaba enamorada de ti, en poco tiempo habías hecho que mi universo se volviera loco, me tenías loca, y me daba miedo atarme tanto a ti.

Había pasado el fin de semana y tenía que ir a trabajar, trabajaba en una cafetería vegetariana, todo estaba muy tranquilo por la zona hasta que llegaste, te vi buscándome y me quise esconder pero sé que no podía así que decidí tratarte normal.

-Alba, debemos hablar

-no creo que tengamos nada que hablar natalia

-pues yo creo que si chiquita- parecías tensa, volvió esa Natalia fría, la frialdad en persona.

-Natalia...vete

-Alba, que puto salgas - me exigiste alterando a todo el público que había en la cafetería

-déjame 4 minutos que me visto y salgo- dije con miedo.

-aqui te espero- estabas fría, y muy borde.

cogí mi chaqueta y salí, dejé la cafetería a mano de la otra empleada y salimos a un banco que había. Tú te encendiste un piti y me preguntase si quería uno.

-si, dame

Encendiste los cigarros y no sabias ni por donde hablar, eras una puta cobarde.

-a ver alba, perdón, fui gilipollas, nunca debí tratarte así, me siento fatal, perdóname.

-si... pero Natalia, a mi eso me da igual, quiero hablar de lo otro...

-Alba, joder entiende que no podemos estar juntas, somos amigas, ya está

-Natalia lacunza, y esas miradas que le lanzas y haces que un cuchillo se clave en mi?- empecé a levantar la voz, pero me daba igual- y eso que pasó en la cena, en el baño? QUE?! Que era eso? Porque no sé tú, pero yo no hago eso con mis amigos sabes.

Empecé a calentarme y tú seguías tan tranquila, y me jodia, verte tan tranquila.

-sabes que natalia? Eres una puta cobarde, ya está, déjame en paz, quiero alejarme de ti y de toda esta mierda ya- levante la voz y tire el piti sin apenas empezarlo, lo pise y me fui, no me seguiste, tampoco lo pedía, volví al trabajo y me metí dentro, hasta que viniera alguien, el viernes se iba a organizar una fiesta y había que traer bebida.

Me dolió lo que te dije natalia, mas de lo que crees, pero era la puta verdad, eras una cobarde, y tú misma lo sabias.

*****

Había pasado una semana de eso, no sabía nada de ti ni te había visto, y este viernes se organizaría una fiesta en mi cafetería, por suerte yo no trabajaba. No contaba con que vinieras pero lo hiciste, y otra vez rompiste todos los planes. Ibas preciosa, con un vestido de brillo encajado perfecto a tu tallado cuerpo.

Intente no centrarme en ti, aunque tú ya sabias que te había visto, venías con miki, pero esta vez tenías una cara de mierda, no como miki, que estaba dándote besos super feliz.

Bufé unas cuantas veces y decidí ir a rellenar los vasos de bebida. Vino julia, la novia de Carlos, parecía feliz.

-ey...

-hola juls

-te debo explicaciones, lo sé, pero...

-no me debes nada julia, de verdad.

-Segura?

-si, anda ves a disfrutar, lleva estas bebidas, que yo me quedaré un poco aquí.

Me quede mirando a la gente, había muchas parejas, y te veía a lo largo, bailando con miki, se te veía obligada a decir verdad.

De un segundo para otro apareciste y te plantaste delante mío, me cortaste la saliva, de nuevo.

-Alba...- sonreías tímidamente, nunca había visto esa parte tuya.

-que quieres

-por favor, no te enfades...joder

-pretendes que no esté mosqueada?

-joder, lo siento vale?

-esta bien natalia, ya está. -me estabas poniendo muy cachonda con tu presencia.

Me provocabas, te habías puesto muy cerca mia, y eso me ponía nerviosa, querías que te besara pero no lo iba a hacer. Olvide mi enfado y me centré en ti, tenías ese poder de atraparme.

-no te voy a besar, tenlo claro- reíste irónicamente ante ese comentario y te acercaste aún más, dejando tu Coca-Cola con ron en la mesa y apoyando tus brazos en mis piernas.

-Segura? Ahora tampoco? -sonreías victoriosamente pero esa victoria no te duraría mucho.

Seguías provocando y a mi me estabas calentando, te avisé varias veces pero no me escuchabas con el ruido.

-Natalia, para, o sabes cómo acabará esto..

-no, no lo sé- estabas muy guapa con ese vestido, joder.

Empezaste a provocarme aún más, me acariciaste todas las partes del cuerpo, y cuando nadie miraba metiste mi mano en mi camisa, al notar que no llevaba sujetador sonreíste superiormente otra vez y lo agarraste con fuerza, no pude evitar gemir suavemente y te paré la mano, mis fuerzas estaban gastándose y me ibas a dominar, y no quería.

Así pasamos el resto de la noche, tocándonos entre nosotras y bailando, los del grupo decidieron que era hora de irse y nos despedimos todos, pero tú me seguías.

-hombre, no sabía que tenía un perro ahora

Reíste ante mi comentario y me rodeaste con el brazo, sabías que me volvías loca, pero no quería aceptarlo.

-bueno, pues soy un perro que cuida tu seguridad a las 4 de la mañana- reiste y llegamos a mi portal, no sabía bien cómo despedirte, pero tú lo tenías claro, me plantaste un morreo en toda regla, el portal estaba abierto así que me fuiste metiendo en mi propio portal, abrí la puerta de mi casa y cerré, no había nadie, María había ido a dormir con África. Me empujaste por todas las paredes buscando mi cuarto, te guié hasta el y te empuje hacia la cama, sonreíste y me lancé cuidadosamente encima tuyo, me hacías feliz.

Holaaaa💖 os esta gustando? Espero que si jo! Poned en comentarios que creéis que pasará jeje

Diez mil porqués || Albalia Where stories live. Discover now