VII

2.7K 106 0
                                    

-tronccccaa- se escuchaba la voz de marta de fondo, entre risas, como siempre.

-Marta! Donde estas?- quería salir con alguien, y como tú no me contestabas pues..

-en el cocktail Bar casino, gran vía- ya sabía donde era, por lo que colgué y me adentré en las viejas calles de madrid en busca de mis amigos. Ahí me los encontré a todos, menos a ti, no sabía donde estabas, pero no podía preguntar por ti, miki se daría cuenta, ya que el estaba ahí.

-holaaaa!- repartí abrazos y me senté con todos. Estuvimos entre risas, ese grupo era lo único que tenía en madrid desde que me mudé y me encantaban.

-salimos de fiesta?-

-venga! Pero tendremos que cenar no?-

-que más da, si acabamos siempre igual- comentó sábela

Seguía preocupada por ti, así que decidí llamarte, pero como era de esperar no obtuve respuesta, no quería preguntarle a miki, pero debía hacerlo, estaba rayada.

-oye miki....

-dime albita

-donde está natalia?

-en casa creo, hemos discutido...

-esta bien?

-no se, supongo que se pasará luego por la disco, ¿por que lo preguntas?

-no, es que quería hablar con ella

-si quieres ir a su casa, ya sabes donde vive no?

-si... pero igual la pillo mal

-creo que te necesita, ve a ver si está bien

-de acuerdo, adiós

Me marché sin avisar, escuché a miki decirles a donde iba, y acto seguido noté a Mery a mi lado.

-cabronaaaaa! - me reí ante este comentario y seguí caminando hacia tu casa.

- dimeeee- alargue la "e" para no sonar borde y que no se notara lo preocupada que estaba.

-que folleis bien eh.. que me dejas aquí tirada con estos mamarrachos!- echamos una carcajada y le di un pequeño golpe en el brazo,

-cállate maria! Que siempre estás igual tia!- María siempre sacaba lo mejor de mi y eso me alegraba.

Para cuando me di cuenta ya estaba en tu casa así que ordene a Maria que se fuera y cogí aire, lo necesitaba.

-si?- sonó una voz femenina del cacharro viejo ese. Eras tú, y no parecías afectada.
-traigo una pizza para natalia lacunza-rei y echaste una carcajada abriendo el portal, 6. A.

Encontré la puerta entre abierta así que supongo que tendría que entrar, entre y cerraste la puerta, no tenías muy buena cara la verdad.

-te ha mandado miki?- arqueaste la ceja

-no, yo le pregunté por ti, él me dijo que...

-si, hemos discutido

- y que tal estás?....

-pues como se puede estar supongo...

Me abrace a ti y tú me devolviste el abrazo, con aún más fuerza. Me separé de ti y noté como varias lagrimas te caían de la cara.

-ey nat, vamos a tu cuarto? - te agarre la mano y me guiaste hasta tu cuarto, donde nos sentamos en un pequeño sofá que tenías para dos personas.

-lo siento, pero hay algo que debo decirte

-el que?

- aparte de que ayer me acosté con el- hiciste una pausa, y yo me quedé escuchándote atentamente- hemos discutido por ti-finalmente dijiste

-por mi?- no entendía nada, que estaba pasando?

-si.... le he dejado alba

-y yo que mierdas tengo que ver en eso?

-pues que le dije que me gustabas alba, joder.

-pero... y tus padres?

- no saben nada, hemos quedado en que delante de ellos seguimos juntos

-Natalia...- me aleje un poco, levantándome del sillón- no creo que sea la mejor idea estar ocultándoles algo así a tus padres.

-tu me quieres?- parpadeaste con los ojos bien grandes.

-claro, claro que te quiero nat, pero... no se

-mira nena, le he dejado por ti, ahora que problema hay? Me la estoy jugando muchísimo, a que coño esperas para comerme el coño? -reíste y no tuve mas opción que reírme aunque por dentro estaba perdida como un pulpo en un garaje.

Te acercaste a mi, lanzándome contra la cama, empezaste a darme besos como un oso y seguiste bajando hasta mi cuello, haciendo varios dibujos con tu lengua. De ahí a 10 minutos estábamos completamente desnudas, tu encima y yo debajo. Estábamos disfrutando y no nos dimos cuenta de que alguien entró en casa.

Se abrió la puerta de golpe, mierda era tu madre. Nos escondimos entre las sábanas, pero era demasiado tarde.

-NATALIA! Que coño haces?- parecía muy enfadada.

Cogiste las bragas disimuladamente y el sujetador y me diste lo mío, así pudiendo tener la ropa interior puesta.

-pues mira mamá-dijiste saliendo de la cama con el sujetador y las bragas puestas- me estaba acostando con mi novia- tu madre abrió los ojos muchísimo y te agarro del brazo, cerrando la puerta de un portazo y dejándome a mi sola en tu habitación.

Me vestí rápidamente y salí de la habitación, tú madre te estaba echando una bronca de ocho pares.

-Natalia! Y miki que?

-lo he dejado mama-dijiste levantándote y acercándote a mi- esta es la mujer con la que quiero pasar el resto de mi vida mamá, no me puedes decir lo que hacer con mi vida ni elegir mi sexualidad

-Natalia! Siéntate aquí, y que esa tía se pire ya!

-Alba no te muevas, y no, no me voy a sentar, voy a por mi chaqueta y nos vamos.

Subiste a por tu chaqueta y me diste la mano, enseñándola por todo lo alto, y sonriendo, bajamos las escaleras dadas la mano, yo estaba flipando.

Llegamos a un pequeño parque y te encendiste un mechero, poco tarde yo en hacerlo también.

-tienes fuego?

-para ti siempre tengo fuego albi

Sonreí y deje que me encendieras el cigarro, dándole una calada y apoyandome en mis brazos.

-que locura nat, te van a matar cuando llegues a casa.

-no creo que vaya a casa alba, me quedaré por ahí toda la noche.

-ni se te ocurra, te vienes a mi casa aunque sea.

-no quiero molestar- dijiste dándole la ultima calada al cigarro y pisándolo contra el suelo.

-nat, tú te crees que molestas?

- no se, puede

-no seas tonta... y oye...eso de novia? Va enserio?

Diez mil porqués || Albalia Where stories live. Discover now