VI

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- a no? Entonces por donde voy? Por donde estábamos felices? Natalia venga ya

-Alba, déjame explicártelo todo

-adelante

-veras, si, estoy con miki, pero no sabes el porque, a mi miki al principio me parecía muy buen chaval, hasta que descubrí cómo era de verdad, mi familia de pequeña me mandaron a un reformatorio por malos comportamientos- hiciste una pausa- debido a que decían que estaba loca porque me gustasen las chicas, me llamaban loca y yo no lo permitía, hasta que acabe pegándoles, y acabe dos años en el reformatorio.

Paraste un poco, las lagrimas estaban apoderándose de ti, y decidí acercarme, no podía dejarte ahí así. Me acerqué y te rodee, te seque las lagrimas y sonreíste tímidamente.

-empece a salir con el hace dos meses, todo iba bien, hasta que le vi liándose con otra, y tuvimos una pelea fuerte. Le quise dejar pero mis padres no querían que lo dejásemos, ya sabes, esos viejos que tienen la mente cerrada-paraste de nuevo, te rozaste la nariz y continuaste- miki ya no es él mismo, sabe que tengo que estar atrapada en el y se lía con cualquiera todas las noches,y así hice yo también, hasta que te vi a ti, pensé que no serias nada más que un polvo... pero me equivocaba, estas entrando en mi, y tengo miedo alba, te quiero, se que te hago daño, pero te quiero, pero entiende que no podemos ser nada-acabaste y te hiciste la dura, como de costumbre.

Me quedé flipando, no habías tenido una vida fácil, y por eso tenías esa actitud.

-nat... perdón, lo siento muchísimo

-perdón yo, no sabías nada...

-lo siento muchísimo Natalia... pero déjame decirte que tus padres no pueden decirte que hacer y que no.

-lo se, pero ya es más por comodidad que por otra cosa que estoy con el.

-joder Natalia... si quieres te ayudo, pero no puedes seguir así...

-tu lo que quieres es que sea tuya- echaste una carcajada y yo sonreí, negando con la cabeza.

Se nos paso un poco el momento nostálgico, y después de una pequeña pausa continué.

-eres tontisima

-Gracias señorita Reche

- de nada lacunza

-te puedo abrazar?

-eso no se pregunta natalia

Me abrazaste súper fuerte, noté toda tu energía, toda tu mala energía salió, y solo estábamos tú y yo, te estabas quedando dormida así que decidí ir a la habitación.

-ey nat, vamos a mi habitación, que estás cansadisima

Aceptaste con ruidos de gatito, nos fuimos y te deje un pijama, estabas hecha una mierda, me dejaste la chaqueta en la silla.

-te la has dejado antes

-para que vinieras- mentí pícaramente

-ya

Tu orgullo siempre estaba por encima, era algo que nunca faltaba en ti, abrimos la cama de nuevo y nos metimos, me sorprendiste mucho cuando noté tus brazos atados a mi abdomen desde atrás, te acaricié las manos hasta que me dormí.

Otra mañana más, me levante contigo en mi cama, esta vez estábamos vestidas, me giré para mirarte y vi tu cara de dormida, tenías la boca entre abierta y empecé a hacerte dibujos random por la mejilla con las yemas de mis dedos, tu piel era suave y acogedora. Te deje un suave beso en la nariz y suspire, tenia en mi cama a la chica de mis sueños, ojalá esto nunca cambiara, pero tu situación no era la mejor, y lo entendía, ahora si.

Abriste los ojos y yo te salude sonriendo-hola bella durmiente- sonreíste y te estiraste quitando tus brazos de mi cuerpo, hiciste varios ronroneos y te levantaste, tenías unos pelos de loca. No pude evitar reírme y tú me miraste intensamente-que pasa?- arqueaste la ceja y te indiqué que te mirases al espejo, fuiste a mirarte y empezaste a reírte tan fuerte que despertaste a María.

Mery entró en la puerta al minuto de escuchar las carcajadas y se quedó sorprendida cuando vio a Natalia ahí.

-Hombre lacunza!

-eyy

-que hace está aquí alba?

-luego te cuento- sonreí y le indique a María que no habíamos hecho nada, solo que arreglamos las cosas. Ella me hizo un gesto gracioso y se fue, dejándonos solas de nuevo.

-tengo hambre albi

-de que?

-de ti, pero como no puede ser ahora mismo pues de algo de desayuno...

-que tonta eres nat, venga vamos a desayunar

-una tonta que te quiere- sonreíste y me cogiste aupas, cosa que a mi no me gustaba

-nataliaaaaaa para!!!'- patalee como una niña pequeña hasta llegar a la cocina, donde estaba María con su móvil, me bajaste y hice que me enfadaba.

-te odio

-mas te gustaría odiarla guapa- saltó María, me reí ante aquel comentario y me senté esperando que me hicieras el desayuno.

-a que esperas nat?

-no se, a que vengas aquí conmigo

-hoy te toca a ti hacerme el desayuno nena

-mmm... vegetariana... pues mis famosas tostadas con aguacate, ahora verás.

-mas te gustaría cocinarlas mejor que yo.

-ya verás, ya

Espere a que terminases y la verdad que tenían muy muy buena pinta. Probé un bocado vacilándote y puse una cara de asco, aunque estaban buenísimas!

-me falta algo para que esto esté bueno...

-el que?- me miraste con preocupación y a la vez superioridad.

-un beso de buenos días- sonreí

-y si no quiero?

-no aceptaré que esto está buenísimo

Me diste un suave beso, cariñoso, lleno de nosotras.

-esto está buenísimo, ya puedes ir haciéndome más cuando duermas aquí.

-o sea todos los días- María parecía muy ausente pero se enteraba de todo la cabrona!

-tu calla mery!

Estuvimos toda la mañana entre risas, hasta que tuviste que irte.

-he quedado con miki... nos vemos a la tarde?

-vale...

-te quiero nat

-y yo albi... siempre

No sabía como despedirte así que fui a abrazarte pero otra vez más, me agarraste las mejillas haciendo que te mirase y me besaste con ganas. No dude un solo segundo en corresponderte y te fuiste rápidamente con una sonrisa en la cara. Sabía que ahora besarías a miki, pero es lo que había, tenías que acabar con esto natalia... porque nos hacíamos daño mutuo.

Diez mil porqués || Albalia Where stories live. Discover now