Capítulo 16

9 0 0
                                    

—Ese vestido es aborrecible, o sea, ¿cómo si quiera a alguien se le ocurre usar eso? —Cata no paraba de despotricar en contra de un maldito vestido que había pasado como hace diez minutos, quizá quince

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—Ese vestido es aborrecible, o sea, ¿cómo si quiera a alguien se le ocurre usar eso? —Cata no paraba de despotricar en contra de un maldito vestido que había pasado como hace diez minutos, quizá quince. La estúpida cosa era fea, horrible sinceramente, pero al parecer había tocado alguna fibra en mi amiga que simplemente no podía dejarlo ir. Algo sobre plumas de faisán falsas -gracias a Dios- mezcladas con perlas solo era mala idea—. ¿Cómo no puedes estar de acuerdo?

—Solo dije que no era para tanto —me encogí de hombros llevando otro puñado de pochoclos dulces a mi boca. La maldita cosa con caramelo era un regalo del cielo. Dogo me miraba desde el piso con carita de niño bueno, esperando a que me rindiera y le lanzara algunos. Seguía sin creer que fuese buena idea, pero el muy maldito estaba jugando con mi corazoncito.

—¡Es una abominación! —rodé los ojos sin querer seguirle el juego mientras le hacía caras locas a mi chiquitín obteniendo una cola remolina. Estaba a punto de saltar encima mí, lo sabía.

La puerta se abrió provocando que dirigiera la atención hacia la misma, por la cual mi hermano y Ezra entraban entre risas a la casa. —No —regañé al canino que en un suspiro ya estaba relamiendo mis manos.

—Hey, ¿qué hacen? —saludó Lolo tirando su bolso de futbol junto a la puerta antes de sacudir los pelos de la cabeza de Dogo seguido por Ezra que se acercó a besar nuestras mejillas y robar algunos pochoclos de mi taro. Le dediqué un ceño fruncido que respondió con su maldita sonrisa de niño travieso. Juro que este hombre tiene alma de niño, incluso su rostro brilla de modo infantil. Era adorable. Incluso cuando robaba mi comida.

—Miramos la alfombra roja —respondí haciendo lugar para el chico brasilero que no espero más y se tiró entre medio de nosotras por encima de la mantita que ambas compartíamos.

—Hace día que no te veía enana, ¿todo bien? —Lolo se arrojó sin ganas en el sillón individual y el perro lo siguió en busca de más cariño. El maldito tenía adoración por mi hermano.

—Estaba algo enferma —mentí metiendo un gran puñado en mi boca para evadir el tema. Boca llena, tema cerrado.

—¡Oh mira, mira! —señaló exacerbada Cata en cuanto Harry Styles ingresó a la alfombra en toda su gloria—. Ese chico es un dios —asentí, aun sin poder hablar, completamente de acuerdo. Era un sueño húmedo. Quién pudiera arrastrar las manos por ese cabello... y otras partes. La que tuviese la suerte ya podía decir que había tocado el cielo con las manos. Intercambiaría un pase el infierno por pasar una noche con él.

—¿Has oído del mito que es bisexual? —me cuestionó echándose para adelante así me veía por encima de Ezra, quien se dedicaba miradas aburridas con Lolo debido a la situación de chicas. Hombres.

—¿En serio?

—Si, tengo un morbo —dijo con cara de chica pervertida obteniendo la carcajada de Ezra.

OffSideWhere stories live. Discover now