Capítulo 19

4 0 0
                                    


—¿Cómo te sientes?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Cómo te sientes?

—Frustrado, no me gusta verlo desde aquí.

Ambos nos hallábamos en unos de los palcos del estadio del club. Habíamos venido a ver al equipo jugar. Era la primera vez desde el accidente, ya que al partido anterior no lo quiso ver ni por la tele y lo acompañe haciendo nada para distraerlo. Sabía que no estaba disfrutando el estar acá, odiaba no poder estar en la chancha debido a una idiotez que nada tenía que ver con el fútbol. No dejaba de sentirme culpable al respecto, por más que él me quisiera hacer sentir mejor y convencerme de que no era solo mi culpa, hasta que no lo viese de vuelta en la chancha no me sentiría bien.

Era extremadamente extraño estar aquí con él. Nunca venía a los palcos, pero en este caso no tenía otra opción, no había chance que Silas pudiese ver el partido desde las gradas. Todo el mundo estaría encima de él preguntando porque no jugaba.

Lo cierto es que nadie sabía realmente el porqué. El club había anunciado que estaba lesionado y que no jugaría el próximo par de semanas, la prensa había tratado de indagar el motivo, pero nadie dijo más que cuestiones médicas personales. Había un montón de especulaciones, pero ninguna se le acercaba ni de cerca, gracias a todos los cielos. Seguro que ahí si me mataría.

Habíamos pasado los últimos días juntos haciendo un poco de nada. Miramos películas, series, comimos... todo limitado a su apartamento. Las razones, aparte de las obvias, es que no queríamos ninguna atención sobre nosotros. Nos estamos "conociendo", por así decirlo, y no queríamos a nadie chismoseando sobre nosotros. Era algo contradictorio el hecho de que estuviésemos solos en un palco viendo el partido, pero bien podíamos ser dos amigos por como habíamos decidido mantenernos. Tampoco sería la primera vez que quisieran vincularme con un compañero de Lolo solo por pasar el rato, así que podía vivir con especulaciones. Bien sabía que mi hermano no les prestaría atención, por lo cual estaba bastante tranquila con lo que a él respecta.

En un principio ni siquiera iba a venir con él, pensaba ir a la tribuna con Cata como siempre, pero cuando me lo pidió no me pude negar. Bastante mal la estaba pasando y sabía que no disfrutaría de ver el partido desde aquí, lo menos que podía hacer era acompañarlo. Había creído que no pensaba venir a ningún partido hasta que pudiese incorporarse nuevamente, pero la necesidad de apoyar al equipo fue más fuerte y no pudo evitar venir hoy.

Se hallaba molesto refunfuñando como niño pequeño, pero lo entendía. Sabía que estar aquí también implicaba la atención de la prensa y demás sobre él. Había intentado camuflarse con gafas negras y una gorra, pero todos sabemos cuánto podía durar eso. Pondría las manos en el fuego que no existía un paparazzi que ya no supiera que él estaba allí, por más que no las viéramos juraría que al menos había un par de cámaras sobre nosotros.

—Solo un par de semanas más —bufó refregándose la cara por debajo de las gafas molesto.

Lo miré aguantándome las ganas de hacer algo al respecto. Me moría por abrazarlo y besarlo para hacerlo sentir mejor, pero sabía perfectamente que mala idea sería. Gracias a los cielos alguien entró en la sala desviando nuestra atención.

OffSideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora