Estaba hablando con Félix, le había dicho que habían conseguido un buen trabajo en Seúl, era una gran noticia para ella, después de cinco años volvería a Seúl. Vería a los chicos no pensaba en Hyunjin, después de la boda no se volvieron a contactar, era mejor para ambos pues él tenía un esposa y ella debía seguir con su vida - cuando nos iremos- pregunto la chica entusiasmada - en una semana, tranquila. Yo también los quiero ver - respondió. El tiempo pasaba rápido así que desde el momento que Félix le dijo que trabajaría en Seúl ella ya tenía listas sus maletas para regresar a vivir en Corea.
El viaje era largo, pero eso no detuvo el entusiasmo de la chica, estaba muy feliz de volver a ver a sus amigos y amigas. Una parte ella quería ver a Hyunjin y la otra no. Muchas ideas venían a su cabeza, tal vez Hyunjin se enamoró de Haerin, tal vez ya tiene hijos, borró todo pensamiento y se concentró en ella. ¿ Lo seguia amando? Si, pero él está casado y tal vez ya tenga hijos. No quiere ser la mala al contrario quisiera verlo para ver qué ha Sido de él y como ha estado. Un conversación de viejos amigos, claro sin mencionar su relación amorosa.
- Llegamos - anuncio el rubio. Gi sé quedó con la boca abierta el departamento era lindo.
- Cuánto te costó, Félix - pregunto. Este negó inmediatamente, no entendía al principio pero después recordó que ese departamento era de Félix - no respondas, es tuyo verdad - agrego. Asintió y sonrio.
- No puedo creer que no te acordarás - soltó una carcajada.
Ambos siempre se llevaron bien, al igual que sus madres, crecieron como hermanos. Por eso han vivido juntos los últimos años, no puede existir más que solo amistad entre ellos dos. Su cariño siempre fue la protección de el uno con el otro. Hermanos eso se consideraba ambos crecieron juntos y vivían juntos. Si algo le pasaba a uno el otro lo cuidaría como si su vida dependiera de ello. Aunque no sean hermanos de sangre se tratan como si lo fueran.
Cada uno se fue a dormir, el día siguiente empezarían a trabajar en la empresa de la madre de Félix pues no había conseguido trabajo su madre le había heredado la empresa a ambos. El cumpleaños de Gi también era el día siguiente, era un gran regalo.
Despertó escuchando una canción de cumpleaños era Félix entrando con un pastel en las manos y cantando aquella canción, ella sonrió al instante - Gracias - dijo la chica, aunque muchas veces Félix a hecho eso ella no se cansaba de agradecerle. Bajaron a desayunar, era un gran desayuno. Pastel, café, hot cakes, jugos, ensalada de frutas y todo un desayuno que solo Félix saber hacer el día del cumpleaños de Gi.
- Suba cumpleañera - se burlo el rubio. Siempre hacia ese tipo de bromas, ya estaba acostumbrada.
- Que gracioso, Yongbok - soltó una carcajada, el australiano se le quedó mirando, ella sabe perfectamente que no le gusta que le digan por su nombre coreano.
Llegaron a la empresa de la señora Lee, ambos serían los nuevos directores desde ahora. Gi se llevó una sorpresa, al ver la madre de Félix y a su madre ahí en la entrada cada una con un regalo en manos - Mamá- corrió a abrazarla, después hizo lo mismo con la mamá de Félix - que las trae por aquí.
- Vine a entregarte esto - hablo la señora Lee, le entrego un sobre, adentro contenía la mitad de la herencia de la señora Lee - la otra mitad es de Félix - hablo, Gi ya sabía a lo que se refería.
- Señora Lee yo..
- No te preocupes, es tu regalo de cumpleaños aunque sé que no lo querías aceptar, te lo dió como regalo de cumpleaños. Se que ambos Serna los mejores directores de mi empresa, ahora los vamos. Nuestro vuelo saldrá pronto.
Vio como su madre y la señora Lee salian por la puerta de cristal, ahora ella junto a Félix eran los nuevos dueños de la empresa de cosméticos. Sonrió por inercia y se dirigió a la oficina junto a Félix. Más tarde irían a ver al resto.
Qué les pareció el primer capítulo de la segunda temporada, espero que les haya gustado nos leemos pronto.
