(🍒)┇ 30 Días OTP! +18┇MEXARG ➶ YAOIFANFIC ❪✔❫

(🍒) ↬ ❛Día 3;durmiendo❜

Aquel día hacía demasiado frío, aún estaban en invierno y cada vez el frío era peor: toda la semana la temperatura había estado entre 2° y 8° la máxima, lo cuál no ayudaba demasiado.
además de todo
Argentina se encontraba demasiado ocupado, ya faltaba poco para las votaciones, debía asegurarse que todo salga bien y además aún estaban en vacaciones de invierno. aparte de todo, necesitaba hablar con el resto de las provincias aparte de Bs.As para así poder arreglar cuantos votos tiene cada uno, etc. él debía encargarse de todo eso.

estaba estresado, es cierto, su novio México lo había notado, pero no podía no hacerlo, era su obligación.

──amor~ amor~ amo~r~ amoramoramoramor!──intentaba llamar la atención del albiceleste el más alto, pero no lo conseguía. hacía días que su pareja no le hacía caso, tampoco dormía bien y eso se daba a notar en las grandes bolsas de ojeras que tenía bajo sus ojos.

los días pasaban, Argentina se había resfriado, había bajado de peso, se dormía en todos lados y más encima no le hacía caso a nadie y no solo a México, si no al resto de country's que querían saber de su mal estado.

El argentino, uno de los días que estaba solo (ya que el mexicano no había llegado aún) se miró frente al espejo de su habitación, notando él mismo lo "hecho mierda" que estaba. se observaba con asco, levantandó su buso mirando su torso dandose cuenta de lo flaco que estaba.
──... soy un asco.──se susurró, bajando con rabia otra vez su buso. se escuchó el timbre de la casa sonar, así que solo rodó los ojos y bajó las escaleras llendo hasta la puerta, abriendo la misma y encontrandose con su novio tricolor que llevaba consigo un ramo de rosas blancas y una caja del chocolate ferrero rocher.

──Argie, mi amor!──le sonrió de esa forma tan característica que tiene.

Argentina solo agarró las cosas y le dió una leve sonrisa, haciéndose a un lado para que así pueda pasar. México entró a la casa observando a su querido novio, que cerraba la puerta nuevamente e intentaba oler las flores, pero al tener la naríz "tapada" (provocado por el resfrío) no lo logró. las dejó en la cocina con agua y abrió la caja de bombones, comenzando a comerlos sin decirle nada al tricolor, que lo observaba detenidamente esperando algo que nunca pasó.

──Wey, ¿No vas a decir nada? la neta que si me costó comprar esa cosa we.──le dijo algo fastidiado, ya que los ferrero rocher no eran baratos realmente.

──ah, si... em... gracias.──dijo el albiceleste, llevandose otro bombón a la boca.

México caminó hacía él y lo acorraló en la pared, haciendo que este lo miré a los ojos.──... ¿Qué te pasa, conchudo?──escupió Argentina, mirandolo seriamente. él más alto le levantó un poco el buso, dejando ver su torso totalmente plano y flaco, luego mirandolo la cara.──... wey estás hecho caca, debes descansar un poco mamón, te estás dañando.──le dijo el mexicano seriamente, hasta notar las lágrimas que salían de los ojos del argentino.──¿Argie?

──¡Ya se que estoy hecho bosta, boludo!──le gritó entre lágrimas empujandolo.──ya lo se... estoy feo, horrible! lo lamento si ya no soy atractivo para ti...──dijo entre sollozos, abrazandose a si mismo y mirando al suelo.

México no se esperaba eso para nada, solo observaba a su pareja llorar desconsoladamente. arqueó sus cejas entristecido, abrazando al otro.──ay wey perdón, no quize decir eso...──empezó a susurrarle.──Argie yo te amo, eres mi pinche pareja y así va a ser para siempre o eso espero, y no es que ahora estés menos atractivo, si no que me preocupa tu salud, bebé.──le dijo separandose y limpiandole las lágrimas con sus dedos pulgares.──ya wey, no llores... siempre serás mi morrito, bebé.──Argentina sonrió dulcemente después de tanto tiempo, sonriendole también el otro.──ahora vamos a dormir, cabrón.──cargó al suramericano como princesa, subiendo las escaleras hasta la habitación de este. entró sin siquiera prender la luz y se recostó en la cama, acostando al otro a su lado para que así pueda apoyarse en su pecho. pasó su mano por la espalda del más pequeño hasta su cadera, atrayendolo más a él, y este apoyó su cabeza en el pecho de su pareja abrazandolo y casi durmiendose al instante.

──duerme bien bebé, te amo un chingo.──le susurró, para luego mirarlo y darse cuenta que ya estaba dormido con una linda sonrisa en su rostro.