05. another sunny day

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"Señor gobernador, ordenes para evacuar" dice Velez con Tokio detrás de ella. El gobernador se remueve en su silla y alza una ceja. Los tres guardaespaldas las miran fijamente.

"No me iré a ningún lado" dice firmemente.

"Señor gobernador, tenemos ordenes estrictas para evacuar" vuelve a decir Velez.

"Tomen asiento, muchachas" dice el gobernador y Velez y Tokio se miran, sin levantar sospechas pero ambas se transmiten con la mirada que el plan está comenzando a caer. Las dos se sientan sin decir nada y miran al gobernador a la espectativa de que decida hacerles caso. El gobernador comienza a hacerles una serie de preguntas estúpidas durante unos minutos hasta que Tokio interrumpe.

"¿Puedo ir al baño?" Pregunta.

"Por supuesto" dice el gobernador y Tokio se levanta, bajo la mirada de Velez quien sabe que algo se trae entre manos pero de igual manera la mira mal al dejarla sola. Tokio entra al baño y Velez mira al gobernador y sonríe "Cuenteme, ¿cómo se desactivan las bombas? Siempre fue un tema que me ha interesado"

"Bueno, en principio..." comienza Velez y miente de una manera que ni ella sabía, inventa nombres, secuencias, situaciónes y artefactos que hasta se sorprende de sí misma. Y se da cuenta que está hablando hace mucho tiempo y que Tokio está tardando más de lo debido en el baño, en lo que uno de los guardaespaldas interrumpe a Velez.

"Señor gobernador, sale agua del baño" anuncia y Velez cruza una mirada con el gobernador. El oficial lentamente se acerca a la puerta del baño hasta que la abre y allí está Tokio, apuntandolo con un arma.

"Bu" le dice Tokio y rápidamente Velez se levanta y apunta a los dos guardaespaldas restantes con un arma en cada mano. Tokio golpea en la cabeza al oficial y toma de rehén al gobernador. Junto con Velez caminan despacio hacia la puerta pero el oficial toma por sorpresa a Velez y le rodea el cuello con el brazo, tomandola de rehen.

"Sueltala" le ordena Tokio apretando su arma contra la cabeza del gobernador. Velez se queda inmóvil mirando a Tokio fijamente. Los segundos más tensos de toda su vida que nisiquiera puede reaccionar. "Sueltala" repite Tokio y sin esperar respuesta dispara al techo.

"Sueltala" le dice el gobernador al oficial. El oficial poco a poco suelta a Velez y con sus dos armas apunta a todos. Asi, ella, Tokio y el gobernador salen del despacho, seguidos por todos. Cuando llegan al ascensor e ingresan a él, el gobernador golpea a Tokio y se va corriendo, y antes de que Velez pudiera detenerlo, una lluvia de disparos las detienen a ambas hasta que las puertas del ascensor se cierran en su totalidad.

"¡La puta madre!" Grita Velez.

"¡Joder!" Grita Tokio. "¿Que mierda vamos a hacer? ¡joder!" Velez apoya la cabeza contra la pared y suspira fuerte.

"Hay que buscar a los demas" dice Velez y las puertas del ascensor se abren. Velez y Tokio corren en busca de refuerzos pero se dan cuenta que están rodeadas por los mismos guardaespaldas del gobernador. Ambas se quedan quietas espalda con espalda y apuntando con las armas en cada mano. Todos se miran entre sí tratando de adivinar sus próximos movimientos. Velez razona y llega a la conclusión de que no tienen oportunidad. Aquellos oficiales sí serán capaces de matarlas a tiros, y por mas que tengan chaleco antibalas puesto, basta un tiro en la frente para morir. Velez aprieta la mandíbula al escuchar el mismo ritmo cardíaco de Tokio tras ella. Pero todos sus pensamientos se rompen cuando Palermo aparece en uno de los balcones de arriba, junto con más refuerzos.

"Bajen las armas ya" la voz de Palermo hace que Velez cierre los ojos y largue un suspiro de alivio, en silencio. Velez levanta los ojos y allí lo ve, sin la máscara. Sus miradas se cruzan y lo nota igual de nervioso que ella. "Me presento, mi nombre es Palermo, soy el jefe de todo esto así que apuntenme a mí, soy el blanco más valioso" dice y Velez no entiende que hace.

la casa de papel (palermo)Where stories live. Discover now