11. en las últimas

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"¿Qué mierda haremos?" Pregunta Denver caminando de un lado a otro.

"¡Calmate tío!" Le grita Nairobi.

"No creo que los hayan agarrado, si no nos lo hubieran hecho saber" dice Velez mirando por la ventana.

"De la inspectora Alicia puedes esperarte cualquier cosa" dice Río desde su asiento.

"¡Palermo puedes decir algo!" Le grita Tokio mientras Palermo despierta de su estado vegetal.

"Sí" afirma y Velez aparta la vista de la ventana para mirarlo. Palermo se levanta de la silla y abre el cajón repleto de armas.

"El que entre por la puerta del banco, lo re cagamos bien a tiros. Ya está. Se terminó" anuncia. Todos se miran entre sí.

"¿Estas loco?" Dice Tokio "La primer regla es no matar a nadie, has escuchado al Profesor"

"¡No hay más profesor!" La interrumpe Palermo. "Ni Lisboa. No hay nada. Ahora solo quedan nuestras vidas en juego. Si queres dejarte agujerear por los policías andate con los rehenes. Nosotros acá nos vamos a jugar todo lo que tenemos para no morir" dice mientras Velez lo mira desde la ventana. Todos caminan hacia él y agarran un arma, poniendose de su lado. Pero cuando Velez estaba a punto de hacerlo, nota algo extraño por la ventana.

"Ey" Velez llama la atención de todos "Hay una embarazada ahí abajo y dejó un oso de peluche en el piso" Río corre hasta ella y observa también.

"Es Alicia" dice Río y Nairobi llega a la ventana.

"Maldita hija de puta" maldice Nairobi y corre hacia la sala, seguida por todos, donde se encuentra Helsinki quien acaba de entrar el misterioso oso. Dentro del peluche saca un celular, el cual suena y Nairobi le arrebata de la mano. "¿Qué mierda quieres hija de puta?" Luego de una conversación que Nairobi no permite que los demás escuchen, amaga a irse con el celular y el oso y Palermo la apunta con el arma.

"¿A dónde mierda te llevas eso?" Le dice apuntandola a la altura de la cabeza. Nairobi saca su arma y lo apunta también.

"Cierra el maldito pico" le contesta y Palermo lentamente baja el arma. Nairobi corre escaleras arriba.

"Iré con ella" dice Estocolmo y se va. Palermo voltea a ver a la banda.

"Quiero a dos de ustedes acá con los rehenes y a todos los demas en cada ventana por si se les ocurre entrar. Tenemos que estar anticipados" ordena Palermo y todos hacen caso. "Vení conmigo" le dice Palermo a Velez y ella hace caso sin decir nada. Juntos se van a la misma habitación en la que estuvieron. Los minutos transcurren en un incómodo silencio. Velez sólo mira por la ventana mientras sostiene el rifle al igual que Palermo.

"Se va a ir todo a la mierda" dice Velez sin despegar su vista perdida de la ventana. Palermo inclina su cabeza para mirarla.

"Ya sé" contesta Palermo.

"El Profesor ya tendría que haber contestado" dice Velez "Es obvio que ya se terminó"

"Nos vamos a tener que enfrentar a lo que sea" responde "Era obvio que iba a pasar. Un plan nunca es perfecto" Velez aparta la mirada de la ventana y mira a Palermo. Palermo la mira a ella. Ambos se quedan así durante unos segundos y sin decir nada lo entienden todo. Entienden que quizas esten viviendo sus últimas horas. Que quizas todo se eche a perder de verdad. Que quizas sus vidas esten en una ruleta rusa. Y que precisamente por eso no hay desperdiciar ni un segundo más. Y aprovechar al máximo cada oportunidad que se presenta. Por lo que Palermo agarra a Velez de la cara y se besan en los labios. Velez lo agarra por la cintura y lo atrae a ella. Palermo aumenta la intensidad del beso y Velez se desespera por capturar su boca. Palermo le baja el cierre del mameluco y se lo saca hasta las caderas. Cortan el beso para que Velez pueda sacarse la remera con ayuda de Palermo mientras ella lo desviste. Palermo la levanta en brazos envolviendo las piernas en su cintura y la coloca sobre la mesa. Una vez que Velez logró desvestirlo de arriba, vuelve a capturar su boca y se besan casi con violencia. Palermo hace presión contra ella y no hace falta quitarle el mameluco para poder entrar en ella. Y cuando lo hace Velez se siente en el cielo. El verdadero dicho de tocar el cielo con las manos lo siente cuando Palermo jadea contra su cuello a la vez que se mueve con intensidad. Velez gime mientras le araña la espalda y siente como las manos de Palermo le recorren todo el cuerpo por detrás.

la casa de papel (palermo)Where stories live. Discover now