15. las campanas

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el dia transcurre con normalidad salvo por algunos disturbios entre los atracadores contra los rehenes, quienes ahora se hacen llamar la resistencia, liderados por el buen arturito debido a que ya se han dado cuenta del poder y liderazgo que han perdido los ladrones de mascaras de dalí. palermo y velez callados desde sus lugares se han encargado de estudiar todos los movimientos de sus compañeros y se han decidido que en el turno del mas vulnerable, en este caso, río, velez y gandía llevarian a cabo su escape, ya que río sería incapaz de lastimarlos. aunque velez no esté muy de acuerdo con como llevarlo acabo. velez yace pensativa en su lugar y alli se encuentra río, yendo y viniendo con el rifle entre sus manos, echando vagos vistazos a los rehenes en el suelo. es la ultima carta de velez para poder liberarse sin tener que sufrir dolor.

"río" llama velez desde su lugar y palermo mira a velez sin entender. río voltea a verla.

"¿quieres algo?" le pregunta río desde donde esta.

"agua" contesta y río se aleja un poco en busca de su pedido.

"¿que haces?" le susurra palermo en tono amenazante.

"lo que sea con tal de no tener que romperme un hueso yo misma" contesta y palermo gruñe entre dientes antes de que río se agache frente a velez y le ponga la botella en la boca. velez toma una gran cantidad de agua y cuando ya es suficiente, río cierra la botella. "ey" le dice ella y río la mira. velez lo nota mas vulnerable que nunca al ver sus ojos de cachorro cristalinos y el sudor excesivo sobre su frente. "soltame. porfavor" le suplica en voz baja. río traga saliva. "mirá como me tienen" dice y mueve sus manos golpeando las esposas contra el caño. "¿a vos te parece que me tengan que tener encadenada en el piso? ¿que me tengan que dar de comer en la boca? ¿que soy un animal?" le dice al borde de las lagrimas mientras palermo la mira atentamente. velez nota como los ojos de río poco a poco asoman lagrimas y empieza a respirar con dificultad, por lo que aprovecha. "vos sabes de esto" dice golpeando de nuevo las esposas. "no me lo merezco" le dice fingiendo que su voz se quiebra. río la mira a los ojos en silencio unos segundos y palermo espera espectante su reacción.

"lo siento, no puedo. de verdad perdoname" dice realmente arrepentido y se levanta. velez se desespera.

"¿porque no podes?" le pregunta impidiendo que escape. río la mira de nuevo.

"ordenes de tokio. dice que te juntas mucho con palermo y te has convertido en una salvaje" velez se tienta.

"primero que nada. ¿de donde sacó tokio que palermo y yo somos novios?" pregunta enojandose. "palermo" dice velez mirandolo. "¿somos novios vos y yo?" río mira especante su respuesta. palermo hace una mueca con sus labios y eleva sus hombros haciendo ruido con las cadenas.

"no, que yo sepa" dice haciendose el desentendido.

"¿nos dimos un beso?" le vuelve a preguntar.

"puede ser" responde y velez lo mira asesinamente. río alza una ceja. palermo se burla de todos. "no. no nos dimos un beso, no somos novios. no hicimos nada" miente mirando a río exasperado. "¿que te pensas que me voy a poner a coger en el medio del atraco al banco de españa como vos y tokio que son dos conejos?"

"de hecho..." dice río recordando algo. "denver mencionó que los escuchó cuando..."

"denver es un pelotudo" lo interrumpe palermo. "¿la podes soltar porfavor? no tiene nada que ver ella con lo que yo quise hacer. no seas ridiculo" le pide colmado de paciencia. río mira a velez con culpa.

"lo siento. no puedo" dice y se va.

"¡río!" le grita velez desesperada pero río la ignora y sigue con su trabajo. velez lo odia y se quiere matar. palermo acerca su silla a ella y le murmura.

la casa de papel (palermo)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant