10. mujer amante

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En el instante en que tocan la puerta, Palermo deja sus manos estaticas sobre el mameluco rojo de Velez que no ha podido terminar de bajar. Se dejan de besar y Velez abraza por los hombros con todas sus fuerzas a Palermo, casi sin dejar que se mueva o se separe de ella, o escape. Enrieda sus piernas sobre su cintura y lo aprieta para que no se vaya. Palermo hasta puede sentir el miedo de Velez de que él se vaya, y la abraza por la espalda fuerte, dandole seguridad.

"¿Quién es?" Pregunta Palermo agitado.

"Soy yo" la voz de Denver del otro lado. Velez y Palermo suspiran a la vez, con bronca por haber sido interrumpidos.

"¿Qué pasa Denver?" Cuestiona Palermo sin soltar a Velez mientras siente como le respira en el cuello.

"Es sólo para avisarte que ya me he encargado de Tokio" Palermo rueda los ojos "Pero no encuentro a Velez"

"Está acá conmigo" responde Palermo y Denver se queda en silencio unos segundos.

"Oh" dice Denver derepente "Lo siento, nos vemos luego" se despide y ya no se lo escucha más. Ninguno de los se separa del otro y se quedan así abrazados por unos minutos. Unos minutos que fueron los mejores de Velez desde que está dentro del banco. Minutos de paz que Velez decide romper.

"¿Tanto te costaba hacer eso?" Le pregunta aún abrazada a él.

"Te soy sincero, sí" contesta sin soltarla. Velez se ríe.

"Nairobi tenía razón" dice Velez más para sí misma.

"No me hagas acordar de esa mina porque me dan ganas de cagarla a tiros" dice y Velez se ríe. Velez se separa de él y Palermo deposita un pequeño beso en el costado de su boca.

"¿Y si después del atraco nos vamos para El Caribe? Escuché que te encantan las playas" le dice y Palermo nota la ilusión en los ojos de Velez, y es cuando se da cuenta de todo. De lo que está haciendo. De los efectos secundarios que sus actos conllevan. Palermo suspira y se frota la mano por la frente. Velez lo nota raro y comienza a extrañarse. Lo mira de manera rara. "¿Qué pasa?" Pregunta confundida.

"Mirá, Velez..." dice tratando de buscar las palabras correctas. "...sos hermosa" le dice y Velez sonríe como tonta. "Pero no quiero estar con vos" aquellas palabras le caen como un baldazo de agua fría. Esfuma la sonrisa que llevaba hace un minuto en su rostro y se echa hacia atras. "Osea, no es que no quiero. Sí quiero estar con vos. Pero no por ahora. Estamos en el medio del atraco. Cualquier distracción o debilidad nos juega muchisimo en contra. Fijate Tokio y Río." Dice mientras observa la cara de Velez mirandolo fijamente lleno de odio, sus ojos irradian odio y bronca y a su vez liberan lágrimas muy pesadas. "Lo mejor es que esperemos" finaliza y le seca una de las mil lágrimas que caen sin parar una atrás de otra por sus mejillas. Ella lo mira llena de odio y Palermo lo nota. Pero sabe que no lo odia. Porque él no la odia a ella. Pero sabe que la acaba de herir. "Ey deja de llorar" le pide suave "Decime algo" Velez aparta sus ojos de él por primera vez.

"Se que tu amor en algún lado está" es lo único que dice Velez y se baja de la mesa sin mirar a Palermo. Se coloca la remera y el corpiño sin dejar de llorar en silencio. Se coloca el mameluco rojo aún de espaldas a Palermo y se va de la habitación sin mirarlo. Sin esperar nada de él. Camina por pasillo sin importar que alguien la vea llorando y se cruza otra vez con Denver. Pero un Denver agitado y preocupado.

"¿Qué te pasó?" Le pregunta Denver a Velez antes que nada.

"¿Qué te pasó a vos?" Le pregunta ella y lo agarra del mameluco rojo.

"Perdimos toda conexión con el Profesor. Creo que lo han atrapado a él y a Lisboa" anuncia agitado y a Velez se le vuelve a caer el mundo por segunda vez en dos minutos.

la casa de papel (palermo)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ