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No terminaba y creo que nunca terminaré de acostumbrarme a que ese hombre me dijera que era hermosa y esa clase de halagos, seguramente él tenía unos 40 años y yo soy una simple chica de 23, eran incomodos sus halagos, más las malas miradas de los soldados.

Salimos de la propiedad donde estaba la casa y por primera vez pude ver dónde estábamos realmente. Era una impresionante fachada rodeada de lindos jardines bien cuidados.

La camioneta en la que nosotros íbamos era mucho más elegante que en la que me habían traído, era obvio que el general solo me diera las mejores cosas. Pero aún ese lujo no pudo hacer nada con la incomodidad que había al estar todos callados, o por lo menos creo que yo era la única que lo sentía de ese modo porque Kenneth se miraba muy relajado revisando algunos papeles, así que trate de concentrarme en otra cosa, como por ejemplo el paisaje de afuera.

Después de un rato, llegamos a un casino de esos que había visto en las revistas que prometían ese casino si visitabas Las Vegas, no lo sé, nunca fui a ese lugar, no sé qué tan real hayan sido esos anuncios, pero viendo el casino delante de mis ojos, supongo que eran reales.

Al bajar de la camioneta las personas que aún estaban afuera, nos reverenciaron con sonrisas y buenos deseos, los soldados nos saludaron con un clásico firme, saluden, pero al entrar, demonios... ¡Esto era una locura! 

Las personas bien vestidas caminaban de un lado al otro, sonreían, gritaban cuando ganaban y se divertían, pero solo los que estaban cerca de nosotros se detenían y nos saludaban

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Las personas bien vestidas caminaban de un lado al otro, sonreían, gritaban cuando ganaban y se divertían, pero solo los que estaban cerca de nosotros se detenían y nos saludaban. Todos querían hablar conmigo, pero yo no quería hablar con nadie, así que simplemente sonreía y bajaba la mirada. Eso sería una pena de muerte si Kenneth no pensara que soy un amuleto de buena suerte, por lo que me perdonó sin pensarlo el hecho de que yo no quisiera hablar con nadie.

Mis ojos miraban por todos lados, había soldados cuidando las puertas, supongo que los de más bajo rango, mientras que los que tenían el mayor, estaban entre la multitud divirtiéndose con todos.

¿Dónde está Kenan?

Necesitaba darle este mensaje, necesitaba que se calmara un poco y se concentrara en no morir, yo me encargaría de conseguir seguridad para él y para papá.

—¿Podría... dar un paseo? -susurré a Kenneth en un momento en el que pude

—¡Por supuesto! -sonrió feliz y yo igual, pero cuando vi que llamó a un soldado para que cuidará de mí, dejé de sonreír

Me sentía como niña berrinchuda mientras me alejaba de Kenneth con mi soldado guardaespaldas detrás de mí. Debía encontrar una manera de alejarme de este hombre en cuanto encontrara a mi hermano.

—Sabe... -me acerqué a él -si los soldados recién reclutados ¿Están aquí?

—No todos, pero sí la mayoría -me miró un poco fastidiados -hay soldados afuera y adentro, para protegerla a usted y ale general

La Resistencia (ParkJimin)Where stories live. Discover now