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Desde ahora el camino lo dirigía yo.

—¿Ahora qué? -preguntó Isaac

—Busquemos la parte baja de la frontera, donde podamos salir

—Bien, vámonos

Ir por detrás de los edificios era más seguro, por eso no hubo necesidad de correr y por eso pude ponerme de nuevo los tazones. No caminaré descalza, podría herirme los pies con algún objeto y pueda infectarse, ahora no estamos para esas cosas.

—¿Es tu novio? -preguntó él de repente

—¿Qué?

—El soldado de atrás

—No, es mi hermano mayor

—¿26?

—La próxima semana

—¿Por qué esta aquí ahora?

—Según un hombre sé que lo llevó, prácticamente ya tiene los 24 años

Después de eso, no volvimos a hablar en todo el camino, estábamos más concentrados en los ruidos que nos rodeaban, que en continuar con el historial familiar de cada uno.

No estoy segura de qué hora era, pero supongo que eran ya las 12 o la una de la mañana, lo que nos ayudaría mucho al momento de cruzar, no creo que haya personas andando en la calle a esta hora, pero de todos modos nos iremos por detrás de los edificios.

Tuvimos que caminar por un buen tiempo hasta que llegamos a la pared que separaba el centro de la ciudad. Era una gran pared de ladrillos, pero en esta parte había un desnivel y por eso la barda se había hundido un poco, los soldados no lo arreglaron porque los ciudadanos violetas no quieren dañar a Kenneth y no ha habido casos de personas que hayan cruzado el centro.

Todos en la escuela fantaseaban con cruzar las dos divisiones para poder llegar hasta Kenneth y matarlo.

Jimin miró por todos lados algo que nos ayudara a tener más altura. Había cajas de plástico, de esas que usan para transportar la fruta o esas cosas.

Tomé una, estaba en malas condiciones y si poníamos dos, seguramente no nos aguantarían, pero con una era suficiente. La colocó pegada a la pared, donde asomó un poco la cabeza para asegurarse de que no hubiera nadie y cuando estaba seguro de que no había peligro, se impulsó con sus brazos para subir y quedarse sentado.

—¿Puedes hacerlo sola? -preguntó

—Sí

—Bien

Se giró y dio un salto para después escucharse un ruido seco cuando aterrizó del otro lado.

—Vamos, Kayla, es seguro -gritó en un susurro

Me quité los tacones y la falda del vestido la tomé en mi brazo, me subí a la caja y antes de saltar el grité para que tomará mis zapatos del otro lado antes de lanzárselo. Mordí la falda con mis dientes, hice lo mejor que pude, para poder tener las manos libres.

Esto era como subir a la ventana de la escuela, no fue nada complicado.

El beneficio de odiar la escuela.

—Acaso ¿Escapaste de prisión? -preguntó

—Peor -tomé los tazones de sus manos y me los puse -de la escuela, muchas veces

En esta parte de la ciudad sí debíamos correr, eran lugares que yo no conocía y qué tenía personas malas, por lo menos en el centro a mi me llevarían ante Kenneth y podría salvar a Isaac diciendo que él me había salvado, pero aquí, no hay muchas posibilidades de que alguien nos salve si nos cruzamos con alguna pandilla, además de esa desventaja de no saber las calles del lugar.

La Resistencia (ParkJimin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora