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E l camino fue tranquilo, el cielo estaba despejado y el viento pegaba suavemente en mi rostro. Me dolía un poco el trasero y creo que de tanto estar sentada aquí, mi trasero estaría en forma de reja ahora.

Jimin no era una persona que hablara mucho y lo triste es que yo tampoco así que el viaje era un poco incomodo, pero no había mucho qué hacer, no había muchos temas de conversación ahora, no era como si pudiera preguntarle qué estudiaba, qué películas había visto hace poco, qué música le gustaba o si tenía novia o amigos. Esos son totalmente temas que no tienen una respuesta viviendo donde lo hacíamos ahora. Así que no dije nada.

Él caminó por horas, hasta que tuvimos que detenernos para comer algo, seguimos caminando después de terminas y después de un rato, por fin llegamos a la ciudad.

—Encontremos una buena casa para pasar la noche -dije

Las calles estaban desoladas, no había personas por ningún lado y los edificios estaban saqueados al igual que algunas cosas. En serio que parecía una película de zombis, solo espero que no haya pasado nada de experimentación rara de la que no me haya enterado y nos ataquen los primeros muertos vivientes del continente y empeoren todo esto.

Paseamos un momento por las calles, miramos algunas casas que no eran buenas opciones por alguna u otra cosa, por un momento pensé que ninguna sería buena opción, pero al final logramos encontrar una que fue buena, tenía las puertas y ventanas completas y cerradas, eso era muy bueno.

—Hace tiempo que no veo una casa como esta -dije

—Ahora todos viven en departamentos ¿Cierto?

—Sí

Jimin me cargó para poder bajar del carrito para que hiciera mi magia y pudiera abrir la puerta. Entramos a la casa junto con el carrito que dejamos a un lado de la puerta después de cerrarla de nuevo con pasador y volvió a cargarme, pasamos por toda la sala y me dejó sentada en uno de los sofás.

Las cortinas rasgadas cubrían un poco la entrada de luz a la casa, pero de todos modos podíamos ver todo perfectamente. Era una casa como muchas que había visto, no había nada especial que la diferenciara de otras, pero por un momento me gustó averiguar de a quien había sido este lugar. No había fotos por ningún lado, en realidad, no había cosas que me dijeran si había sido casa de una familia, o de una pareja, o de una sola persona.

—Iré a la cocina a ver que encuentro -dijo Jimin

Escuchaba cómo movía todas las cosas que seguramente encontraba en la cocina y después de un momento regresó.

—Encontré pastas y trastes para cocinar

—Han pasado seis años desde que se fueron de este lugar -dije desde el sofá -no creo que la comida que este sea buena para comerla

—Lo sé, debemos tener cuidado de no enfermas

—Exacto

La pasta, a pesar de haber pasado tanto tiempo, no se veía mal, no tenía agujeros en la bolsa por donde pudieran entrar animales y contaminarla, así que era buena opción para comer, además, teníamos dónde cocinarla.

Jimin se encargó de buscar en toda la casa cosas que nos ayudaran en nuestro viaje y todas ellas las dejó a un lado de nuestras mochilas.

—Por lo menos podemos ayudarnos con esas cosas -se sentó en el sofá enfrente de mi

—¿A dónde vamos ahora? -susurré

—No lo sé -bajó la mirada

—En el casino... ibas a hablarme de tu madre ¿Qué pasó con ella? ¿Está... muerta?

La Resistencia (ParkJimin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora