☆02☆

370 62 13
                                    

Por enésima vez en el día Yoongi rodó los ojos, y por la misma persona.

—Taehyung, deja de "aconsejarme". Sé lo que hago.— Sentenció.

Se encontraban en el auto del pálido rumbo a la casa de un amigo de Taehyung, pues éste vivía a pocas calles de su departamento.

—Pero... hyung...— Formó un puchero en sus labios viendo por la ventana de la máquina. —Ese chico no me da buena espina... ¿Y si resulta ser alguien que vende drogas o algo así?— Dijo con total preocupación en su tono de voz.

El mayor solo negó con la cabeza, suspirando por las ocurrencias de su inquieto amigo. —Claro que no, Tae, sé cuidarme solo, no te preocupes, ¿Vale?— Le sonrió levemente al castaño tratando de decirle con su mirada lo mismo que sus labios.

Ambos se despidieron, Min no se fue hasta que miró que el más pequeño entrara a aquella casa, porque aunque pareciera que no, se preocupaba por él.

[...]

—¿Qué ya no tienen más noticias que decir?— Musitó el frustrado joven pasando rápidamente las emisoras que repetían las mismas noticias de hace dos días sin quitar la mano izquierda del volante.

Había aprovechado que estaba fuera de casa para pasar comprando algunas cosas en el supermercado, la mayoría comida chatarra por emergencias, pues casi siempre comía en la universidad.

—Cállate, me hartas.— Le dijo a la radio de su auto apagándola inmediatamente, le frustraba que todo fuera tan cliché.

Todo iba bien, mientras él pensaba en sus cosas, de pronto algo café se interpuso en su camino haciendo que frenara de golpe atrayendo su cabeza hacia adelante.

—Maldita sea...— Habló por lo bajo al mismo tiempo que se bajaba del vehículo para comprobar que había sido eso. Los ojos de Min no pudieron llenarse más de brillo cuando divisó a un pequeño cuerpo canino acurrucado esperando talvez su muerte.

Simplemente tierno.

Fue lo que pensaba de aquella imagen que sus orbes estaban observando, se acercó al pequeño que parecía estar asustado, pues cuando el se acercó comenzó a alejarse un poco bajando sus orejitas.

—Tranquilo, amigo, no quiero hacerte daño.— Su voz era tranquila y su mano lentamente se acercaba a la cabecita del animal para poder acariciarlo, éste sin duda aceptó gustoso las pequeñas caricias que el pálido le estaba dando.

—¿No tienes dueño? Uhm, supongo que no porque no tienes collar... Dios, ¿Por qué estabas en la autopista?— El canino solamente ladeó su cabeza, ¿Cómo se suponía que un perro iba a entenderle? No lo sabe, pero estaba ahí, esperando a que el pequeño le diera respuestas.

No sabía que más hacer, el cachorrito le resultó algo extraño pero tierno, así que, o podía dejarlo en un refugio, o podía llevárselo a su casa. Optó por la segunda opción, pues algo en los ojos del animal le dijeron que lo llevara con él. Lo tomó en sus brazos y lo dejó en el asiento del copiloto asegurándose de cerrar la ventana para evitar accidentes, muy por el contrario el de pelaje café se acurrucó en el asiento y suspiró cerrando sus ojos.

[...]

—Muy bien... Veamos...— Suspiró buscando algo en las alacenas para darle algo de comida a su nueva mascota. Formó una línea con sus labios.

Tú no eres mi Holly. •||• Yoonseok/Sope.Where stories live. Discover now