VI. "3:00am"

4.7K 521 419
                                    

Cuarta noche...

Los chicos y yo, no teníamos nada interesante que hacer, no queríamos jugar algunos de los juegos de mesa que trajimos y mucho menos nos quedaríamos sin hacer nada. Estábamos aburridos y tanto así que parecía que nuestros cuerpos nos pensaran agregandole las caras de sueño que teníamos.

Veía desde mi bolsa de dormir como el de puntas azules caminaba por toda la habitación pensando en que hacer y se veía frustrado, se detenía por momentos y nos observaba a todos.

- Hagamos una excursión - sonrió - si mal no me equivoco cerca de aquí hay una pequeña caída de agua y el pozo es bastante cristalino - explicó el oji azul.

- Genial, podíamos nadar un rato - exclamó Marinette con una sonrisa en su rostro la cual se esfumó al instante - No trajimos trajes de baño.

- Nos metemos con ropa interior ¿Cuál es el problema? - cuestionó Alya poniéndose de pie con una mano en su cadera - es como tener traje de baño.

- Buen punto - respondió Marinette.

Tomamos algunas cosas que nos servirían y las metimos en un pequeño bolso que trajimos a parte, salimos del lugar para emprender nuestra "aventura". Al principio el viaje iba bien, Luka estaba firme guiando el camino y parecía saber a donde nos llevaba hasta que comenzamos a pasar una y otra, y otra vez por el mismo punto.

- Oye Luka, estamos dando vuelta en círculos no se si te has dado cuenta - reproche con una sonrisa sarcástica recibiendo de su parte una mirada que me desaparecería inmediatamente si pudiera.

- Adrien está en lo cierto - apoyó el moreno a su mejor amigo - ¿En donde nos metiste? - pregunto cambiando drásticamente de humor.

- Es por... ¡Ahí! - titubeo nervioso dirigiéndose a una bajada entre los árboles.

- No pareces estar seguro Luka - hable nuevamente, porque sinceramente no quería perderme porque para colmo los teléfonos no tenían cobertura.

- Ya verás Adrien, tranquilo - contestó y sin protestar más lo seguimos.

Llevábamos un par de minutos caminando, no veíamos nada similar a una "pequeña cascada y pozo cristalino", sólo veíamos árboles y árboles que parecían no tener fin alguno, pero de repente nos topamos con unos viejos establos los cuales estaban sumamente deteriorados, tanto que la vegetación lo cubría en ciertas zonas.

Habían muchísimas hojas secas esparcidas por todo el suelo del lugar, haciendo que en cada paso que diéramos se escucharan los crujidos de las hojas rompiendose.

- ¿Qué hacen aquí? - habló una voz enojada detrás de nosotros.

Giramos en dirección a aquel sonido encontrándonos con un señor de aspecto mayor aunque no del todo. Tenía alguna que otra arruga en su rostro y bastantes cabellos plateados en su cabeza, agregandole el hecho de que su postura era encorbada. Vestía de manera desarreglada, una camiseta sucia y un pantalón algo roto.

- Estábamos buscando el pozo, pero nos perdimos - habló la azabache de manera amable - ¿Podría ayudarnos?

El la observó de mala gana y camino hacia nosotros analizandonos los rostros, de cerca se podía apreciar la barba que estaba creciendo en su cara; escupió a un lado de nosotros sin quitarnos la mirada de encima.

- Van por mal camino - respondió caminando por delante de cada uno de nosotros - tienen que regresar hasta contar veinte árboles luego cruzan a la derecha y cuentan veinte más, llegarán en menos de lo que suena un disparo - culminó deteniendose en frente de mi sobre pasando mi espacio personal.

ALMAS | Adrien Agreste | ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora