XI. "De regreso a casa..."

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Me observaba en el espejo, el traje me quedaba bien, ni muy ancho, ni muy ajustado. Pantalón y sacó negro, con una camisa blanca debajo y una corbata roja que resaltaba. Peine mi cabello dorado hacia atrás y me perfume, estaba listo pero a pesar de eso sentía que algo me faltaba, la puerta de la habitación sonó.

- ¿Ya estás Listo Adrien? - pregunto Nathalie la cual entró a la habitación al yo abrirle.

- Si, ¿nos vamos? - ella asintió y luego me vio de pies a cabeza. Cambiando su semblante.

- ¿Seguro que estas listo Adrien? - cuestionó seriamente. Yo asenti y ella suspiro pesadamente a la vez que negaba - ¿Irás descalzo?

- Claro que no ire...- observe mis pies y sólo tenía los calcetines puestos - Oh, era eso lo que me faltaba.

Me reí nerviosamente y fui corriendo a ponermelos, para luego bajar junto con la mayor. Al parecer mi padre ya estaba en la limusina pues no lo veía por ningún lado.

Nos subimos al lujoso transporte topandome con mi padre hablando animadamente con la pareja Martín. Al verme me saludaron calurosamente y nos dirigimos al conservatorio de música, al cual llegamos después de unos minutos.

Entramos y la divise caminando rápidamente hasta nosotros con un hermoso vestido largo color rojo y en su cuello posaba aquel relicario dorado que le había regalado hace mucho tiempo atrás.

- ¡Pensé que no iban a llegar nunca! - exclamó para luego soltar un suspiro aliviado y sonreir.

- No me perdería esto por nada del mundo - hable de manera pícara sacándole una suave risa.

- Emilie estaba apunto de comenzar a arreglarme el cabello, pero cuando leí el mensaje de mamá de que ya estaban aqui, vine de inmediato a recibirlos - habló con dulzura a todos. Sonreí.

Nos llevo a nuestros asientos en primera fila y luego desapareció de nuestra vista. Después de unos minutos las luces disminuyeron su intensidad dándole un toque elegante al lugar y una luz blanca iluminó en centro del escenario donde se encontraba ella lista para tocar una hermosa pieza en piano.

- Lamento la tardanza, tu hermano se desapareció en los vestidores y tuve que buscarlo - habló mi madre sentándose en el lugar que le había guardado a mi lado.

- ¿Y en donde está esa pulga? - cuestione burlón observando como negaba debido al sobre nombre que le ponía a mi hermano.

- Con tu padre, sabes como es con el - suspiro cansada.

Yo sólo reí y me dispuse a escucharla tocar, se veía hermosa arriba del escenario. Tocaba con agilidad y delicadeza las teclas produciendo una hermosa melodía, era muy parecida a la canción que me había compuesto sólo que más lenta y algunas notas eran distintas.

Después de un rato ella había terminado su presentación y ya era hora de irnos a la fiesta de celebración por la nueva obra que había hecho.

- ¿Estas segura que no puedes estar conmigo? - volvi a preguntar y la vi negar con burla.

- Adrien tengo 28 años, ¿Estas loco? - dijo entre risas.

- Para el amor no hay restricción de edad - mencioné picaramente.

- ¡Tienes 17! Son 11 años de diferencia. En definitiva estas loco - la obseve negar - Te amo tanto Adrien - me abrazo y a pesar de ser mayor que yo, era mucho más alto que ella.

- Y yo a ti _____ - respondi a su abrazo y luego sentí como alguien me jalaba el brazo.

- ¿Y a mi no me amas? - habló mi hermano haciendo acto de presencia viendo a la castaña.

- Claro que si Félix - dijo acariciando cariñosamente su cabello.

- ¿Y conmigo si estarías? - cuestionó curioso. Ella sólo río y cuando iba a hablar la interrumpi.

- No, porque eres una pulga de 10 años - el me observó seriamente para luego sacarme la lengua.

- Adrien... ¡Adrien! - escuche que me llamaban pero no lograba encontrar aquella voz...

- ¡Adrien Agreste! - escuche como alguien grito en mi oído, para luego levantarme exaltado golpeando mi cabeza con la de alguien más. Eso sí que dolió.

Al terminar de aclarar mi vista y esperar que el dolor del golpe cesara, me di cuenta de que aquello había sido un sueño y me percaté de quien había golpeado sin querer sintiéndome horrible.

- Marinette, lo siento mucho - dije arrepentido haciendo una mueca.

- Tranquilo, creo que fue mala idea acercarme tanto - explicó riéndose mientras acariciaba el lugar del golpe.

- Pensamos que nunca despertarias, el desayuno te lo perdiste pero por suerte logramos despertarte para el almuerzo - explicó Nino extendiendo una lata de sopa enlatada a cada uno.

- Intentamos pedir pizza pero hoy la señal no estuvo de nuestro lado - suspiro frustrado el de puntas azules mientras tomaba el abre latas para abrir su sopa.

- Si, por suerte ya hoy es el último día - Celebró la morena - ¿A qué hora nos iremos?

- A la misma hora a la que llegamos aquí, para que cuente como una semana - explicó Luka.

Después de comer estuvimos charlando un rato para hacer tiempo a que llegara la hora de irnos para arreglar y guardar nuestras cosas. Metimos todo en la maleta del auto y el de puntas azules entró a encenderlo.

- ¿Ya está todo listo? - preguntó asomándose por la ventana para confirmar la salida.

Los chicos y yo solo asentimos sentimos, subieron al auto mientras yo me quedé afuera unos segundos observando la casa con el diario en mano pensando en todo lo que habia sucedido, para que luego fuera sacado de mi burbuja debido al sonido de la bocina del auto, entre al transporte y nos dirigimos de vuelta a casa.


¡Hola, Hola!
Espero se encuentre muy bien. Aquí les traje el siguiente capítulo y espero les haya gustado.
No olviden dejar su estrellita y obvio sus comentarios que tanto me encantan 💕
Ya está muy cerca el final de esta historia y espero no me maten cuando lo lean 😅

¡Los amo!

Att: Maruu💕

ALMAS | Adrien Agreste | ✔Where stories live. Discover now