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—Y bueno... eso pasó, Louis. Yo no sé qué me pasa que no puedo decidir. Tengo... tanto miedo.
Niall y Louis están sentados en la cama del dueño del departamento; con el castaño de ojos azules escuchándolo con suma atención. Louis había llegado hace una media hora, solo saludó a Niall, compartió unas cuantas palabras y comenzó esa platica tan importante que le había dicho el más pequeño, escuchando en todo ese tiempo a su amigo sobre sus sentimientos, sobre cómo quiere dejar de estar tan reprimido por todo y, sobre todo, hablaba de su situación con Shawn.
Y es que Niall no sabe qué hacer. No puede salir de esa situación tan complicada, o tal vez la respuesta es fácil, la solución la tiene frente a él, pero, a veces, los miedos pueden más que nosotros.
—Niall —murmura Louis, analizando todo lo dicho por su amigo—. Sé que es difícil para ti todo esto. Estoy consciente que es un nuevo mundo, que puede ser todo tan raro para ti, pero si te hace feliz... ¿qué te detiene? ¿Tu familia? ¿La sociedad?
—Mi familia, Louis. Yo me siento con la obligación de decirles. Ellos siempre han estado para mí, han pagado mi educación, mi ropa, un techo, un hogar...
—Es su obligación porque son tus padres. Porque ellos decidieron tenerte. Y bien, te criaron con sus valores, pero el que toma la última decisión de llevarlos a cabo en su día a día, o bien, formar tus propios valores y tener tu maldita forma de vivir la vida, eres solamente tú. No estás obligado a seguir sus pasos si no quieres. Eres un adulto, toma tus propias decisiones, ya sea buenas o malas, en base a lo que te haga feliz. Al fin y al cabo, él que va a sufrir las consecuencias eres tú.
—Louis, son mis padres.
—Te da miedo defraudarlos. Lo entiendo, pero si pretendes ser alguien que no quieres realmente ser, serás un desgraciado toda tu vida. Te pongo un ejemplo. Mi tío es un drag queen, trabaja de eso y ama lo que hace. ¿Sabes todo lo que tuvo que pasar? Mi familia lo corrió de la casa a los quince años, y yo no lo conocí hasta que tuve siete años y mis padres murieron, y él tuvo mi custodia porque mi padre así lo quiso. ¿Tienes una idea de que tus padres te corran a esa edad? Estar solo, sin nadie a tu lado, con el miedo que te pueden matar en cualquier momento haciendo tus shows en los bares, todas las madrugadas. Y te puedo asegurar, que hoy en día, mi tío es el hombre más feliz del mundo —el castaño sonríe, como una muestra de apoyo hacia el más pequeño—. Tú también puedes ser feliz, pero esa ya es tu decisión.
—No me gusta decepcionar a las personas, mucho menos a mis padres. Louis, ellos... me da terror decepcionarlos. Yo sé que no es algo malo, el ser homosexual, o bisexual, o ser padre joven, lo que sea, pero... no sé si estoy listo para ese nuevo mundo.
—Nadie está listo para nada. Porque la vida nos da muchas sorpresas, cariño —sabía que la charla con Niall iba a ser complicada, que no lo convencería tan rápidamente, pero de verdad, está tratando de hacer lo mejor posible para que entrara en razón—. Conoce ese nuevo mudo. Un mundo donde no importa como seas, lo que hagas, lo que te guste, solo basta con que tú seas feliz y no lastimes a los demás.
—¿Y cómo entenderlo?
—La mejor manera de conocer el mundo, es conocerte a ti mismo.
Y Louis lo sabe. Conocerse a sí mismo, aceptarse, logra que pueda ver el mundo de distinta manera. No cerrarse a conocer nuevas cosas, porque el mundo lo ve como el mismo infinito, como si un día aprendiera una cosa diferente, y el aceptarse a sí mismo es aceptar aquello diferente a él.
Porque está consciente que su mundo no es perfecto. Sabe que existe lo malo como lo bueno; que ese malo tiene su lado lo bueno, como lo bueno tiene su lado malo. Sabe que hay personas que tienen un estilo de vida horrible, siendo una consecuencia de lo que han hecho o no. Sabe que su vida no es perfecta, nunca lo fue y nunca lo será, pero trata de ser lo más buena persona para que así sea.
