Capítulo 31: "A mi medida"

9K 1K 3.8K
                                    


Mary se sorprende al ver a Louis en la entrada de su casa justo cuando ella sale hacia el supermercado para ir a comprar unas cuantas cosas para su casa.

Instintivamente, acomoda su cabello con cierta rapidez antes de que Louis la atrapara haciendo tal acto, el cual provoca que su cabello cubra la mitad de su rostro. Es algo que siempre ha hecho cuando alguien atractivo está cerca de ella. Siente demasiada inseguridad en su rostro que no quiere que la vean durante mucho tiempo. Mucho menos si se trata de Louis, siendo este alguien que le ha gustado el tiempo suficiente para que aquello ya fuera un "enamoramiento".

Un enamoramiento que ha estado evitando lo más que su corazón le permite. Aunque no es su culpa, Louis es demasiado perfecto para ella; él siendo aquel chico de mente abierta, tan simpático, comprensivo con todos, siempre dispuesto a ofrecerte el mejor consejo que cualquier persona puede darte junto con una linda sonrisa, y ni hablar de su físico.

Es hermoso.

Ojos tan azules como el cielo, brillantes cuando habla de las cosas que más ama, su rostro tan hermoso, al igual que sus manos, Mary considera que las manos de Louis son pequeñas, pero capaces de sostenerte con firmeza, tomar tus manos y tu rostro en un acto de amor, lo ha visto con sus amigos, ella misma lo ha vivido cuando ha necesitado un consejo de él, pero sin evitar que ese tacto la haya enamorado de esa manera.

La chica se acerca poco a poco a Louis, con este dándose cuenta en seguida de la presencia de la chica cerca de él.

—Hey. Hola, Louis —dice con una sonrisa, tratando de ignorar sus mejillas sonrojadas y la sensación de sus manos temblar tan ridículamente—. ¿Cómo estás?

—Muy bien. ¿Y tú? —la expresión del chico es seria a pesar de la leve sonrisa que aparece en su rostro—. ¿Vas de salida?

—Estoy bien, y sí, iré a comprar unas cosas. ¿No me quieres acompañar?

Louis niega, y Mary trata de que su rostro no refleje la decepción en ese momento. —No, Mary. Gracias. De hecho, vine a decirte un par de cosas que me preocupan.

—Oh, claro. ¿Qué pasa, querido?

El chico de ojos azules nunca ha sido de hablar tan directamente, al menos no con Mary, la chica es de una actitud sensible, y Louis nunca se hubiera perdonado dañar los sentimientos de una chica que ha demostrado en ser buena con él, pero ahora...

—No te quitaré mucho tiempo. Solo... supe que estuviste hablando de Harry.

—¿Hablando de Harry? ¿A qué te refieres?

—Te escuchó hablando con Lily la semana pasada en mi departamento. Dijiste unas cuantas cosas que le disgustó. ¿Es verdad?

La chica está que se muere de los nervios en esos momentos; sus manos comienzan a temblar y siente pequeñas gotas nacer de la piel de su frente, porque si Harry escuchó esa conversación, entonces también escuchó sobre sus sentimientos hacia el chico de pie frente a ella, y si es que él lo sabe... Mary se morirá de vergüenza, porque no quiere pasar por ese asunto de una amistad arruinada solo porque alguno de los dos tiene cierta atracción al otro.

—¿Él te dijo que vinieras?

—No. Yo quise venir solo, porque no me gusta que hablen mal de Harry, y siempre va a tener a su novio para defenderle.

La chica asiente, a pesar de que le duelan aquellas palabras de Louis. —Entiendo. Y lamento las cosas que dije, no fue con la intensión de lastimarlo.

—Yo sé que no, pero bueno. Las cosas son así.

—Él... —está temerosa a que Harry le haya contado su secreto a Louis, pero quiere preguntarlo. No quiere quedarse con la duda de eso—. ¿Él te dijo algo más?

REVOLUCIÓN SEXUALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora