Capítulo 24: "Amor y dolor"

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«Encuéntrate a ti mismo. Ve todo desde la raíz. No pasa nada si necesitas tiempo, Louis entenderá.»

Harry recuerda aquellas palabras del tío Charlie, aquellas palabras que lo hicieron pensar mucho y tomar una decisión; un poco drástica, pero necesaria para acabar con aquel dolor en su pecho que no podía soportar más. Acabar con sus pesadillas, esos pensamientos que es el peor ser humano en la faz de la tierra, y que nadie lo ama realmente, que todas esas veces en la que su esposo le decía "te amo" eran mentira, a pesar de que una parte racional de él sabe que todas esas palabras tienen un gran peso de amor, muchas veces pensaba que no era así, que toda su vida ha sido una mentira que él se ha inventado desde el momento en el que se fue de la casa de sus padres.

En el momento en el que llegó a su casa después de hablar con Charlie y toparse con Louis, quien ignoró completamente y huyó de aquel bar gay donde, hace unos meses, Louis y Harry bailaban con sus cuerpos sudados pegados, besándose de la manera más pasional posible, comenzó a pensar en que estaba haciendo mal, que podría estar haciendo cosas que, como consecuencia, se sintiera cómo si su mundo se derrumbara frente a sus ojos.

Hizo sus maletas, las guardó en la cajuela de su auto y comenzó a conducir, al principio sin rumbo fijo. Simplemente viendo la carretera, la cual se hacía borrosa a la vista gracias a las lágrimas acumuladas en los ojos del joven y las gotas de la lluvia cayendo sobre el parabrisas, cegando a Harry y haciendo que su frustración aumentara cada segundo más y más.

"¿Qué pasó? ¿Qué realmente pasó?", pensaba Harry entre llantos, pensando solamente en Louis. En el amor de su vida.

Entonces recordó a sus padres, a su hermana, a toda su familia.

Los extrañaba. No se dio cuenta cuanto los extrañaba hasta el momento en que se abrazó con fuerzas después de estacionarse a la orilla de la carretera, deseando que fuera su madre la que lo rodeara con sus brazos, que fuera su padre tomando su hombro y mirando con orgullo, y a su hermana acariciando su cabello, diciéndole que todo estaría bien, que ella lo apoyaría y lo ayudaría a salir de esa profunda tristeza que parecía no tener fin.

No supo cómo, pero dos horas después, ya estaba entrando a la ciudad de Holmes Chapel; vio con sus propios ojos, después de tres años sin pisar esas tierras, aquel letrero de "Bienvenido" después el nombre de la ciudad.

El corazón de Harry jamás había latido tanto.

Y es que recordó todo de su niñez, todo lo que vivió en sus diecisiete años de vida; aquellos momentos en los que, por más que quiera olvidarlos, no puede. Fue feliz, no todo en su anterior vida fue desgracia, y la culpa comenzó a invadir su cuerpo.

No fue justo con sus padres.

Porque bien, ellos no apoyaban a la gente cómo él, pero tal vez, si lo hubiera dicho desde un principio, tal vez lo hubieran entendido, ir a terapias psicológicas, llenarlos de información para que entendieran su vida, haberles contado que aquel chico que falleció en ese trágico accidente fue su novio, a quién tanto amaba y esperaba un abrazo para consolarlo, decirle que todo estaría bien y ese chico estaba en algún lugar cuidado de él.

Siguió conduciendo hasta la casa de sus padres. Se estacionó frente a la casa y salió del auto. Comenzó a caminar lentamente hasta la puerta. Estaba justamente cómo la recordaba; pintoresca, daba esa sensación de calidez, las paredes eran blancas, aunque tenían manchas por la humedad de alrededor, las ventanas están cubiertas por persianas, había flores marchitadas en las macetas. Lo cual a Harry le provocó una presión en su pecho.

Las flores eran, para su madre, lo más sagrado.

Con su mano temblando tocó el timbre de aquella que, alguna vez, sintió como un verdadero hogar. El corazón le latió con más rapidez y todo su cuerpo temblaba.

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