Capítulo 14

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Chicas, Wattpad me ha cambiado los guiones más de 4 veces, he editado todas esas y lo vuelve a hacer. Lo siento mucho, seguiré tratando de arreglarlo.

Su sonrisa no se hizo esperar y prosiguió

—Somos más rápidos, tenemos más fuerza, más destreza. Pero sobre todo tenemos algo muy especial que ningún otro tipo de lobo tiene.

—¿Qué es? –pregunté más curiosa–

Mi curiosidad aumentaba y Erin no la saciaba al contrario solo la aumentaban. Ella sonrió burlona y aguantó la risa.

—Tendrás que preguntárselo a Harek. –dejó escapar aquella risa–

Erin estaba llenando mi cabeza de dudas y no hacía nada por complacer mi curiosidad, todo ello solamente la aumentaba. Luego de desayunar volví al hospital a ver a Alice estuvimos toda la tarde hablando hasta que Dexler hizo acto de presencia en la habitación.

—llegó mi turno –su sonrisa no se hizo esperar–

Miré a Alice con la ceja levemente arqueada y mi sonrisa burlona tampoco se hizo esperar en cambio las mejillas de mi pequeña hermana iban a explotar.

Él se acercó a nosotras y se sentó a los pies de la cama, suspirando cansado.

—¿Todo bien? –pregunté mirándolo–

—No lo sé, todo fue muy confuso, Rysh. –sonrió cansado– Harek está esperándote, pero créeme que no está de buen humor.

Alice fijó su mirada burlona en mí, los roles habían cambiado esta vez. Le pegué levemente en el hombro y me levanté.

—Puedes ir, tranquila. –me miró– yo me quedaré entreteniendo a esta linda cachorrita.

La miré sonriendo.

Salí del hospital poniendo mi chaqueta, la tarde ya había caído y el frío empezaba a hacer acto de presencia. Caminé a paso lento no quería encontrarme con aquel tipo otra vez.

Di algunos golpes en la gran puerta, esta demoró unos segundos en abrirse, cuando al fin lo hizo ví que eran aquellos gemelos quienes me sonrieron despidiéndose para luego marcharse.

Allí adentro habían por lo menos unas cinco personas, las cuales iban saliendo dirigiéndose a la puerta. Se despidieron cordialmente de mí y se retiraron todos menos él.

—Me alegra ver que tendrá compañía –habló Adren–

Empezaba a odiar el tono burlón y sarcástico con el que me hablaba. Entonces ví saliendo del despacho a aquél hombre de cabello negro y ojos azules.

Él levantó su mirada encontrándome y lo noté seguían dorados, algo no iba bien. Quizá nada iba bien y eso me hizo temer.

Sus ojos pasaron rápidamente a Adren quien estaba cómodamente apoyado en la pared sonriéndole.

—¿QUÉ DEMONIOS ESPERAS PARA IRTE?

Estaba cabreado.

Este caminó despacio hacia la salida, dándose su tiempo. Abrió la puerta de la misma manera.

Me miró lentamente hasta llegar a mi trasero.

—Me gusta tu... pantalón –sonrió–

Ví la mandíbula de Harek tensarse y sus ojos dorados brillar, empezó a caminar decididamente en su dirección, quería atacarlo.

Me interpuse en su camino poniendo mi mano en su pecho, él me miró y pareció entender que no valía la pena.

—VETE –Hablé–

Mi voz sonó tan molesta que me sorprendí de mi misma, Adren salió por la puerta y antes de cerrarla nos miró.

—Tal para cual –sonrió con burla–

Era definitivo, odiaba su sonrisa burlona.

La puerta se cerró y Harek caminó hacia su despacho, lo seguí y entré.

Era muy grande habían estanterías llenas de libros, también una enorme mesa de reuniones y al fondo en el centro estaba un escritorio.

Él caminó hacia su silla giratoria y se sentó dando vuelta para no mirarme. La noche ya había caído y notaba lo cabreado que estaba.

Las cosas no iban bien.

—Harek –susurré tratando de llamar su atención–

Él no volteó solo se quedó estático ahí dándome la espalda.

—¿Podrías darme un momento, cielo?

Su voz era firme, furiosa pero no me levantaba la voz en ningún momento. Decidí darle su espacio y caminé hacia la puerta del despacho cerrándola tras de mí.

Me dirigí hacia la cocina dispuesta a preparar algo para cenar, esta vez me tocaba a mí. Empecé a cortar algunas verduras y ocupé mi tiempo cocinando.

Ya había pasado un buen rato desde que Harek se había encerrado en su despacho, la cena ya estaba casi lista solo faltaban algunos minutos. Abrí el cajón de los cubiertos y saqué algunos. Caminé hacia la mesa y los coloqué en los mismos lugares que ayer, frente a frente.

Volví a la cocina y está vez saqué dos platos del gabinete, los dejé sobre la encimera y me dirigí a la estufa para apagarla.

Caminé hacia ella y lo hice, en aquel momento sentí como dos manos hacían girar todo mi cuerpo y luego sentí sus brazos rodeandome. Bajó la cabeza a mi cuello y su nariz inhaló profundamente.

—Hueles delicioso.

Su ronca y masculina voz.

Me abrazó fuertemente durante unos minutos y luego volvió a sentir mi olor, dejó un pequeño beso en mi cuello y se alejó lentamente.

—¿Estás bien? –pregunté preocupada–

Él asintió. Aquello no me había dejado satisfecha, al menos sus ojos habían vuelto al azúl.

Cenamos excelentemente, hablamos de mil cosas y reimos de muchas más. Pude notar la linda y perfecta sonrisa que tenía y como lo hacia al mirarme.

                                   °°°

Caminé hacia la habitación que me pertenencia y su masculina voz me interrumpió.

—¿No vendrás conmigo? –se apoyó en la puerta de color negro mientras me miraba–

—No quiero seguir incomodandote, Harek.

Él sonrió.

—Jamás había dormido mejor que contigo entre mis brazos, cielo. –se acercó a mí– Y no es algo que esté dispuesto a perder.

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Holaaa chicas❣️ este capítulo me ha dado mucho trabajo sobre todo porque Wattpad te cambia los guiones a gusto. Lamento si cuando entran a leer el capítulo los guiones están así, pero tranquilas que yo lo arreglo todo.

Ojalá les haya gustado mucho este capítulo, una vez más gracias por su apoyo ❣️

HAREKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora