Capítulo 37

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NO LEAN AÚN. ARREGLARÉ LOS GUIONES — WATTPAD LOS CAMBIA.
Nada de gracias por volver, lamento la espera pero no tengo tiempo ni para vivir, lo lamento espero que les guste y comenten cada cosa q les llame la atención me encanta leer eso.  ❤️

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El último día de Alice en Aslak había llegado y no podía evitar sentir aquella ola de tristes emociones invadiendo cada centímetro de mi cuerpo. Decidió pasar su últimas horas en el lugar junto a Dexler y yo no podía negarme. Miré con atención la escena apoyada en la puerta principal; ambos se alejaban caminando directamente hacia la salida, reían divertidos mientras jugueteaban emocionados y no pude evitar recordarlo todo.

«Sus grandes ojos cafés me hipnotizaron de una manera increíble, podía ver tanta ternura a través de ellos. Era diferente a todo lo que conocía, si bien el sentimiento de impresión era algo común a mi corta edad aquello era muy distinto, mucho más especial. Y ahora lo entendía, aquél día había nacido un instinto maternal imparable en mí.No importó absolutamente nada, sólo llegó y no estuvo dispuesto a ser egoísta de ninguna manera

—¿Cómo la llamaremos? –la voz de papá inundó la habitación.

No dudé ni por un segundo. Una enorme sonrisa se instaló en mi rostro y dejé aquél café para concentrarme en sus radiantes ojos grises.

—Alice. –no titubeé– como mamá.»

Una sonrisa nostálgica y triste se instaló esta vez en mi rostro, negué con la cabeza y me dispuse a alejar todo aquellos sentimiento de mí, ella estaría bien. Caminé de vuelta al cálido hogar dispuesta a terminar mi rutina de mañana, terminé de secar mi cabello e instintivamente me acerqué a la ventana que daba hacia el pueblo y a lo lejos divisé el Jeep de Harek estacionandose, estaba en casa. Bajé las escaleras corriendo y salí de allí, caminé por el pueblo hasta llegar al enorme descampado que las casas rodeaban. Él apareció ante mi vista y lo reconocí de inmediato, mi órgano vital bombeaba con fuerza ante su presencia alertándome de su cercanía pero me detuve en seco al verlo, no estaba solo. Una chica lo acompañaba.

Era tan alta como Erin, su cabello castaño caía sobre sus hombros mientras sus facciones junto a sus curvas resaltaban haciéndola parecer perfecta. Hablaba con él y pude notar la ilusión que sus ojos proyectaban al mirarlo. Vi sus labios moverse para dejar escapar una sonrisa y la chica copió su acción riéndose junto a él.

Un gran impulso por mirar mis normales senos invadieron mi cuerpo al ver los suyos. Una extraña y desagradable sensación invadió mi cuerpo por completo pero no tenía nada que ver con los celos, o al menos era muy diferente a como imaginaba que serían, más bien se sentía inquietante, más profundo y destrozador ¿Pero qué era? Y luego, un enorme sentimiento del culpa llegó apoderándose de mí.

La fría y burlona voz de Drack inundó mi cabeza, sus hirientes palabras resonaron una y otra vez dentro de mí.

«¿Podría tener a la mujer que quisiera, por qué iba a elegirte justamente a ti?»

Un enorme e incontrolable sentimiento de inseguridad se apoderó de mi atacándome de lleno, no pude seguir viendo aquella escena así que estuve dispuesta a volver por donde había venido. Fue allí cuando comprendí qué había cambiado la noche anterior, mi seguridad. Mi vista bajó y retrocedí unos pasos dispuesta a marcharme pero antes de que logrará voltearme por completo algo cayó a mis pies.

Me arrodillé con rapidez al verlo, era un pequeño niño que parecía no alcanzar aún los cuatro años. Lo ayudé a levantarse y sus lindos y grandes ojos cafés me miraron analizandome por completo. Su rostro no cambio, permanecía sin ninguna expresión o al menos fue así hasta que un enorme puchero comenzó a formarse en sus labios.

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