Capítulo 20

12.7K 1.1K 212
                                    

—Quédate conmigo, Harek. –susurré–

Sus labios seguían rozando contra los míos, subí mi mano y acaricié lentamente su mejilla. Él asintió y dejó un pequeño beso en mi frente tardando unos segundos en alejarse.

Me metí debajo de las cobijas con cuidado y él copió mi acción. La habitación estaba totalmente oscura ya no nos acompañaba ningún rayo de luz. Me acerqué a él colocando mi cabeza contra su pecho y pude escuchar los latidos de su corazón, aquello me calmó por completo y cerré mis ojos hundiéndome en aquello.

Su mano rodeó mi cintura con cuidado tratando de no pasar a llevar mi herida.

—Sabes que puedo sanarte, cielo. –acarició mi espalda con lentitud–

Me acariciaba con cuidado y suavidad. Podía notar la preocupación en su voz, acaricié lentamente su pecho mientras me preparaba para hablar.

—¿Cómo me encontraste? –cuestioné con curiosidad–

Él volvió a acariciar mi espalda esta vez metiendo su mano por debajo de la camiseta, aquello no me incomodó para nada, de hecho, deseaba poder hacer lo mismo.

—Soy capaz de sentirte. –interrumpió mis pensamientos– Sé cuándo estás cerca, cuando estás lastimada y cuando me necesitas.

Aquello me intrigaba por completo. Todo sobre aquello que creía conocer tan bien cada vez se venía más abajo. Sabía a lo que se refería, era consciente de que el lazo que unía a los mates podía permitirles aquello. Sin embargo sólo lo creía posible si ellos marcaban a su compañera. Y eso mismo fue lo que pregunté.

Tenía los ojos completamente cerrados mientras esperaba su respuesta escuchando los latidos de su corazón. Bajó hasta mi oído y su masculina voz me llenó.

—Solo puedo sentirlo si tú me llamas. Solo así me es posible saber que me necesitas.

Y volví a aquél momento, aquél pensamiento llenó mi cabeza. Volví a recordar como mi mente instantáneamente lo recordó. Su sonrisa, sus ojos azules, él. Mi inconsciente había llamado a Harek.

—Sin embargo –prosiguió– el lazo aún es débil porque no lo he hecho. –su mano subió hasta mi mejilla– Aquello fortalecería totalmente nuestra unión. Sería capaz de sentir cuando estás en peligro antes de que te ocurra algo.

Sus dedos me acariciaban con lentitud y yo disfruté de aquello.

—Cuando escuché tu grito me desesperé por completo, cielo. –noté el tono de preocupación que su voz irradiaba–

El calor que su cuerpo emanaba hacía que todo mi ser estuviera completamente relajado, mi mano bajó con lentitud y toqué su abdomen acariciando sus abdominales.

—Terminarás volviéndome loco –susurró–

Mi mano volvió a subir hasta llegar a su pecho disfrutando del recorrido. ¡Vaya que marcado estaba!

Su voz se volvió más profunda y pude saber aún sin verlo que aquella sonrisa seductora estaba instalada en su rostro.

—Si tú lo haces, yo también quiero hacerlo.

Reí y negué con la cabeza. Seguí acariciándolo esta vez sus fuertes brazos, me encantaba el calor que su cuerpo emanaba. Sus ojos estaban cerrados y su respiración relajada. Pero su voz sea había tornado mucho más masculina desde que toqué su piel.

—No puedo quitar esa imagen de mi cabeza, Rysh. No puedo dejar de pensar en ti desnuda en el jacuzzi. –susurró–

Entre abrí la boca por el asombro que provocó su confesión y sentí como mis mejillas empezaban a arder.

¿¡Ahora como iba a mirarlo!?

Me giré bruscamente dándole la espalda y el dolor invadió todo mi cuerpo.

¡JODER LO HABÍA OLVIDADO!

Dejé escapar un grito al sentir dolor mientras que su mano acarició mi espalda suavemente tratando de aliviarlo. Sentí como se acercaba a mí y su suave respiración inundó mi sentido auditivo. Quitó el cabello posicionado sobre mi cuello y dejó pequeños besos en él. Aquello me estremeció por completo.

—¿¡Me has visto!?

Mi voz sonó tan avergonzada, en cambio él solo soltó una risa burlona.

—Me fue imposible no hacerlo, realmente lo intenté, cielo.

Estaba tan avergonzada ¡ÉL VIÓ MIS SENOS!.

—Estoy deseándote con todas mis fuerzas y no tengo ganas de controlarme.

Su masculina voz me enloquecía por completo.

Me hizo voltear lentamente, con mucho cuidado para no seguir lástimandome pero fue en vano. Volví a sentir aquél dolor punzante en mi abdomen y hombro. Quedamos frente a frente y él acarició con lentitud mi mejilla. Empezó a acercarse despacio hasta que su sentí su respiración a centímetros. Luego sus labios succionaron mi cuello levemente.

—Harek –susurré–

Cerré mis ojos disfrutando de sus besos y él subió por mi mandíbula para luego susurrar.

—Haré que deje de doler, cielo.

Siguió acercándose un poco más y yo no me alejé. No abrí los ojos en ningún momento y en pocos segundos sentí sus labios rozando con los míos, estaba tan cerca. Realmente deseaba aquello.

Volvió a rozar su boca con la mia y está vez succionó mi labio inferior. Fue casi imperceptible, dejé mi mano sobre su mejilla y empecé a acariciarla con mi dedo. Me acerqué más a él y nuestros labios se unieron encajando a la perfección.

Lo sentí moverse lentamente y una gran electricidad recorrió mi cuerpo por completo. No tardé en responder. Su boca era tan suave y cálida. Él Succionaba mis labios con suavidad, pero yo necesitaba más de él. Empezó a profundizar aquel beso haciéndolo cada vez más intenso. Su lengua se abrió paso y empezó a besarme profundamente, seguí su ritmo y sentí mi corazón latir con rapidez. Su brazo rodeó mi cintura para dejarme totalmente sin escapatoria.

En aquel momento la herida de mi pierna empezó a arder, solté un gemido de dolor mientras nos besabamos y él reaccionó haciéndolo más profundo. Luego de unos minutos nos separamos lentamente para tomar aire mientras mis ojos seguían cerrados. Los abrí con lentitud topandome con sus dorados ojos mirándome.

Me volvía loca.

Me acerqué de nueva cuenta a él y roce nuestros labios, él se acercó intentado besarme pero me alejé. Escuché su gruñido y sonreí. Volví a acercarme y esta vez mi lengua tocó sus labios, me miró y subió su mano hasta mi nuca dejándome sin escapatoria nuevamente. Su boca me buscó y nos volvimos a hundir en aquel profundo beso. Las heridas ardían, dolían muchísimo pero no iba a dejar de besarlo.

Sus manos acariciaron mi espalda y pude sentir su abdomen chocar con mi vientre, sus abdominales presionaban contra mi cuerpo. Él se separó lentamente de mí dejando pequeños besos en mis labios y nos quedamos así un momento.

Harek se sentó en la cama prendiendo la luz, quitó las cobijas y sus manos fueron directo a mi pierna. Quitó la venda y aquel pequeño hilito cayó en la cama.

Ya no había nada.

Me sorprendí al ver aquello, parecía que jamás hubiese tenido una herida en aquél lugar, mis ojos encontraron los suyos y él sonrió ante mi asombro.

—Una menos, cielo.

Me senté con cuidado y Harek volvió a acercarse a mí, mi mano tocó su pecho y lo miré fijamente. Cerré mis ojos mientras su boca volvía a rozar con la mía

—Te acepto. –succioné su labio inferior levemente–Te acepto como mate, Harek.

____________
Chicas, adoro leer sus comentarios así que si quieren escribir uno de 1000 palabras estaré feliz de leerlo.
Muchas gracias por todo el apoyo❣️

HAREKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora