𝐈'𝐋𝐋 𝐑𝐔𝐋𝐄 𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐎𝐑𝐋𝐃, got & mc

Hɑrén

Los caballos se detuvieron frente a un gran palacio, tan grande como mi tal vez más grande casa de Invernalia.
Un hombre que vino con la señorita Bahar hizo que todos bajaran, nos pusieron en fila y nos guiaron a lo que parecía la prisión más lujosa del mundo.

Caminamos hasta que me dolieron los pies, Olyvia estaba frente a mí, tan triste que sus ojos parecían sin vida. Pronto me di cuenta, mirando a mi alrededor, que aunque era un lugar hermoso para admirar, todas las chicas tenían la misma mirada en blanco.

Yo fruncí el ceño.

Me tomó mucho más que unos pocos extranjeros romperme, mucho más que palabras duras. Vivía en los lugares más fríos, crecer con los hombres más duros de la zona, podría pasar por esto, sé que podría.

- Detente aquí. - Bahar dijo, colocándonos lado a lado. Estábamos en un gran patio abierto, todo sucio y tiritando, Olyvia me sonrió y solo pude devolverle la sonrisa.

- Escucha, cuando nuestro Valide Sultan llegue, ¿todas las cabezas deberían ser escuchadas? ¡Las consecuencias serán terribles para aquellos que son impertinentes!

Antes de que pudiera preguntar qué significa "Valide Sultan", un hombre anunció a la mujer que cambiaría toda mi vida.

- Atención! Valide Ayşe Sultan! - Bajé la cabeza de mala gana, justo después de ver que todos estaban haciendo lo mismo.

- ¿Estas son las nuevas chicas de Bahar Kalfa?

- Eran las más bellas del mercado de Valide.

- Muy bien, elegiré algunas para el harén de Şehzades y el resto estará aquí.

Pasó un tiempo, la mujer se paseó como si nos estuviera analizando a todos y tal vez eso fue así.

- Tú, ¿cómo te llamas?

- Olyvia.

- Vas al Şehzade Bayezid.

Dioses.

Miré a Olyvia desesperadamente, triste porque tuvimos que separarnos tan pronto.

- ¿Y tu?

La pregunta de la mujer me hizo girar la cabeza tan rápido que me mareé. Tragué saliva, viéndola mirarme de arriba abajo.

- Soy Lyarra.

- ¿Alguna vez has sangrado Lyarra?

Me sonrojé ante la pregunta evasiva.

- Solo una, dama.

- Sultana!

- Sultana.

- Serviras.

- Servir?

- Bahar Kalfa!

- ¿Sultana?

- Este va al Şehzade Mehmed.

Esta vez fue Olyvia quien me miró con desesperación.

- Sultana!

Cuando se volvió, sus rasgos eran serios, pero me obligué a decir.

- ¡Ten piedad y devuélvemela a mi familia!

- Esta es tu casa ahora. Cuanto más rápido lo pongas en tu cabeza, mejor.

Luego se volvió y se fue, aprovechando mi única oportunidad de irme.

- ¡No vuelvas a hablar con Sultana así, hatun! Vamos a seguir.

Bahar Kalfa eligió a dos chicas más para el harén Bayezid y dos para un şehzade Mahmud, a las otras se les había dicho que serían las sirvientas de Sultan.