ɪɢɴᴏʀᴀᴅᴏ

1.2K 108 3
                                    

Corrí a las habitaciones de Mehmed. La Sultana Hatice había recibido la carta con la confirmación de Mustafa Pasha y al final de la semana estaría aquí. No pude contener mi sonrisa o mis pies que querían correr tanto para llegar a él.

Al llegar al pasillo vi a Davut de pie fuera de la puerta. Sonriendo, me acerqué y cuando se fijó en mí hizo una profunda reverencia que me hizo reír.

- Sultana. -  me saludó.

- Necesito hablar con el príncipe. - le comuniqué y me miró con esos ojos intensos que me daban vergüenza.

- Sultana parece feliz, pasó algo? - Preguntó con una sonrisa.

- Han llegado buenas noticias y quiero avisar al príncipe, está ahí? - Seguí queriendo salir de allí lo más rápido posible, sus ojos hicieron que mis entrañas se retorcieran y me sentí el más tonto de todos.

Davut parecía evaluarme cada vez que lo veíamos, como si viera algo que nadie más vio, también tenía esa sonrisa que parecía ser especial como si fuera solo para mí. Era el amigo más cercano de Mehmed, así que no sabía lo que estaba pasando por su cabeza, pero podía imaginarlo. Solo esperaba que siempre se quedara en tus sueños y nunca saliera de tus labios.

- La anunciaré ahora mismo, Sultana. - con otra reverencia y una sonrisa se fue y dejé escapar el aliento que ni siquiera sabía que estaba conteniendo.

Unos minutos después se fue y me abrió la puerta.

- Puedes entrar Sultana.

Lo miré y miré a los ağas en la puerta, pero estaban mirando hacia abajo como de costumbre. Con un saludo lo pasé y entré, la puerta se cerró detrás de mí. Examiné la habitación y encontré a Mehmed detrás de la mesa con montones de papeles alrededor.

Suspiré ante su visible fatiga y puse una sonrisa en mi rostro cuando me acerqué a él. Sus ojos estaban sobre mí y su ceño estaba fruncido como si estuviera pensando en algo. Me acerqué y caminé alrededor de la mesa para llegar a su lado. Me incliné y sonreí mal, conteniendo mi felicidad.

-Qué pasó Mihrimah? - Su voz era seria y mi sonrisa se desvaneció.

Está molesto?

- Pasó algo Mehmed? - Pregunté cuidadosamente, observando su expresión.

- Viniste a decirme algo, pero parece que estabas ocupado en la puerta. - gruñó y apartó la mirada de los papeles ignorándome.

Me alejé sin saber qué hacer. Le di la mano con nerviosismo y miré a mi alrededor, ahora me estaba ignorando activamente y no tenía idea de por qué.

- Creo que volveré más tarde. - murmuré avergonzada y me volví para irme.

No había respondido ni me había mirado, así que llamé a la puerta y los ağas la abrió. Salga tan rápido como pueda con el corazón apretado.

- Sultana! Espere!

Era la voz de Davut, pero no quería que nadie me viera tan conmocionado. Me detuve y respiré hondo antes de darme la vuelta y verlo venir detrás de mí.

- Sultana, qué pasó? - preguntó preocupado y sus ojos me evaluaron como si buscara algo.

- El príncipe está ocupado, volveré más tarde. - Respondí con calma, pero él no pareció creerlo.

Sin esperar a que respondiera, me di la vuelta de nuevo y comencé a caminar de regreso al harén.

Lo había vuelto a hacer, había roto su promesa, haciéndome sentir la más tonta del mundo por seguir insistiendo en su amor. Pero si dejara de amarlo, qué tendría? Lo necesitaba si quería sobrevivir en este nuevo mundo mío, pero su amor, lo quería, quería más que nada.

Cuántas veces es posible lastimarse antes de rendirse?

Cuántas veces es posible lastimarse antes de rendirse?

Йой! Нажаль, це зображення не відповідає нашим правилам. Щоб продовжити публікацію, будь ласка, видаліть його або завантажте інше.



Йой! Нажаль, це зображення не відповідає нашим правилам. Щоб продовжити публікацію, будь ласка, видаліть його або завантажте інше.
𝐈'𝐋𝐋 𝐑𝐔𝐋𝐄 𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐎𝐑𝐋𝐃, got & mcWhere stories live. Discover now