Las sirvientas del harén bailaban por todos lados. Sonreí felizmente jugando con la música. Mehmed le había advertido a Sultana Hatice que estaba embarazada y que debíamos celebrar una fiesta para mí y su primer hijo.
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Sultana Hatice se tragó la ira y, por el bien de mi bebé, no dijo nada más. Una victoria entre muchas otras que venceré.
Mehmed también me trasladó a habitaciones más grandes y me dijo que podía tener las criadas que quería. Obviamente elegí a Irene y Rana, que estaban muy felices. Les prometí a los dos que cuanto más mayores irían conmigo.
Tan pronto como convertí la religión de Mehmed en una pequeña ceremonia en su habitación, cambié los nombres de Irene y Rana. Ahora son Meleksima y Nigar.
Me di cuenta de que esta es mi situación y mi hijo solo la hace permanente. Lyarra se fue y solo queda Mihrimah, debo ser más fuerte y feroz para luchar contra todos en mi camino.
- Dilara te mira con fuego en los ojos. - comentó Nigar con una sonrisa mientras comía otro dulce.
Meleksima y yo miramos discretamente hacia donde señalaba a tiempo para ver a Dilara levantarse y venir hacia mí.
- Aquí viene ella. - susurró Meleksima con una carcajada.
- Hürrem hatun!
- Ahora es Mihrimah Dilara, ¿qué quieres? - Puse una mano sobre mi vientre que ya estaba mostrando.
Sonreí mientras sus ojos me miraban de arriba abajo con odio.
- No confíes fácilmente en este niño, puede ser una niña o algo peor ... Nacido muerto.
Me levanté furiosamente. ¿Cómo se atrevía a amenazar a mi hijo así?
- ¡Recuerda de qué estás hablando, o las cosas se pusieron peor para ti, señorita!
- Sé con quién hablo, bastardo.
Al contrario de lo que ella imaginaba, no me sacudí. Sé quién soy y aquí no importa.
- ¿Llamarlo un insulto? ¿Qué pasa si soy un bastardo? Que importa?
- ¿Cómo puede alguien como tú tener un príncipe? Deja de soñar.
Respiré hondo y me acerqué lentamente. Sultana Hatice se había retirado recientemente, y desearía que hubiera sido el estímulo de Dilara para venir a atormentarme. Pero ya no.
- Se lo diré solo una vez, señorita. ¡Enfréntate al favorito del príncipe Mehmed! Llevo un miembro de la dinastía. ¿Cómo te atreves a hablarme así? Si soy un bastardo o no, ya no importa. El pasado está en el pasado y lo que cuenta es lo que vivimos aquí. Y aquí, señorita, tengo la ventaja y siempre lo estaré. No callaré ante tus insultos, así que mantén la boca cerrada. ¡O te cortaré la lengua! - Dije firmemente.