DÍA 2: ENTRE MANTAS

107 10 2
                                    


DIA 2

ENTRE MANTAS.

A pesar de que ahora era una estrella actual de espectáculo, no había podido negarse a la oferta que surgió en el chat del grupo, para ir de vacaciones a las montañas.

Clic.

El ruido de la cámara resonó en la habitación.

― Si, con esto volveré locas a mi grupo de fans, no podrán dormir especulando donde es que estuve ―dijo más para sí, que para las otras personas que se encontraban acompañándolo en aquel dormitorio múltiple de cabaña―. Aunque, no estaría mal, sacarme un par más antes de dormir...

A los pocos metros un tímido rojizo lo miraba en silencio, arqueando levemente las cejas, al no comprender la situación.

― Saeyoung, no entiendo lo que está haciendo el señor Ryu ―le susurró a su gemelo, que se encontraba acostado en la cama de lado, jugando concentradamente en su consola de estación vita―, estamos en las montañas, no hay conectividad, le será imposible subir hoy todas esas fotos que se está tomando...

― Lo sé Saeran... ―le respondió sin despegar la vista de su consola de bolsillo― estoy seguro que el también lo sabe, pero no puede evitar hacerlo, aunque sea solo imaginación suya...

― Ah, ahora comprendo... ¿Dónde está tu equipaje? ―siguió hablándole su menor, al ver lo relajado que estaba este, y no veía sus maletas por ningún lado―, Yo ya puse mi ropa en el armario, ocupé la mitad, para que tengas donde poner tus cosas...

― Estaba en un nivel muy avanzado cuando se supone que debí hacerla, y cuando recordé, Jumin ya estaba tocando el claxon afuera de casa, así que no traje nada más que lo que tengo puesto... ―soltó el aparato, ya que había terminado el nivel―. Saeran, me vas a prestar ropa ¿verdad? ―agregó mientras miraba al mencionado con una cara de pena exagerada, detrás de sus anteojos.

La cara tranquila de su menor cambió a una de enojo, luego de eso.

Se levantó de su cama, soltando un suspiro molesto, para ir caminando con desgano al armario que les tocaba a ambos, y sacar una muda completa de ropa, para luego arrojársela en la cara.

― Te presto este pijama extra que traje, porque no puedes dormir de jeans y campera ―expresó con voz de regaño― pero mañana en la mañana, iras al pueblo que hay a un par de kilómetros y te comprarás lo que necesites, no pienso promover tus flojeras, compórtate como el adulto que eres...

― Hum, está bien, gracias por la ropa hermanito ―respondió el otro rojizo, sin la más mínima pena al regaño.

Al contrario, parecía que sonreía por lo bajo, como si le gustase ser regañado por su menor.



A la mañana siguiente, amenazado de que no desayunaría si no volvía con ropa extra para la estadía que tendrían ahí, Seven salió de la cabaña compartida, para ir directo donde estaba parqueado Jumin, que los había traído a todos a ese lugar de descanso, en su propia casa rodante lujosa, con la intensión de que pudiese llevarlo al pueblo.

― Lo siento, pero no preciso del tiempo ―le respondió el millonario, desde la ventana de su cocina, donde estaba descubriendo cuál de todos esos electrodomésticos le prepararía su café de las mañanas y cual abriría la lata de salmón Premium de su adorada felina que lo acompañaba―. Elizabeth 3ra y yo, tenemos un cronograma personal de vacaciones que cumplir, aparte del que estipulamos en el grupo, y estamos atrasados...

― ¿Eh? ¿Pero como se supone que iré entonces? No puedo volver a mi cabaña con las manos vacías...

― Como en toda circunstancia, podemos llegar a un trato ―expresó Han, al ver la preocupación del rojizo―, Si me preparas el desayuno, y abres la lata de Elizabeth 3ra, yo podría conducir en el transcurso, y llevarte al pueblo...

― ¿No cocino ni para mí y crees que voy a cocinar para otros? Jajaja ―le interrumpió el rojizo ante su premisa.

―Bien, si esa es tu postura ―respondió Jumin al ver que solo perdería más tiempo hablándole―. Al igual que a los otros, te recomiendo usar repelente para insectos, en tu caminata al pueblo.

Le cerró la ventana luego de eso.



Todo parecía perdido, pero luego de ser rechazado con Han, Luciel tuvo la brillante idea de que, no necesitaba ir al pueblo, para conseguir la ropa que necesitaba.

Miró a las tres cabañas que estaban frente a él.

En la pequeña se encontraba la mini empresaria Jaehee Kang, todo un ejemplo de mujer empoderada.

En la mediana se hospedaban él, su hermano, Zen y V.

Y en la más grande, los esposos Kim, como solía nombrarlos, imitando con gracia a su menor, que no los bajaba de Sr. y Sra. Kim, que habían llegado un par de días antes al lugar, aparte del resto.

Optó por los últimos, ya que parecían la opción más razonable.




Tocó varias veces a la puerta de su cabaña antes de que le abriesen.

― Oh, comprendo la situación, y creo que es entendible que tu hermano se moleste, Seven ―le respondía el rubio, con cara de recién levantado, teniendo su cabello medianamente largo, casi tapándole los ojos―. Dame unos minutos, le preguntaré a...

― Cariño ¿Por qué te levantaste? Yaaawn... ― se agregó a la escena, entre bostezos, mientras se acurrucaba de pie a un lado de su esposo―. ¿Es el guardabosque? Ah, no... eres tú, Seven. ¿Pasa algo? ¿V te mando a informarnos de algún cambio?

El rojizo volvió a contarle la historia resumida de por qué ahora se encontraba frente a ellos, para luego agregar más.

― Si, pero como ahora los observo, creo que están casi en la misma situación que yo...

― ¿En serio? ¿Por qué? ―dijo MC, intrigada al igual que su esposo, ante tal premisa.

― Bueno, tienes puesta la remera de Yoosung, lo que significa que ya no pueden prestarme la ropa que quería, porque tú tampoco trajiste bastante ropa y Yoosung tiene que compartírtela...

El rubio y la castaña se miraron de reojo al escuchar eso, dudando en cómo responderle, mientras esta última se ponía lentamente bien la bata, para ocultar la ropa de su esposo que llevaba encima.




Ya había dado por sentado que no comería ese día, por lo menos hasta que su hermano menor sintiese pena por él y le permitiese volver a la cabaña a comer, cuando tuvo la inesperada oportunidad de tener ayuda de Kang.

― Ese... ¿Ese era Zen? ―le preguntaba a Jaehee, quién de forma inesperada le entregaba parte de su ropa suelta unisex especial, que había traído para el campo, a cambio de que no comentase con nadie más del grupo, como Zen salía de su cabaña recatadamente, cubierto entre mantas, ya que podría darse a "malentendidos" ―. Espera ¿Cómo es que sabes que necesitaba ropa?




FIN DEL DÍA 2




NOTA DE LA AUTORA.

Epa, como que se me pasó las letras con este capítulo xD

Pobre Seven, al final, él no quería saber tanto,jpg(? :u

Nos leemos mañana, en el "DIA 3. ENEMIGOS"

Fictober 2019 - Especial Mystic Messenger - Una historia en drabbles.Where stories live. Discover now