DÍA 3: ENEMIGOS

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DÍA 3: ENEMIGOS.

El grupo se había reunido según lo acordado.

Un guía y experto en caminata los acompañaba, para que evitar que se perdiesen por los senderos turísticos.

Jumin caminaba a la par con tal guía, seguidos de Jaehee y los esposos.

Seven y Saeran los continuaban, seguidos de Zen, quien miraba con brillo en los ojos a V, que iba de ultimo y casi alejado del grupo, con su cámara profesional a mano.

― Oye V, es solo una recomendación, pero si llegas a tomarme fotos, trata de captar mi lado izquierdo, ya que es el más fotogénico, digo soy fotogénico de todos lados, pero en mi izquierda está la perfección...

― Hum, esta bien, lo tomaré en cuenta, gracias por mencionarlo Hyun ―le respondió el turquesa con la amabilidad que lo caracterizaba.

Se detuvieron en una pequeña posada que estaba cerca al risco, donde se podía ver una hermosa vista del mar, recordándole a los turistas y nativos que el bosque y la costa podían combinarse.

― ¿Eh? ¿A dónde te vas Saeyoung? Ni siquiera has ordenado algo ―expresó curioso su gemelo, al ver que este se levantaba en silencio, de la enorme mesa para siete que habían formado los que atendían el lugar, para que todos pudiesen sentarse juntos a almorzar.

― Yo... iré un rato al sanitario, no tardo, ordena por mí.

― Ah, está bien.

Pero lo cierto es que no iba al baño del lugar.

El ya había estado ahí antes.

Conocía muy bien al dueño de aquel apartado sitio, que para su ubicación tenía mucha clientela.

Entró recatadamente por la cocina, esquivando a los empleados, hasta llegar a un corredor y luego a una puerta a la que dio tres leves toques a modo de señal.

Desde dentro se pudo escuchar las voces de dos personas, que murmuraron entre sí, para luego decirle que podía entrar.

― Ah pasado tiempo, Francis, pensé que no volvería a verte, el negocio te va bien ahora ―dijo a modo de saludo, mientras tomaba asiento en el sofá de la sala.

― Si, no puedo quejarme ―respondió el hombre, quien tenía su cabello largo amarrado en una cola bien prolija―, tu tampoco te ves mal, es como si tu fase de emo se hubiese desvanecido casi por completo... o, por cierto, no te he presentado a mi esposa, ella es...

La mujer era de apariencia extranjera, posiblemente del mismo lugar de Latinoamérica de donde procedía el ex agente Vanderwood.

Posiblemente era castaña, pero su perfecto rosa teñido lo ocultaba muy bien.

― ¿Te casaste y no me invitaste a la boda? ―trato de quejarse, luego de saludar a la compañera de este―, eso es cruel...

― Solo firmamos los papeles correspondientes en el registro civil, no hubo fiesta ni nada, si lo hubiésemos hecho, creo que tu hubieses sido el único tarado al que podríamos invitar ―sonrió sarcásticamente ante la realidad, ya que ambos habían sido agentes y por lo tal, no tenían familias, a comparación de Luciel.

― Si, no hubiese sido una buena fiesta...

Conversaron gratamente por así decirlo, ya que ambos ex agentes tenían un sentido del humor bastante distinto y no se podía saber exactamente si se estaban dando cumplidos o insultando.

― ¿Y que se siente ser un grano de arena común en la sociedad? ¿Jumin Han es un buen jefe?

La charla de ambos se alargó por casi media hora.

Lo cierto, es que no solo había ido a ese lugar a cotillar.

Buscaba información confiable, ya que la salida de ambos, de la agencia de espionaje, no se había dado de la mejor manera, y si bien se encargó de borrar toda evidencia de que existió un agente de apodo 707, no era tan confiado como para dejar de estar informado de los pasos que daba la agencia.

― No te preocupes, luego de lo sucedido con el Ministro Choi, la agencia dejó de tener apoyo y financiamiento del gobierno ―expresó el que antes se movía con el nombre de Vanderwood―. Ahora son casi igual de inofensivos que la policía...

Luego de otro par de minutos, y poder desvanecer sus sospechas, el rojizo se despidió de ambos, ya que no quería preocupar al grupo con el que había llegado a tal lugar.

Salió con la misma tranquilidad que entró y ya casi podía visualizar el área publica donde la posada atendía a los turistas, cuando alguien lo tomo del cuello, con una llave marcial, arrastrándolo al baño más cercano.

Todo fue tan rápido, que no pudo ver nada más que cabello rubio los primeros segundos.

¿Es que acaso era uno de los enemigos del pasado del cual se olvidaba?

Recibiendo un gancho en el estómago, se encontró en el suelo de uno de los apartados con tazas del baño de hombres, con una figura femenina y de voz molesta a sus oídos, en frente suyo, apuntándole con el mango áspero de una escoba de limpieza.

― ¿Qué demonios haces aquí? ¿Me estas siguiendo? Habla, o mis puños acariciarán tu cara.

FIN DEL DÍA 3



NOTA DE LA AUTORA:

Ah caray, como que hasta yo me he quedado con el hype de saber quién es la weona rubia, espera... yo si lo sé xDDD Pero esto es un drabble historia y tendrán que esperar hasta mañana para saber cómo continua :v

Nos leemos en el "DIA 4: NOCHE DE FIESTA".

Bye bye.

Fictober 2019 - Especial Mystic Messenger - Una historia en drabbles.Where stories live. Discover now