DÍA 9: DEMASIADO DINERO.

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DIA 9: DEMASIADO DINERO.

Aquella noche en que llegaron, luego de la fogata con la mitad del grupo que tenía ánimos para comer algo al estilo campamento, Jumin volvia a su camper, llevando en sus brazos a su adorada Elizabeth 3ra.

Sentía el estómago lleno de carne a la brasa al estilo brochetas, malvaviscos quemados a su punto, y vino en lata.

Aunque no era algo que alguien de su categoría solía tener de menú, si alguien le preguntase, admitiría que los normales si sabían cómo deleitar su paladar con alimentos para nada finos.

Había sido una velada agradable, no podía quejarse.

Era agradable recordar vivencias del pasado con su mejor amigo de la infancia, cara a cara, en vez de una sala de chat.

― Jumin ¿ya te irás a dormir? ―le preguntó V, quien empezó a caminar a su lado.

― No lo creo, me siento algo lleno, no es bueno tratar de conciliar el sueño en ese estado... Estaba a punto de pensar qué...

― Tengo en mi bolsa la botella de vino casi intacta ―se le adelantó V, con una mirada cómplice―. Es una cosecha bastante antigua, como para desperdiciarla...

― Si, pienso lo mismo. Nos ayudará también con la digestión. Déjame acostar a Elizabeth 3ra en su cama y sigamos bebiendo.

― Sabía que podía contar contigo, mi buen amigo.

Lo cierto es que V había traído ese vino especial, para disfrutarlo con todo el grupo, pero la mitad no se unió a la fogata por cansancio del viaje. Yoosung no gustaba del vino, y MC... ella no podía beber, no comprendía la razón clara, otro miembro del grupo había mencionado que se convertía en una ebria violenta, y era mejor no invocarla, pero seguro se trataba de una broma.

― No beban demasiado.

― Si, no se trasnochen mucho.

Esas fueron las voces de los Kim, a los metros, que se habían quedado a apagar la fogata, para luego irse a su cabaña respectiva, tomados de las manos.

Jumin giró la vista para verlos, antes de desaparecer en su casa rodante.

Si.

Era esa misma sensación.

Aquella que sintió en la época cuando V empezaba a salir con Rika.

Aquella misma que sentía igual, cuando veía la foto de sus padres y el de niño.

"Sabes, lo cierto es que extraño mucho a tu madre. Creo que ella fue el único gran amor de mi vida. Lástima que tuve que perderla y pasar por muchos amargos y vacíos amoríos para darme cuenta de ello. Ahora, lo único puro y sincero que tengo a mi lado, eres tú, Jumin. El fruto de mi único y verdadero amor. Le ruego a Dios, que, en un futuro cercano, encuentres a esa mujer, que te quiera por quien eres en el fondo, y no por nuestro patrimonio".

"Bueno, padre, tu tenías casi sesenta años cuando conociste a mi madre, supongo que aún tengo tiempo".

Con ese recuerdo y pensamiento, volvió a mirar su realidad, fijando su mirada en V, quien, al parecer, había notado que su mente divagaba.

Ambos ahora se encontraban sentados cómodamente en el living de su mini mansión rodante.

― ¿Algún problema Jumin?

El pelinegro siguió manteniendo su mirada neutra por unos segundos, para luego desvanecerla en una sonrisa impropia de él, tal vez producto del alcohol en sangre.

― Si, demasiado dinero.

El turquesa no pudo evitar fruncir la frente, mientras le devolvía la sonrisa cómplice.

― Que raro, normalmente te vuelves sentimental luego de la segunda botella, no antes ―sentenció―. Creo que la edad está empezando a atacarte...

― Te recuerdo que tú eres mayor a mí.

FIN DEL DIA 9.

Fictober 2019 - Especial Mystic Messenger - Una historia en drabbles.Where stories live. Discover now